Pokémon - Ash Ketchum Paralelo

17 - La Fragancia Plateada

Narra Cheren

Cuando nací y al paso de los años de mi infancia fui creciendo, solo podía ver a gente estresada caminando de un lado para otro, no era gente normal, eran trabajadores, explotados, científicos, guardias, todo tipo de oficios. Cada sujeto le dedicaba profunda concentración a lo que hacía, se notaba una tensión abundante y opresiva en aquel ambiente, como si les estuvieran amenazando con una pistola en la cabeza y dedo en gatillo. ¿Qué hacía allí un recién nacido como yo? Esa esa una muy buena pregunta.

Mi padre nunca me habló, parecía ser que él nunca anheló un hijo, pero tuvo un grave accidente, y yo era la prueba de ello.

¿Mi madre? No sé quién es, ni tampoco me importa. Ella no tiene nada de influencia en las decisiones que tome en mi pasado. Pero mi padre si, se llamaba Ion, y era conocido entre el Team Rocket como una de las personas con el mayor intelecto de la organización, un hombre alto, esbelto y bello de nacimiento, pero tímido e introvertido. Él era uno de los hermanos de Giovanni.

¿Mi apariencia? Por supuesto que la heredé de mi madre, ella era tan azabache como yo, jamás llegué a compararme a lo genial que era mi padre en su época de oro, Ion era rubio y de ojos esmeraldas, y demostró su gran talento para los experimentos presentando un proyecto para realizar una clonación de Deoxys, un Pokémon singular extraterrestre.

Lástima que mi padre fue daltónico, de no ser por eso, ese Deoxys no habría sido amarillo.

Estuve entrenando mucho desde que nací, me criaron damiselas distantes que no tenían ninguna relación con Ion ni con mi mamá, me convertí en alguien capaz de remplazar el puesto de Giovanni como líder del Equipo Rocket, pero alguien se me adelantó, un joven entrenador pelirrojo enorgulleció a toda nuestra organización capturando a un Ho-Oh, un ave legendaria. Nunca pude saber cuál era su nombre, solo supe que supuestamente se debía tratar del hijo de Giovanni, mi tío, no por su parecido, si no por lo muy afiliados que estaban.

Al no ser su hijo, Giovanni ignoró en lo que yo me había convertido, me desechó, como si fuese mugre, y eligió como su aprendiz a mi primo.

Un 8 de marzo ocurrió lo que ocurrió, el Paraíso Aether decidió acabar con nuestra guarida secreta después de obtener el control de Terapagos, un Pokémon legendario que duerme en una joya azulona. Fue un punto de inflexión en mi vida, ya que mi padre y mi tío murieron ese mismo día, uno fue asesinado, y mi padre... no me acuerdo.

Pero la única persona que alcancé a ver causante de todo aquel descontrol fue un entrenador menor que yo, con el cabello plateado como una luna llena, con Pokémon formidables a su lado. Por alguna razón que desconozco, me dejó vivir, y después de que Deoxys escapara del laboratorio, él también se retiró con los demás paladines.

Juré venganza, no por mi padre, si no por todas las personas que me cuidaron y me apreciaron en su organización, el Paladín de la Ira no se iría con la suya. El nos atacó para liberar a nuestra creación, ahora yo le robaré lo que él aprecie más.

¿Qué porque robaron a Deoxys? No lo sé, supongo que por alguna necesidad.

El Equipo Rocket estaba en ruinas y tardaría meses en reformarse sin su líder, por eso era una mejor opción unirme a los Exploradores, escuché que ellos tienen más rivalidad con el Paraíso Aether, aquello significaba que, de alguna manera u otra, si me aliaba con ellos, estaría mucho más cerca de reencontrarme con aquellos bastardos que arruinaron mi carrera.