Epílogo

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Pido disculpas por no subir rápido el epílogo, pero estuve algo ocupada y no me daba el tiempo para sentarme en la compu. En fin, sin más dilataciones, espero que disfruten de este último vistazo a la vida de estos personajes. Espero de corazón que hayan disfrutado el viaje, para mí siempre es un gusto tocar en este barco con ustedes ;)

Epílogo

—¡Lord Pembroke! Admito que esto es una sorpresa.

Iker se inclinó de forma diligente, sin poder evitar que una sonrisa burlona surcara sus labios.

—Me alegro que aún pueda sorprenderte.

Ella puso los ojos en blanco, antes de invitarlo a entrar con un elegante y algo atrevido ademan. Él no se fijó en los detalles que decoraban su invitación y cruzó la puerta que tantos años había sido víctima de sus llamados a deshoras.

—¿Puedo saber a qué debo el placer? —Sofía no era tonta y jamás se andaba con rodeos cuando quería algo, podía ser que lo estuviese recibiendo a altas horas de la mañana pero eso no le borraba la impertinencia.

—Me temo que apresuras conclusiones, querida. —Ella hizo un mohín casi imperceptible.

—No puedes culpar a una mujer por desear.

—No, estás en lo cierto. ¿Qué clase de caballero le niega a una dama un deleite?

—Tú.

—He ahí tu error, querida. Yo no soy un caballero.

Sofía sonrió muy a su pesar, indicándole que la siguiera a su pequeña sala de estar. Normalmente allí se llevaban a cabo distintas reuniones con los caballeros que estuviesen interesados en alguna de las chicas. Pero siendo las nueve de la mañana, el lugar estaba desértico como era de esperarse. Las jovencitas dormían tras una ardua noche de trabajo y la única que tenía el gusto de ver a Iker en ese instante, se encontraba extenuada por las exigencias de su nuevo puesto de trabajo.

—¿Cómo llevas todo? —preguntó él tras las cordialidades expresadas por ambas partes.

Sofía no iba a engañarse diciendo que no echaba de menos a Iker, pues si bien tenía una larga lista de clientes fieles y cariñosos, él había sido más que eso. Ellos eran amigos, eran compañeros, cómplices y camaradas. No es que ya no se trataran en lo absoluto, pero ella comprendía que por el bien de la familia de su amigo, debía hacer un paso al costado y permitirle tener algo de normalidad. Iker incluso había tenido la amabilidad de mostrarle a su hija una tarde en Vauxhall y ella se había quedado encantada con la pequeña. Si bien conocía y había cruzado unas que otras palabras con Ailim, ella prefería que las cosas permanecieran en una amena y amigable distancia.

—Todo va de maravilla —respondió, tras un segundo de silencio.

No podía exigirle nada más a su amigo, había cumplido su promesa, la había liberado del yugo que la aprisionaba al ser la querida de Reginal. Y ahora gracias a Iker, era la dueña de Les déchets. Finalmente podía llevar la casa de putas más prestigiosa de todo Londres, sin tener que preocuparse por su seguridad o la de las chicas que trabajaban para ella. Le debía eso y mucho más al conde, razón por la cual sabía muy bien que él nada debía hacer allí.

—¿Cuándo me dirás qué te trae por aquí?

—Mujer impaciente.

—Si no vienes por negocios, algo más debe estar molestándote o no te levantarías tan temprano.

Touché, Sofía, touché. —Iker rió enseñando las palmas a modo de rendición —. Me has atrapado, no queda más que revelarte mis intenciones que tan mal he ocultado.

El Conde FantasmaWo Geschichten leben. Entdecke jetzt