6. Hoy no puedo pero mañana si

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Al día siguiente, a eso de la una del mediodía recibí una enigmática llamaba en el móvil, era Nick, me sorprendió mucho su llamada.
- Hola Nick - contesté
- Hola, Beita
- ¿Qué te cuentas?
- Pues que estaba aquí, dándole vueltas a la cabeza y he pensado que si tengo que estar aquí durante una semana hasta que me lleven a la clínica, que me voy a aburrir mucho y me he acordado del juego de las cuatro en raya que tengo en mi casa. Y he pensado que podías pasarte por mi casa a buscarlo.
- Claro no hay problemas, ¿Sabes donde está?
- Mi hermana te lo dirá, ella está por allí ahora.
- Ok, entonces me paso enseguida.
- Ahora nos vemos
- Hasta luego.

Colgué el móvil y antes de ponerme a ayudar en la cocina, me dispuse a ir a casa de Nick, me sorprendió no ver a los chicos en el jardín al salir. Los había dejado ahí, hacía como diez minutos. Llegué a la casa de Nick, abrí la verja y camine hasta la puerta, donde llamé al timbre.

Cuando la puerta se abrió, ocurrió algo inesperado, detrás de ella estaba Nick en persona. Estaba sentado en una silla de ruedas. Fue un shock entrar y verle de golpe sentado en la silla, fue duro, muy duro. Sabía que la primera vez lo sería. En ese momento, no me di cuenta, de lo que me había impactado esa imagen. Muchos meses después seguiría teniendo pesadillas con esa imagen. Tenía la sensación de que esa pesadilla me acompañaría el resto de mi vida. En el sueño aparezco, llamando a su puerta y viéndolo en la silla.
- Hola - me dijo Nick, al ver que no reaccionaba
- Pero... tú no estabas en el hospital.

Nick me echo una sonrisita picara.
- Me han dado la libertad condicional una semanita. Pasa no te quedes ahí.
Al pasar vi allí a mis hermanitos.
- Vaya, ya podíais haberme avisado
- Íbamos a hacerlo, pero Nick quería hacerlo en persona. - dijo Luis.
- Muy bonito
- Vamos a ayudar a Denis a bajar la cama de Nick a su despacho, para que no tener que subirle por las escaleras. Vosotros quedaros por aquí. - dijo César.
- Ok

La casa de Nick al Igual que la mía tiene dos plantas y los dormitorios están en la planta de arriba. Empuje la silla de Nick hacía un sillón y me senté en él.
- ¡Qué alegría Nick, que este aquí!
- Ya pero no te hagas muchas ilusiones. Va a ser solo una semanita. Después voy a estar mucho tiempo fuera.
- Lo sé, pero no pensemos ahora en eso, pensemos en el día a día.
- Ok

Poco a poco fueron bajando la cama por piezas al piso de abajo, para luego volverla a montar.
- ¿Cómo te han dado el alta? - le pregunté
- Pues ya ves. Siempre es bueno conocer a gente hasta en el infierno. Entre tu padre y mis padres han decidido que lo mejor era que estuviera en casa unos días antes de... ya sabes. Así que a pesar de ser domingo, tu padre me ha firmado el alta.

Media hora después ya estaba la cama montada en el piso de abajo y estábamos acostando a Nick en la cama. Después nos fuimos a comer a casa. Por la tarde, estuvimos, los cuatro, a verle un rato. Estuvimos jugando a diversos juegos para tenerlo distraído.

Al día siguiente, por la mañana fuimos Luis y yo a hacer de niñeros, sus padres trabajaban por la mañana, así que aprovechamos para cuidar de él en su ausencia, mientras Vero fue a comprar al supermercado algunas cosillas que necesitaban. Nos habían dejado encargado, bueno más bien a Luis que es el experto, que le pusiera la inyección de cortisona. Yo aproveche que llegó Vero para escaquearme de la habitación con la excusa de ayudarla a organizar las cosillas que había traído. Cuando llegaron sus padres, Luis y yo, nos fuimos a comer. Por la tarde, le pedí a César que se viniera conmigo, no quiera quedarme a solas con él, no, después de la conversación del sábado. Me resultaba bastante incomodo. No se como explicarlo, estaba dolida, solo me había pedido unos meses para recuperarse, pero sentía como si me hubiera rechazado. Me resultaba muy difícil, tener una relación normal con él. Estuvimos solo un par de horas. Primero porque su padre estuvo haciéndole rehabilitación y después porque César había quedado con sus amigos. Al acostarme esa noche, me sentí fatal. Tenía la sensación de estar fallándole. Cuando le dijimos que nos teníamos que ir, se le quedó una carita de pena. Pero no nos dijo nada.

Te esperaré al final del camino [Finalizada]Where stories live. Discover now