Capítulo 26. Maratón 1\2

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Desperté. Abrí los ojos, pero lo único que pude observar fue más oscuridad. Intenté moverme, y un fuerte dolor de cabeza me hizo frenar. Volví a tumbarme sobre lo que parecía ser el frío suelo de acero de alguna de las salas del avión.

Llevé mi mano a la parte trasera de mi cabeza y descubrí un bulto que sobresalía de esta. Comencé a recordar sobre lo sucedido anteriormente. Todo había pasado muy rápido. Ross y yo estábamos en la isla, y de un momento para otro, ya nos habíamos montado en la nave, que él aseguraba, era de su padre. Poco después, yo estaba saltando, gritando y pataleando sobre un hombre de, al menos, dos metros de alto, antes de que me emoujara sobre el suelo, que supuse, que era el mismo sobre el que me encontraba en esos momentos.

Era de día por ese entonces, y recuerdé que había una diminuta ventana en la pared derecha del cuarto. Me extraña que ninguna luz penetrara por esa ventana, por lo que, con cautela, me levanté -ignorando el dolor de cabeza- y me acerqué hacia la supuesta ventana.

Uno, dos, tres, cuatro y cinco pasos fueron los que dí hasta poder llegar. Palmeé la pared, buscando las esquinas de esta para ubicarme.

Debido a la oscuridad y a mi pequeña estatura, me fue difícil encontrarla. Me extraña ligeramente cuando toque la textura de lo que parecía ser una cortina de tela. Tiré de ella rápidamente, intentando no perder el equilibro -ya que estaba de puntillas- y me dejó ver un cielo oscuro y totalmente estrellado, con una luna llena que estoy segura de que iluminaba toda la habitación. Los mareos volvieron a mí. Presioné mi espalda espalda contra el muro y me fui deslizando lentamente contra esta, cerrando los ojos, intentando hacer desaparecer esas últimas horas de mi mente.

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Desperté cuando sentí el líquido frío resbalar contra mi rostro. Abrí los ojos desubicada y confusa, y cuando conseguí estabilizarme, me encontré con la amarga sonrisa del gorila que me había traído hasta aquí.

-Buenos días, princesita- exclamó -Será mejor que te levantes, tenemos muchas preguntas que hacerte -me tomó de los antebrazos y tiró de mi hasta ponerme en pie.

Cerré los ojos y mantuve el equilibrio agarrándome de la pared, intentando no caer rendida al suelo. Tomó mis dos muñecas en una sola de sus grandes manos y volvió a tirar de mí , pero esta vez en vertical, hacia la puerta, haciendo que mi cuerpo se inclinara hacia delante, obligándome a caminar.

Abrió la puerta y comenzamos a recorrer el pasillo. Ya había amanecido por la cantidad y potencia de la luz que entraba en ese pequeño cuarto, podría intuir que era el mediodía.

Mis ojos revoloteaban de un lado al otro, recorriendo el pasillo, intentando buscar la cabellera rubia se la única persona en la que podía confiar ahora. Ya no me sentía tan valiente como el día anterior. Ahora que sabía de que podía ser capaz ese hombre. Además, me sentía débil, me dolía la mayoría del cuerpo, y aunque había dormido, me había sido imposible descansar. Mi cuerpo permanecía siempre alerta.

Llegamos a lo que parecía ser una sala de estrategias. Al contrario que el cuarto en el que había pasado la noche, este era amplio y estaba amueblado. Estaba cubierto por un falso techo, escondiendo las vigas de metal que sabía que se hallaban allí debido a mi "pequeño alojamiento" en su otro cuarto. En el centro de la sala, había una mesa cuadrada, llena de mapas, figuritas que imitaban soldados, una pequeña lámpara de escritorio verde y una botella de whisky abierta. Alrededor de todo el cuarto -iluminado únicamente por un pequeño bombillo que colgaba del techo e iluminaba medianamente la sala- podía distinguir numerosas armas, cajas y lo que parecían ser bolsas de suministros.

-Es un gusto volverla a ver, señorita Marano- me dijo Smith, que se hayaba tras la mesa con un vaso de whisky y una sonrisa.

-Lástima no poder decir lo mismo- comenté, volteando a verle con una falsa sonrisa. Escuché su risa, áspera como la lija, amarga como el café y oscura como el carbón.

Fue entonces cuando me fije en él. La chaqueta abrochada hasta el cuello de aviador, aquella que llevaba el día anterior llena de placas y medallas, había sido reemplazada por una camisilla de tiras gruesas simple, que supuse, había llevado debajo de la chaqueta debido a la suciedad y las machas de sudor. El escaso cabello que cubría una pequeña parte de su coronilla y el cual cubría los lados de su cabeza estaba desordenado y parecía sucio. El ridículo bigote que poseía, parecía recién cortado, y se notaba como se había afeitado la escasa barba que tenía el día anterior. Era semejante a Hitler, exceptuando sus ojos verdes claros, su altura y, aunque su bigote era ridículo, no era como el del dictador alemán.

Simplemente era un hombre muy poco atractivo y podía sentir, como parte del rechazo que había recibido en la academia de debía a eso, teniendo en cuenta que el padre de Ross debía ser atractivo. No lo había visto nunca, pero me bastaba con ver a Ross para saber que Mark Lynch debía ser un hombre atrayente.

-No te preocupes, ahora mismo llega tu rubio- dijo tranquilizándome, aunque no tenía claro si confiar en su palabra -Y, cuéntame querida, ¿cómo es tu relación con el rubio?-

-Somos novios- me aventuré a contestar, aún sabiendo que en ningún momento habíamos hecho formal nuestra relación. Volví q escuchar su risa.

-Eso... eso es algo... difícil de creer- comentó con las cejas en alto y una mirada burlona. Cuando estaba a punto de exigir "el por qué" se escucharon gritos desde el pasillo. Todos pusimos atención a la puerta. Segundos más tarde, la puerta se abrió, dejando entrar a Ross, junto al gorila que le había impedido correr hacia mí.

Sonreí en cuanto le ví. Estaba bien. Ya podía estar más tranquila.

-¡Te he dicho que te estés quieto, mocoso!- le gritó, forcejeando con él.

-¡Y yo he dicho que no lo estaré hasta que no vea a...!- sus ojos se toparon con los míos -¡Laura!-

-¡Ross!- conseguí soltar mis muñecas y corrí unos pasos hacia él. Nos abrazamos efusivamente. Como si no nos hubiéramos visto en años; u así se sentía.

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Hola!!

Primera parte del maratón!!!!

La nota de autora de la segunda parte es importante!!!!

Raura shippers ♡♡

Perdida te encontré. |RAURA|Where stories live. Discover now