Christopher.
Si algo está claro, es que de aquí, uno de los dos sale muerto, pero está más que claro que no va hacer él. Se tambalea tratando de tener equilibrio y seguir peleando, su cara está hinchada y llena de sangre, tiene la ceja partida, de su frente brota sangre sin indicios de detenerse.
Los helicópteros de la FEMF sobrevuelan el área, uno de sus hombres le grita que se detenga. Sin embargo no saldrá de aquí, eso está seguro. Su puño impacta contra mi cara, logra que me tambalee hacia atrás, más no dejo que siga, le engancho el pie al tobillo, doblando su extremidad y tirandolo al suelo.
Lo pateó varias veces, escupe sangre jadeando en busca de aire.
El puño de Marcus chocó contra mi mandíbula, haciéndome tambalear. Sabía pelear, maldito bastardo. Y peor aún, disfrutaba cada segundo.
-Eres débil, Morgan. -Escupió, lanzándome otra patada al abdomen. - Y todo por una mujer.
Me limpié la sangre del labio con el dorso de la mano y lo miré fijamente.
-No es "una mujer". Es ella. Es mi mujer. -Exclamé devolviéndole el golpe.
El odio brilló en sus ojos. Cargó contra mí con el cuchillo en alto, pero logré detener su brazo, torcerlo, y hundir mi rodilla en sus costillas. Su gruñido fue música para mis oídos.
La figura de una mujer apareció, tambaleándose y cojeando. Mi novia. Sus pies se arrastraban, mi mujer tambaleante, con la pierna ensangrentada, los ojos llenos de lágrimas y rabia. Dios, cómo podía estar de pie después de tanto... y aún así, resistía.
Y entonces lo escuché. Escuché su maldita voz, misma a la que me encargaría de arrancar.
-¡Tráiganme a la chica! -Grito con fuerza.
Nelson.
La sangre me hirvió. Ese hombre, que se hacía llamar padre, estaba dispuesto a entregar a su propia hija como si fuera mercancía.
-Hijo de perra. -Murmuré, apretando los dientes.
Marcus aprovechó mi distracción y me lanzó contra un árbol. El aire se me escapó de los pulmones. Su cuchillo rozó mi cuello. A centímetros de matarme.
Pero no iba a caer ahí. No cuando Avy me miraba con esos ojos, suplicando en silencio que no la dejara sola. No la dejaría, era mía y nadie puede tocar lo mío, ni ellos.
Con un rugido, giré mi cuerpo, logré desarmarlo y clavé la hoja en el suelo, a centímetros de su cabeza.
-Si vuelves a tocarla -le escupí al oído-, te juro que no saldrás vivo de este bosque.
Lo dejé inconsciente con un golpe seco, girando de inmediato hacia Avy. Algunos soldados lo rodearon cuando me levanté de un salto
Ella estaba sangrando, temblando, pero erguida. Una guerrera. Mía.
-¡Avy! -corrí hacia ella, tomándola en mis brazos. Su cuerpo se derrumbó contra el mío, caliente, frágil, pero vivo.
-Chris... -Su voz apenas era un susurro. - No me dejes.
La abracé más fuerte, con la promesa ardiendo en mi pecho. Me la habían lastimado y yo no la había protegido, no fui su escudo como se lo prometí y me odié por eso.
-Jamás. -La estrechez contra mí, besando su cabello.
Y mientras la sujetaba, juré que haría lo que fuera necesario: salvarla de Marcus, de Nelson, de la mafia irlandesa y de cualquier sombra que intentara arrebatarla de mi lado. Me jure que nadie me la tocaría. Quien fuera.
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•Secrets• ◆C.M◆ (Pausada)
FanfictionSIN EDITAR. ‡ Avery Da Silva hija de Amelia Martins, fruto de un matrimonio roto y sin amor, se ve envuelta en los problemas de sus padres. Avery junto a su madre se mudan a Venecia, a reaformar sus vidas.
