Please Dont Forget Me ||Thomas Brodie-Sangster||Zombies|| t.b.s

28

Desperté aturdida y mareada.

Sentí mi lengua pesada, como si al hablar mi lengua se moviera por su cuenta.

Sentía que mi cerebro temblaba al igual que mis piernas.

Mi vista estaba nublada y también veía un poco mas iluminado.

Parpadee un par de veces hasta saber donde estaba.

Una habitación blanca. Solo blanco. Espacio y mi presencia. O quizá la idea de mi presencia.

Sentí que mi cerebro estaba trabajando mucho pero no logre entender un porque, era como si estuviera pero no. No sentía nada. Me sentía vacía. Como si solo estuviera mi cuerpo.

No lograba recordar algo y yo quería recordar. Necesitaba recordar algo. Lo que fuera. Pero no podía, era como si mi cerebro estuviera detenido, me sentía aturdida al no poder recordar, mi cordura no estaba en ese momento.
Pero al escuchar a mi madre mi corazón se detuvo.

—Oh, cielo, mira. Es hermosa.—Dijo mi madre con los ojos llorosos y sudor en su frente mientras cargaba a una bebe en sus brazos y mi padre estaba a su lado, sonriendo y con una lagrima bajando por su mejilla. No lograba entender. Estaba allí pero no estaba allí.

Entonces mis padres desaparecieron y me percate que tenia una lagrima en mi mejilla, extrañaba a mi madre y a mi padre. Fue hermoso volver a verlos. Sentí paz conmigo misma.

—¡Amor! ¡Cielo ven a mirar a Tara!—Mi madre le grito a mi padre con muchísima emoción mientras yo estaba gateando hacia mi madre de una manera muy torpe pero aun así sonreía, me senté a lado de mi madre y me mire a mi misma gatear. Era extraño pero en ese momento no sentí eso, olvide sentirme extrañada y confundida. En vez de eso me sentía feliz y pacifica. Mire a mi madre y ella no me miro, no me molesto. Coloque la idea de mi brazo sobre mi madre y me junte a ella. Lo único que logre sentir fue frío. Mi madre no estaba. Al igual que yo.

El recuerdo de el primer diente de leche que perdí, el primer perrito que tuve, la primera vez en un parque, mi primer mejor amiga que llevaba por nombre Elizabeth, mi primer mejor amigo llamado Dylan, mi primer noche de películas con mis padres, el primer campamento, el primer viaje y mi primer llanto de dolor. Todo llego a mi de golpe. Hasta mi primer llanto de dolor.

Estaba en mi habitación jugando con un peluche de un gato anaranjado mientras mi padre entro por la puerta de mi habitación con una sonrisa, ese bigote me hacia creer que el era Ned Flanders cuando era mas pequeña así que siempre que veía a mi papa yo sonreía ya que recordaba al gracioso personaje de la televisión.

—¿cielo?—Me pregunto mientras se sentaba en mi cama y palmeaba a su lado para que yo lo hiciera, me senté a su lado y espere algo mas. Sabia que me iba a decir algo. Me senté a lado de mi misma y mire a mi padre sabiendo lo que iba a decir. Cuando mi padre hablo fue como si me taparan los oídos, no lo mire, solo baje mi cabeza y de una manera sorda escuche mis llantos, me resigne a mirar la escena y mi padre me abrazaba. Entonces toque mi propio hombro. Estaba cálido.

El funeral de mi madre estuvo allí. Claro que si.

Nunca había llorado tanto en mi vida como ese día. Que difícil fue asimilar que ya no iba a tener mama. Mi padre dijo que ella poco a poco se iba yendo, como yo.

Años después, mi padre conoció a Lina, a esa mujer que desprecie con toda mi alma por ocupar el puesto de mi madre fue quien trajo al mundo a la persona que mas ame. A Timothy. Un niño de pelo claro, ojos azules, una sonrisa encantadora y una voz tranquila. Una persona que con tan solo abrazarme me hacia sonreír como nunca.

Yo tuve una primera vez para todo. Al igual que mi hermano. Todo un camino, toda una aventura que pude compartir con el, todas esas noches desvelándonos mientras yo le contaba historias mágicas, todas esas risas, todos esos abrazos, todo. Todo lo que pase con el se que jamas volveré a recuperarlo. Se que lo perdí. Lo perdí todo.

Thomas. Estaba Thomas. Sonriendome. Mirandome. Thomas.

Comencé a sentirme aturdida y mareada, me sentía atrapada. Me sentía... Sentía que me estaba ahogando, no podía hacer nada, todo dolía, todo era oscuro, estaba volviéndome loca, estaba llorando, estaba gritando, no podía salvarme, estaba muriendo, por fin estaba ocurriendo.