⟨⟨ The Polaroid ⟩⟩ - Jake Sim.

⋆ IX ⋆

–Malo y todo, te tengo bien coladita –Jake le guiñó un ojo y la abrazó por la cintura, sentándola en su regazo. La forma en que Bet se acomodó contra él, sin dudar, era como droga para él.

–Mentira...

–¿¡Mentira?! –Él curvó los labios en una sonrisa seductora. La acercó aún más, sintiendo el calor que ella emanaba mientras besaba su mandíbula. –Mira cómo te pones rojita cuando estás cerca mío... –susurró con picardía. Bet, con las mejillas encendidas, lo empujó de nuevo, sintiéndose avergonzada.

–¡Que no! –Él empezó a hacerle cosquillas, y las risas de Bet llenaron la habitación. Él realmente la amaba, la amaba hasta el fondo de su alma.

Pero a veces, momentos así se rompen de repente. En éste caso, se arruinó con una llamada en su teléfono. Al ver quién era, sintió un escalofrío recorrer todo su cuerpo. Era su padre.

Su sonrisa se había ido por completo. Llevaba días evitándolo porque se había escapado sin decir nada por un mes, y la relación con su padre era un infierno constante.

Su madre se lo había advertido, sí. Pero sabía que si lo ignoraba de nuevo, su padre vendría a su casa, y la furia se desataría. A Jake ya no le importaba lo que le pasara a él, ¿pero Bet? Bet era lo más importante que tenía. Que ella viera esa cara de desgracia en su vida lo destrozaría, porque ella también había sufrido mucho.

Apretó el teléfono en su mano, los nudillos blancos, sin notar la mirada de pura preocupación en la cara de Bet.

–¿Todo...? –Bet empezó, su voz llena de inquietud. Jake se levantó, sin mirarla, y respondió con una brusquedad que no quería, pero que salió como un golpe seco.

–Ya vengo. –Bet se quedó aturdida momentáneamente, sintiéndose atrapada en la preocupación, pero decidió no decir nada mientras veía a su novio salir de la habitación, como si hubiera desaparecido en la sombra.

Jake sentía una mezcla pesada de miedo, rabia y desesperación. Una parte de él gritaba que no respondiera; pero la otra, la que latía por Bet, le decía que debía hacerlo. Debía hacerlo por ella, porque su papá era capaz de todo.

–"¡Hasta que respondes... inútil!" –Su mandíbula se tensó al escuchar el grito de su padre, una descarga de veneno por el teléfono. Quiso responderle, pero se obligó a mantener la calma, a tragar el insulto para no empeorar las cosas.

–¿Qué necesita de su hijo, señor Sim? –Su voz salió fría, cortante. Escuchó la risa amarga de su padre.

–"Te has vuelto más valiente, ¿eh, mald*to bastardo? ¿Decidiste irte con tu noviecita extranjera?... Está bien que tengas un juguete para distraerte un rato, Jaeyun, pero... ¿Dejar todo por ella?" –Jake apretó aún más el teléfono, el plástico crujiendo, ante las palabras venenosas de su padre. Sintió el odio puro recorrer cada vena de su cuerpo, calentándolo hasta el punto de ebullición. –"No pudiste decepcionarme menos... ¿Tan bueno es el mito sobre esas...?" –Jake lo cortó, explotando en cólera.

–No soy un desgraciado como otros. No me aprovecho de las mujeres. Y sí, sí dejaría todo por ella. No es ninguna cualquiera, y créame, es más valiosa que todo su dinero. Compartiré su apellido y la mitad de mi sangre con usted, pero no soy igual a usted. -Su padre empezó a respirar con dificultad al otro lado de la línea. Luego, lanzó su ultimátum.

–"Ven. A. Casa. Te doy Diez minutos." –Jake sabía lo que eso significaba. Apretó la mano que tenía libre, con las uñas clavándose en la palma–. "Y... diviértete cuanto quieras. Solo no digas que no te lo advertí. La manzana nunca cae muy lejos del árbol, hijo. Diviértete mientras puedas, porque mi paciencia se está acabando." –El último golpe de su padre fue un corte frío antes de colgar. Jake miró el paisaje por un momento, el mundo exterior que parecía burlarse de su infierno, y volvió a su habitación.