Su amor fue como un rayo de luz que iluminaba un oscuro túnel, ella sabía que que era algo innegable. Desde el primer minuto en que sus ojos se cruzaron; algo cambió dentro de ella.
Solo podía limitarse a mirar una y otra vez esa foto de Jake y susp...
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–¿Me oyes?...– la voz de Heeseung interrumpió bruscamente sus pensamientos. Parecía más callado de lo usual, semejante a la actitud de jungwon días anteriores, aunque con él ya era más de costumbre desde que terminó con la novia que casi nadie sabía de quién se trataba... Porque era Bet. Ésta repentina interrupción logró que el pelinegro mirara finalmente al chico después de un largo rato absorto en otras nimiedades, mientras que el mismo se acomodaba la corbata negra mientras tomaba las llaves para terminar de salir del edificio que le pertenecía.
–¿Dijiste algo?– murmuró el chico y heeseung chasqueó su lengua en su boca, claramente frustrado.
–Llevo media hora preguntando por qué no podremos hacer la fiesta el sábado. ¡Se nota que mi opinión te importa un c*lo, O no, Un c*lo te importa más que mi opinión!– Jake suspiró y negó con la cabeza, volviendo a mirar a otra dirección con una expresión seria. A veces sus amigos se preguntaban dónde había quedado ese chico bromista que solían conocer, que no se tomaba nada enserio y que resolvía todos sus problemas bromeando al respecto.
Las pocas veces que lo habían vuelto a ver sonreír genuinamente desde hace tiempo... Fueron probablemente las veces que Layla, su Border Collie, le mostraba la pancita cuando sabía que había tirado la basura y no quería que la regañaran. ¿Dónde quedó ese idiota de antes?.
–No estaré el fin de semana y sabes las reglas que les puse. Nada de fiestas cuando yo no esté, y... Es un asunto a resolver, algo personal.– Heeseung se cruzó de brazos y recostó su espalda de la pared de la entrada, bastante molesto.
–Como sea, ya tendré que decirle a Riki que vuelva a guardar la cerveza en la casa que alquila. Me j*diste los planes, ¿¡Sabes quién iba a venir!?– Jake lo ignoró y caminó hasta su auto, dejando a heeseung hablando solo. –ni sé porqué me doy la molestia, si contigo solo se gasta saliva. Seguro vas a divertirte con Sofía por ahi– murmuró entre dientes para sí mismo mientras Jake se sentaba en su lujoso auto, para luego desaparecer de la vista de su amigo.
Sofía para Jake era todo lo opuesto a la "diversión" que todos suponían, todos excepto sunghoon, quien sabía lo asfixiante que era su vida. Para él, ella representaba la atadura más grande que tendría en vida.
Tantas veces intentó dejarla... Pero solo había un problema, o mejor dicho, varios. Principalmente hablamos de su padre, y del hecho de que él era un simple objeto de intercambio.
–¡Bienvenido jóven maestro Sim!– el hombre uniformado sonrió cortezmente y Jake se limitó a devolverlo con un gesto de manos y una sonrisa que no llegaba a sus ojos. Y cuando atravesó el marco de la puerta del comedor, sintió nuevamente esa sensación de desesperanza.
¿Era hermosa? Absolutamente. Tez pálida como la nieve, piel de porcelana, cabello castaño oscuro y lacio que le llegaba por la cadera, doble párpado, labios anchos, nariz y cara pequeña, cuerpo perfecto... Si, todo estaba bien; excepto que ella no era la mujer que él amaba.