Capítulo 7

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CHRISTIAN

Anastasia salió prácticamente corriendo de la casa y me preocupa que tenga un accidente, pero no lo pude impedir. Debo decir que estoy conociendo a una Anastasia obstinada, y me agrada aunque para decir verdad, mucho más de lo normal.

Algo me dice que su salida tiene que ver con el idiota de Elliot. Nuestra conexión era profunda, a tal punto de no poder apartar la mirada de ella. Era como si fuese un imán. Me tenía bajo un embrujo que me inquieta. Me asusta darme cuenta el rumbo e intensidad que está tomando mi deseo por poseerla.

Observo a todos igual de desconcertados que yo. El imbécil de Elliot permanece observando la noche a través del ventanal de la sala. No puedo verlo en estos momentos. Pensar en que quizás la tocó me hace sentir furioso y es algo que pocas veces puedo controlar. 

Me despido de todos, menos de Elliot. Está claro que su actuar estuvo mal y por ello se retira sin siquiera despedirse. 

Niego tomando camino hacia mi apartamento. Al llegar liberó el peso del trabajo y el mal día sobre la cama. Suspiro profundamente recordando que mañana la veré. Lo que despertó hoy en mi todavía aviva mi cuerpo. El calor incesante de ese deseo obsesivo que ha crecido por ella permanece en mi cuerpo con intensidad. Deseando poder tenerla. Sentirla tan cerca como tuve la oportunidad hoy. Sentir su aroma y la textura suave de su piel. 

Será una verdadera tortura verla, pero sé que valdrá la pena.   

Me pongo de pie para tomar una ducha e intentar dormir y soñar como muchas noches con esa hermosa castaña. 

[...]

Despierto temprano y para mi grata sorpresa relajado y podría decirse que feliz. Sé el motivo. La ansiedad y deseo están trabajando con mi estado de ánimo volviendo todo mi actuar a ella. 

Debo retomar el control de mi estado. No puedo permitir que el deseo por tenerla me domine. Ella es mi secretaria. Debo tenerlo presente a cada segundo, porque a lo único que podría aspirar fuera de los límites de esta empresa, es a ser mi sumisa. 

Nada más. 

Llego más temprano que todos los días a la empresa. Entro a mi oficina en donde encuentro los documentos del contrato en Dubái sobre mi escritorio. Había olvidado por completo ese viaje. 

Sé el porqué de aquel olvido. Mi mente la está abarcando por completo Anastasia. El tiempo que llevo sin contacto sexual me está pasando facturas. Necesito liberar esa tensión y la única manera que conozco y me gusta es con una sumisa. Me resultará provechoso adelantar ese viaje, así dispondré del tiempo suficiente para una sesión en mi cuarto de juegos.

Enciendo mi Mac en el momento justo que tocan a la puerta. Observo mi reloj con el ceño fruncido. Es muy temprano para que llegue Andrea. 

—Adelante —digo con el ceño fruncido. 

Concentro mi mirada en la misma esperando ver a Andrea, pero no es ella quien entra. 

—Buenos días, señor Grey —dice Anastasia. 

La observo fijamente extasiado al ver lo hermosa que se ve. Su cuerpo se envuelve en un hermoso vestido en tono gris oscuro ajustado completamente a su cuerpo. Aquella corriente eléctrica hace acto de aparición amenazando con alterar mis sentidos, encender mi cuerpo y volver mi voluntad por completo hacia el deseo crudo e intenso que ha desarrollado sin proponerselo ella. 

Una historia sin fin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora