Te esperaré al final del camino [Finalizada]

36. De vuelta a la rutina

Dos días después volvimos a tener clase de Educación Física y cuando llegamos al gimnasio nos encontramos allí con Mario. Iba con mis amigas hablando y cuando lo vieron allí.
-¿Quién es ese? Habéis visto lo buenorro que está. - dijo Macarena
-Ya lo creo. ¿Qué estará haciendo aquí? - dijo Rocío.

En ese momento veo que se acercan los dos hacía mi.
-¡Hola Bea! - me dijo
-¡Hola! ¿Qué haces por aquí? - le dije
-¡Estoy de vacaciones! Después del veranito que hemos tenido, ya tocaba.
-Si que es verdad.
-Ayer estuve hablando con Marcos por teléfono y me dijo que hoy teníais clase con él y me he dicho pues voy a ir a saludarles y de paso comentarle los ejercicios que puede hacer Nick. Por cierto ¿Dónde está?
-Ahora vendrá. Estaba con Luis dando una vuelta.
-¿Cómo lo lleva?
-Bien. Poco a poco acostumbrándose a la libertad.
-Lo llevan peor sus padres. Que van detrás de él a todos lados.
-Me lo imagino. Nick no es de los que pueda estar encerrado. Estos meses lo ha pasado mal. Había días que lo veía aparecer con una cara que tenía que llevármelos a la piscina, porque como le encerrará en gimnasio se subía por las paredes.
-Tengo que darte las gracias por todo. Sino hubiera sido por ti, Nick no se habría recuperado.
-Sólo he hecho mi trabajo. Tú eres la que le ha ayudado si no llegas a venir ese día, mi trabajo no hubiera valido para nada.
-Ese día fue duro, sí. Pero hicimos un buen trabajo. ¡Mira ahí lo tienes!

Cuando Nick entró por la puerta, se quedó parado.
-Por un momento he tenido un déjà-vu. Que pasa que ni aquí puedo perderte de vista - le dijo con tono irónico.
-Ya ves, vengo a vigilarte, a ver si estás haciendo los deberes.
-Por supuesto, ya me conoces.
-Ya me ha dicho Bea, que lo estás llevando bien, ¿no?
-Si, más o menos. Lo que llevo un poco peor son las escaleras.
-Pues ya sabes, cada día un poco más. Dentro de unas semanas ya ni te darás cuenta. Además ya le he estado contando a Marcos los ejercicios que puedes hacer y eso - dijo mirando a Marcos - ¡Métele caña que a este como no le piches se te despista en seguida!
-Pero, tendrás queja de mi.
-¡No! Eres de lejos, mejor paciente que he tenido. Por cierto, ¿Qué tal el temita que teníamos pendiente?
-Va bien - dijo Nick que se puso con un tomate
-¿Así? Entonces ya tenemos parejita - me miró a mí
-Si, ha cumplido su promesa. - le dije
-Me alegro mucho de que os vaya bien.

Se quedó por allí toda la clase con Marcos. Me daba un poco de vergüenza. No soy tan deportista como mis hermanos. Es más fuera del agua se puede decir que soy más bien patosa.
-Bea, ¿de qué lo conoces? - me preguntó Rocío
-Es él que ha estado tratando a Nick.
-Así que es él, él que ha obrado el milagro - dijo Maca
-Si, es un tío estupendo. Además de ser bueno en su trabajo, está pendiente de todos y en todo momento, los anima, les regañaba cuando era necesario. Es increíble, incluso a mi estuvo dándome ánimos un día que ya no podía más.
-¡Eh Bea! Dejar de parlotear que no estáis haciendo nada  - dijo Mario desde lejos

Lo dicho que vergüenza se me quedaron todos mirando. Hasta Nick se reía desde lo lejos.

En fin que después de cuatro meses muy duros, todo parecía tranquilizarse. ¿Sería está la última broma del destino? Podríamos tener una vida sin complicaciones o por el contrario nos encontraríamos con otro alto en el camino. Como no podemos saberlo, lo único que podemos hacer es vivir cada día como si fuera el último. No dejando para mañana lo que puede hacer hoy.