Capítulo 20

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CHRISTIAN


Despierto con un dolor de cabeza atroz. Observo el reloj y marca las seis y treinta y cinco de la mañana. Los recuerdos de la noche anterior llegan a mi mente y no puedo evitar tener una sonrisa en mi rostro. Observó a la mujer que duerme junto a mi y una sensación de plenitud se instala en mi pecho. Todo mi cuerpo se relaja de una manera indescriptible. 

Su rostro provoca ternura, fragilidad y dulzura. Se encuentra sumergida en ese mundo de sueños ajena a toda la mierda que constituye mi pasado. Estoy consciente que al despertar las preguntas serán muchas, muchos más sabiendo que ella merece eso y más. Merece a un hombre que le sea cien por ciento sincero y se lo daré. En este punto ya no me puedo permitir perderla. Está claro que Anastasia se ha metido bajo mi piel. Quiero experimentar con ella todo lo que conlleva una relación.  

Antes que despierte por la alarma tomo una ducha. Una vez vestido bajo y le pido a Gail preparar desayuno para ambos. Me facilita una pastilla para el dolor de cabeza atroz que me consume por beber como si el mundo se fuese a acabar. 

Un sonido capta mi atención en dirección a la sala. Al acercarme encuentro el bolso de Anastasia en la mesa de centro. Vuelve nuevamente el sonido y me debato entre contestar o no su celular. Ignoro esa parte de mi mente que me reprocha y lo saco descubriendo la cantidad exorbitantes de mensajes que tiene. Llamadas de su padre, su mamá, un número desconocido, Kate y mi hermana.

Reviso el último mensaje de mi hermana:

¿Anastasia, dónde estás? 

Te he llamado mil veces, me tienes preocupada. 

Te estuvimos esperando toda la tarde. 

Llamame cuando leas este mensaje. 

Mía


No estaba al tanto de su reunión. Seguramente el imbécil de Elliot lo sabía. Su interés por Anastasia me hace hervir la sangre. Tuve que recurrir a una jodida mentira con tal de alejarlo por completo de ella.


—Hermano, es hermosa, perfecta. —Aprieto los dientes intentando controlar mi humor. —Anastasia posee eso que nunca mujer ha logrado. Volverme loco con su simple presencia. Le comenté a Mía sobre ello y está emocionada. ¿Qué piensas? —Sonríe ampliamente. 

Pienso en borrarte es estúpida sonrisa de la cara a golpe. 

Es más que obvio su interés por restregarme a la cara su obsesión por mi mujer. En el punto que me encuentro con ella, es capaz de ligarse con éste idiota con tal de hacerme pagar mi estupidez. Eso es algo que no voy a permitir. Anastasia es mía y así lo seguirá siendo.   

—Lo siento mucho por ti, hermano, pero la escuche hablar de preparativos de matrimonio en casa de mamá. Parecía muy enamorada al hablar con su novio. —Está demás decir que disfruto mucho más ver su rostro descompuesto por la sorpresa. 

Una historia sin fin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora