Capítulo 2

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Stiles ya estaba en casa, preparándose para ir al cine con los demás, pues había logrado que por una vez dejaran a un lado los entrenamientos para ir a hacer cosas de gente normal. Se puso unos pantalones vaqueros, unas deportivas converse y una camiseta gris no sin antes mirar la herida llena de puntos.

-¿Te has puesto la venda? -le preguntó el padre desde la cocina cuando su hijo bajaba ya las escaleras.

-Sí.

-¿Seguro?

-No. -se resignó admitir el menor.

-¡Stiles!

-¡Es incómoda! Y llego tarde...

-Ayudará a que no te salte ningún punto y tengas que volver al hospital. Ven. -dijo cogiendo una de las vendas de repuesto.

-¡Papá!

-Que vengas.

Stiles dio un bufido y se quitó la camiseta de mala gana. Su padre lo miró divertido y cogió algo de bactroban para limpiar la herida antes de vendarla.

-Eres un caso, hijo... por no querer vendarte tienes una pelusa en la herida. -dijo quitándola suavemente. Le vendó y Stiles se comenzó a poner la camiseta. -Y sigue entrenando con los chicos.

-¿Qué?

-Digo yo que esos músculos no hayan salido de pasarte las noches en el ordenador.

-Yo no entreno. Miro cómo entrenan. -dijo levantándose la camiseta para mirar su torso y comprendiendo lo que decía su padre. Una sombra ligera de músculo se dibujaba en su cuerpo. -Será de las carreras nocturnas que me pegaba en sueños. -dijo en un murmullo que sólo él escuchó.

El sonido de un claxon sonó desde la calle. Stiles miró su reloj y comprobó que por una vez, Scott había sido puntual. Cogió las llaves de casa y salió corriendo a pesar de que el padre le gritó que no lo hiciera por si se saltaban los puntos.

-Mi hijo es un inconsciente. -murmuró el padre.

***

Stiles se quedó parado en el porche de su casa mirando el coche que había dado al claxon. No era el coche de Scott, sino el flamante Camaro de Derek. Se acercó cautelosamente y miró al conductor. Derek se giró para mirarle molesto.

-¿Vas a subir?

-Creí que me venía a buscar Scott. -dijo sentándose rápidamente en el asiento del copiloto.

-La madre no le pudo dejar el coche. Va en moto. -dijo mirando hacia delante y después a él. -Y tú no puedes.

-¿Cómo que...? ¡Oh! Los puntos... -refunfuñó el humano. -Estais todos pesaditos con eso, eh...

Derek arrancó el motor de su coche y condujo hasta el centro comercial. Aparcó en el parking y los dos fueron hacia el interior. Stiles no se sorprendió al ver que eran los únicos que habían llegado aún. Cogieron sus entradas y esperaron sentados en la fuente del centro comercial a que los demás llegaran.

Lydia y Ethan llegaron juntos. Se habían hecho casi inseparables desde la muerte de Aiden, probablemente porque ambos lo echaban de menos. Kira y Scott aparecieron justo después. Los cuatro recién llegados fueron a por las entradas mientras Derek y Stiles los miraban desde un escaparate cercano.

-No hay entradas. -dijo Derek de repente a su lado.

-¿Cómo? -preguntó abriendo la boca. Scott se giró para mirarle justo entonces. -Yo te mato, imbécil. -susurró. Sabía que el alfa lo habría escuchado perfectamente.

Yaguareté·Abà IWhere stories live. Discover now