Capítulo 10

14.6K 1.4K 69
                                    

Stiles no pudo pegar ojo en toda la noche. Hubiese ido detrás del lobo, pero algo en su interior le tenía completamente paralizado, permitiéndole tan sólo sostener la hoja en la que Derek había garabateado su nombre antes de huir por la ventana.

Porque sí, Derek había huido y eso le cabreaba. ¿Por qué demonios el lobo era tan escrupulosamente cuidadoso con sus pensamientos? ¿Cómo podía ser tan egoísta de marcharse dejándolo confundido en su cuarto? ¡Gracias a él no iba a dormir en toda la noche!

Y, en efecto, no pudo conciliar el sueño ni un sólo minuto. Incluso bajó al salón cuando escuchó a su padre entrar en la casa después de su turno de trabajo y juntos vieron un programa de construcción de camiones.

En el rato que pasó con su padre, Stiles pensó en contarle lo que le pasaba por la mente, pues su relación se había hecho mucho más cercana desde que le había contado la verdad acerca de lo que hacía cuando desaparecía con Scott y los demás. Desde que se había convertido en una especie de criatura sobrenatural, su relación se había hecho aún más cercana... y la guinda del pastel era que, como Stiles le había contado, el sheriff era el ancla que lo mantenía bajo control (la mayoría de las veces, las lunas llenas aún estaban en proceso de ser llevaderas).

Así que cuando Stiles se levantó por fin de la cama, resignado por ser incapaz de dormir o al menos descansar, su humor dejaba mucho que desear. Todo el mundo pensaría que lo normal sería estar eufórico porque el hombre que le gustaba (Stiles no iba a admitir algo más que "gustar") le correspondía, pero se sentía engañado durante todo el tiempo. Porque Derek lo había sabido todo el tiempo, incluso cuando el propio Stiles no estaba seguro de que le gustara en realidad, cuando era tan sólo uno de los nombres de una extensa lista, que él sentía algo por el lobo. Pero ¿desde cuándo sentía Derek atracción por él? ¿Desde que era un escuchimizado y endeble humano incapaz de defenderse de una gran multitud de problemas?

¿Desde cuándo?

Esa era la pregunta que había estado retumbando en la cabeza de Stiles, buscando algún momento en el que hubiera sentido algo más que aversión en la mirada verde del moreno. Vale, sí... su relación había sido mucho más amena desde hacía tiempo y mucho más amable desde poco más de un mes, pero aún así, siempre había sentido... desprecio. Aunque fuera poco, pero desprecio. Sobre todo al principio. ¡Dios! ¡Derek siempre había sido un imbécil!

-Hijo -dijo la voz del sheriff sacándole de su ensimismamiento. -¿Estás bien?

Fue entonces cuando Stiles se dio cuenta de que en medio de sus ensoñaciones había comenzado la rutina de todos los días y ahora estaba ya en la cocina, parado delante del fregadero, con las manos anudadas en puños y pequeñas gotitas cayendo de ellos por los cortes que se había auto-infligido con sus garras. Sacudió la cabeza y respiró hondo para calmarse.

-Sí... es solo que... -comenzó el muchacho. Miró a su padre y fingió una sonrisa. -No he dormido bien.

-De acuerdo. -sonrió también su padre algo más relajado. -Entonces supongo que no querrás café.

-Tomaré leche. -afirmó su hijo yendo a la nevera para ayudar a su padre a preparar el desayuno.

En medio del desayuno, hubo todo tipo de conversaciones carentes de sentido para Stiles, que aunque había logrado apartar sus pensamientos acerca del lobo de su mente, aún estaba inquieto. Sin embargo, como siempre, la presencia de su padre, de su ancla, lo calmaba sorprendentemente bien.

Terminaron el desayuno y mientras su padre recogía los platos, subió a ponerse algo de ropa para ir a correr y jugar con algún ciervo en el bosque. Podría resultar cómico, pero Stiles había descubierto lo divertido y relajante que le resultaba correr con animales salvajes, acecharlos hasta atraparlos y una vez conseguirlo, dejarles vivir tranquilamente. No los mataba, no los hería... tan sólo ponía a prueba su velocidad y sus sentidos. Correr entre árboles sin ningún motivo no le resultaba un reto, por lo que solía preferir correr con los demás miembros de la manada, con algún ciervo o incluso intentar atrapar en sus manos alguna ardilla.

Yaguareté·Abà IWhere stories live. Discover now