Imagínense un mundo alterno donde Voldemort y los mortífagos no existe un mundo donde todos son felices,no existe la guerra,dónde la luz y la oscuridad gobiernan juntas,dónde la magia oscura es bien recibida como la magia de luz
Pues ese es el mund...
-Es Magia. Es el yo puro. Ahora, la parte difícil. Mantenla.-
Harry se esforzó. La hebra vibró, pero se mantuvo. La sensación de control era embriagadora.
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Durante la siguiente hora, Tom guió a Harry a través de ejercicios mentales. No era como Snape, que humillaba; Tom era preciso, frío y exigente, un tutor perfecto. Cada vez que Harry dudaba, Tom lo desafiaba con una frase que siempre apelaba a su orgullo.
-No seas mediocre, Harry. Permite que el poder fluya.-
-Tu control es infantil. Si quieres la revancha contra mí, necesitarás más que eso.-
Harry se esforzó, sin darse cuenta de que cada desafío de Tom lo acercaba más a la mentalidad de Voldemort: el desprecio por la debilidad y la búsqueda implacable del poder. Tom Riddle no le estaba enseñando solo un hechizo; le estaba enseñando ambición.
-Muy bien. Suficiente por hoy. Su núcleo está sobrecargado- dijo Tom, con un tono casi satisfecho-
-Lo ha hecho bien. Es evidente que hay una razón por la que su yo de este mundo es inexistente. Su potencial era demasiado peligroso para dejarlo al azar.-
Harry sintió la picazón de la vanidad. Su "yo" era peligroso.
-¿Por qué me enseñas esto?- preguntó Harry, la voz áspera.-
Tom se acercó al pedestal, tocando suavemente el Reloj de Gaunt.
-Ya lo dije. Necesito un sujeto de estudio fuerte, y también... Necesito un aliado fiable. En este mundo, hay personas que desconfían de mi poder, incluso siendo el Ministro. Me gustaría tener alguien que me deba un favor de lealtad absoluta.-
-Nunca te seré leal.-
Tom se rió entre dientes.
-La lealtad se construye sobre la necesidad, Harry. Yo le estoy dando el poder que necesita para sobrevivir. No lo rechace. Ahora, hablemos de su segunda lección: Etiqueta y Sociedad Mágica.-
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-Mañana por la noche, habrá un baile de caridad en el Ministerio. Es un evento crucial.-
-No voy a ir a un baile- se quejó Harry.-
-Sí va a ir. Regla uno del control: El poder es una actuación. Debe verse, debe ser percibido, pero nunca accesible. Usted irá como mi pupilo. Se presentará a la sociedad mágica de este mundo como un joven que he tomado bajo mi protección personal.-
-¿Por qué?-
-Porque no quiero rumores. Quiero que la gente me vea en un rol de mentor, no de secuestrador. Y, francamente, quiero que el matrimonio Black-Snape tenga un poco de competencia. Ellos presentarán a su hija; yo presentaré a mi protegido. Es un juego de poder, Harry.-
Tom le lanzó una mirada que lo hizo sentir como un objeto valioso.
-Además, si el Cronómetro de Gaunt es su única forma de volver, su conexión se reforzará con la cercanía de otros magos poderosos. El baile es perfecto.-
-¿Y qué se supone que haga?-
-Comportarse. Hablar cuando se le hable. No hablar de dragones, Horrocruxes o de cómo sus padres están muertos. Hará un esfuerzo por ser agradable y, sobre todo, obedecerá mis instrucciones. Le haré llegar las túnicas. Puede retirarse.-
Harry se levantó, sintiéndose más atrapado que nunca. Tenía que ir a ese baile. Tenía que jugar el papel del protegido de Tom para poder acercarse al Cronómetro.
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De vuelta en su habitación, Harry buscó el espejo de comunicación.
-Hermione, ¿estás ahí?- susurró.-
El espejo tardó un momento en encenderse, y la cara de Hermione apareció, con el cabello más liso y vestida con ropa que parecía demasiado cara.
-Harry. Estoy agotada. Tuve una cena con Narcissa Malfoy aún que aquí sigue siendo Black (aquí es una filántropa, no una mortífaga) y no pararon de hablar de la elegancia de los Black. Severus me está enseñando etiqueta.
Necesitas saber esto: Tom me está enseñando magia sin varita. Y me obligó a aceptar ir a un baile mañana en el Ministerio.-
-¡Un baile! Es perfecto. Es la oportunidad de oro para investigar. Sirius tiene un amigo en el Departamento de Misterios. Puedo intentar sonsacarle información sobre artefactos dimensionales. Pero, Harry, ten cuidado con Tom. ¿Qué te está enseñando?-
-Me está enseñando el control. Me dijo que mi magia es mediocre y que necesito más ambición. Me siento... poderoso, Herms. Pero peligroso.-
-Harry, eso es lo que él quiere. Es la definición de Tom Riddle. Él no mata si puede manipular. Usa ese poder, pero no dejes que te cambie. ¿Recuerdas el Cronómetro?-
-Sí. Estaba justo al lado de él. Necesitamos un plan para mañana. Estaré cerca de él en el Ministerio. ¿Podrías crear una distracción?-
-Podría. Pero tiene que ser algo sutil. No podemos arriesgar Azkaban.-
Una idea se formó en la mente de Harry, inspirada por la actitud de Tom.
-Tom me dijo que el poder es una actuación. Haremos un acto de poder. Mañana, en el baile, él me estará vigilando. Si de repente, la "Hija de los Black" sufre un ataque de magia incontrolable... Él se distraerá, se pondrá en modo Ministro.-
-Un ataque de histeria mágica y elegancia. Me encanta, Harry. Es una idea digna de Slytherin.-
-Entonces, ¿puedes hacerlo?-
-Tengo que practicar mi inestabilidad emocional. Dame hasta mañana. Y tú, Harry, finge ser el protegido perfecto. Él no tiene que saber que, en realidad, somos un equipo.-
El espejo se apagó. Harry se sintió mejor. Tom podría ser el Ministro, pero Harry todavía tenía a su lado al cerebro del equipo. Se sentó en la cama, miró sus manos y concentró su voluntad. Una pequeña chispa verde parpadeó en sus dedos. La tentación de ese poder era fuerte, pero la determinación de usarlo para volver a casa lo era aún más.
