Capítulo 72.

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30 votos, siento la tardanza :S

-Mi... Esposa, ¿Qué hizo ella para reteneos contra vuestra voluntad en un barco?-pregunta mi padre, ignorando el intento de cambio de tema por parte de Percy.

-Encerrarnos en una burbuja mágica, la cual únicamente ella podía saber donde estaba, y solo los hijos de alguno de los tres grandes podría encontrar.-explica Hazel.-Una magia especial que pueden utilizar tanto dioses como mestizos.

-Entonces, Sara, tú encontrastes el Argo II.

-Te equivocas Poseidón.-corrigo.-Yo estaba huyendo de un cíclope que quería matarme y que al final, cuando me enfrente a él, sí, lo maté, pero yo quedé inconsciente.

-Fuimos Michael y yo quien los encontramos.-habla Thalia.

-El señor Delfín, me ha estado diciendo que Anfítrite, se estuvo quejando la semana antes de tu cumpleaños de que le habías arruinado todo.

-Me sorprendes, Poseidón.-y en verdad, lo hacia y mucho.-No creía que supieras el día en el que nací.-admito.-Pero eso es otro tema, arruine los planes de tu mujer por..., Bueno, igual que Hera quiere ver muertos a todos los hijos de Zeus, Anfítrite, nos quiere ver muertos a Percy y a mi, supongo que es complicado llevarlo acabo, ¿por qué?, No lo se.

-Niña insolente...-oigo decir a Hera.-Tú no sabes nada sobre lo que pienso sobre los hijos de mi marido, Jason Grace, por ejemplo, él es un gran joven, apuesto, fuerte e inteligente.-describe.-En cambio su hermana...

-Soy un grano en el trasero para usted, ¿verdad?-termina la frase Thalia.-Tranquila, no se sienta mal por ello, el sentimiento es mutuo.

-Thalia, por favor.-le regaña Quirón.

-¿Cómo conseguisteis salir de aquella burbuja?-pregunta Atenea, su hija es quien la contesta.

-El día del cumpleaños de Sara, a la hora de soplar las velas, nuestra amiga pidió un deseo, el cual se hizo realidad cuando la señora Anfítrite apareció de la profundidad del mar.

-La mujer nos explico porque hizo todo eso.-continua Frank.-Eramos ocho y solo quería a uno.

-Ella sabia que nosotras los encontraríamos tarde o temprano.-sigue la hija de Zeus.

-Y era mejor tener a dos hijos de Poseidón que a uno.-supone la diosa de la sabiduría.

-¿Y así pretendía deshacerse de vosotros?, Pues vaya...

-Sí, era mejor su plan, mandarnos a la otra punta del país y borrarnos la memoria.-le contesta Percy a Hera.

-Bien, ya entendí donde estabais, como llegasteis, y porque estabais allí.-intenta Zeus calmar a su mujer cambiando de tema.-Pero, ¿cómo conseguisteis salir?

-La mujer apreciaba más sus oídos que a su marido, dijo que estaba hasta las mismísimas de que Poseidón se pasase todo el día gritando.-explica Piper.

En aquel momento comienzo a recordar todo aquello de lo que la mujer de mi padre me avisó. Cuando me dijo que Poseidón hizo hasta lo imposible para separarme de Lucas no lo entendí en su momento, pero ahora, después de enterarme de que lo de la muerte del chico al que amo era mentira, ella me lo dijo, al igual que también me contó que para Poseidón soy su pequeño tesoro.

Mi mirada cruza con la de Lucas, él se encuentra unos pasos más atrás de mi, con lo cual tengo que girar mi cuello hacia atras, nos quedamos como dos idiotas mirándonos. Por mi cabeza pasan momento irrepetibles que pasamos juntos, buenos la gran mayoría, él siempre estuvo ahí y sé cuanto me puede llegar a querer, en cambio mi padre, es la segunda vez que lo veo en mis dieciséis años y ninguna de las dos veces ha sido agradable encontrarme con él.

Una voz dulce de mujer interrumpe nuestra conexión visual, haciendo que recordase donde me encontraba y con quien, estos pensamientos causan que la sangre de todo mi organismo se encuentre en mis mejillas.

Genial, simplemente, genial.

-El amor que desprenden tus hijos cuando están enamorados esta fuerte...

Afrodita, ¿quien más si no podría hablar con tanto entusiasmo del amor?

Centro mi atención en un Percy tan rojo como yo, y luego veo a Poseidón, igual de rojo, pero no creo que sea por el mismo motivo que mi hermano y yo.

-Las relaciones que mantienen mis hijos con las bestias de estos dos, no durará mucho.

La lió.

-¡Mi hija no es ninguna...!

-¡¿Perdona?!-interrumpo a la diosa de la sabiduría.-Llevo quince años encerrada en un asqueroso internado con la única compañía de él.-le digo con un fuerte tono a Poseidón mientras señalo a Lucas.-Y otro año en el campamento pensando que la única persona que ha estado conmigo desde que nos conocimos, había muerto. Y tú, mi padre, preferistes ver, desde tu trono, como los niños me insultaban por ser diferente, se reían de mi porque las tuberías siempre explotaban cuando yo estaba cerca y no era capaz de controlar mis emociones, nadie se explicaba como sucedía, pero la culpable siempre era yo.-intento clavar mis ojos en los de Poseidón, creo lograr conseguirlo.- Y ahora me vienes a decir que, no quieres que este con esta persona que quiero, ¿sabes?, He estado dieciséis años sin ti, puedo aguantar el resto de mi vida.

-Sara, soy un dios, no puedo estar con mis hijos como un padre mortal estaría con sus hijos.

-Yo no te estoy pidiendo que estes siempre cuidando de mis espaldas, solo quiero que te entre en la cabeza que, si no me has ayudado ni un segundo de lo que llevo de vida, no vengas a reclamar ahora cosas, como con quien puedo juntarme y con quien no.-me giro para salir de allí, pero recuerdo algo que también debo decirle.-Y procura no volver a fingir que Lucas, o alguna persona que me rodea y a ti no te gusta que este con ella, muera para yo ya no estar con su compañía, tampoco me vale que tú, o alguno de los tuyos, los mate.

Comienzo a caminar hacia la puerta de casi tres metros y medio, o más.

-Sí que te he ayudado, si yo no hubiera convencido a tu madre a no abortar, tú no estarías aquí.-sus palabras hacen detener mi paso.

¿Mi madre quería abortar?

Mis ojos pican.

Siempre tuve la esperanza de que mi madre aparecería algún día, y me diría la causa del por qué me abandonó. Pero...

Ella nunca me quiso.

Toda mi vida con la ilusión de poder verla, de que me dijiera cuanto me quería, un abrazo de mi... Mamá.

-Hey...-Percy se sitúa frente a mi y pone sus manos sobre mis hombros.-¿Te encuentras bien, enana?

-Ella... Ella nunca me quiso.-murmuro.

Mi hermano me aprieta contra sus brazos, dándome la oportunidad de esconder mi rostro en su pecho.

Es ahí en ese momento, cuando me doy cuenta que, mientras estaba en mi mundo, todos discutían hasta ahora.

Rodeo mis brazos alrededor del cuerpo de Percy, y suelto las lágrimas que intentaba retener. Al sentir como su camiseta se moja por mi llanto, aprieta aún más el abrazo.

Por muy fuerte que sigamos apretando nuestra unión, no creo que los pedazos de mi corazón, aquellos que se mantenían unidos por la esperanza de volverla a ver, ahora están todos esos pequeños y afilados trozos, duelen como fuertes apuñaladas.

Mi madre nunca me ha querido.

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La hija de Poseidón [Sin editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora