d o c e

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No hay nada mejor que

—¿Cuánto tiempo ha pasado desde que estamos aquí?

—Seis minutos desde la última vez que preguntaste —gruñe.

—¿Cómo es posible que llegué hasta aquí?

—No sé, Minseok —espeta con ácido en sus palabras—, quizá Luhan quería deshacerse de ti por estar pegado a él y no dejarlo disfrutar del cumpleañero. ¡Estás que lloras!

Minseok toma una bocanada de aire cosa que se le dificulta un poco considerando el lugar donde están.

—¡Cállate! —refuta—. Haz de estar casi al borde del abismo por que tus caderas no se están restregando contra las manos de Kris.

Jongdae envía una mirada que si bien, pudo partir la fisonomía de Minseok en dos y desparramarlo por el piso o amenazarlo con que realmente va a hacerlo. Sus ojos café ahora son como llamas de fuego o lava, o lo que sea más ardiente. Jongdae quiere golpear a Minseok.

—Quiero salir de aquí. No quiero estar contigo —chilla Jongdae.

Minseok para sus adentros solloza porque no es eso lo que desea escuchar, y menos de la boca de su mejor amigo, sin embargo mantiene la compostura y sonríe pese a sus problemas emocionales.

—¿Sólo seis minutos y ya extrañas la lengua de Kris en tu boca?

Eso definitivamente declara la guerra.

Jongdae no permite el ser aplastado por los comentarios malintencionados de Minseok, ni siquiera sabe por qué el mayor está siendo tan hostil y tampoco sabe por qué él intenta defenderse, pero Minseok es alguien al que Jongdae le debe todas las explicaciones incluso el por qué de la vida si es necesario.

Dentro del reducido espacio 4x4 copado entre percheros y ropa polvorienta, Jongdae tira de Minseok hasta que éste chilla por el contacto de las escobas incrustadas en su espalda.

Minseok se compone de su dolor y golpea fuertemente el pecho de Jongdae.

Parecen niños peleando por un juguete o un dulce.

Se preguntaran cómo llegaron estas criaturas a estas circunstancias. Qué los hizo quedarse encerrados en el armario de la casa de Luhan, al fondo, donde la música no llega y sus gritos son inútiles y se amortiguan en el polvo y el encierro. Sus golpes y chillidos hacen retumbar las paredes del diminuto lugar, sus gritos de «Minseok sin morder» y «Jongdae no me hagas cosquillas» parlotean por el lugar y no me dejan tan siquiera seguir escribiendo. ¡Es hora de actuar!

«Yah, ustedes dos ¡A callar!»

—¿Quién dijo eso? —pregunta Minseok quien estaba a medio camino de morder el brazo de su mejor amigo.

—¿No estamos solos o qué?

«Claro que no están solos, idiotas. Llevo ya una página entera intentado relatar los hechos, y no dejan de pelearse entre sí»

—¡Jongdae comenzó!

—Fuiste tú. Además estamos aquí por culpa de Yura.

«Nop, en realidad, yo los encerré aquí. Con un poco de ayuda, claro»

—¿Cómo? No, fue Yura. ¡Ella me dijo que este era el baño! —Jongdae se mueve un poco para no aplastar a Minseok.

«Si me dejaran contar la historia, podría refrescar sus mentes. Disipar sus dudas»

—¿Contar? ¿Un momento? ¿Contarás todo?

«Sí, Jongdae»

—Ja, todos sabrán de tus amoríos con Wufannie~ —chista Minseok intentando añadir presencia cruzándose de brazo. Fallando en el intento.

Cómo Separar a Luhan y Sehun Sin Morir en el Intento → ChenMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora