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Sus labios conectaron con los de Kanae, fue tierno y delicado. Iba bien, pero cuando abrió sus ojos el rechazo lo inundó. Se alejó de Kanae de inmediato, carajo, eso estaba mal. Ese beso no le produjo nada mas que aversión. No era agradable.
La mujer lo observó algo confundida ante la repentina lejanía y le miró sin entender el comportamiento de este. Aquello era extraño.
—¿Qué sucede?— preguntó Kanae.
—No, nada, yo debo salir— respondió buscando su chaqueta. —Sí, debo, debo irme.
—Espera, Sanemi-san, ¿qué pasa?, Sanemi-san— llamó, pero el albino ya había salido de la habitación.
Mierda, mierda. Todo iba bien, no quería lastimar a Kanae y había accedido a compartir ese beso, pero el rostro de Inosuke no dejaba de aparecer en su mente. Había besado a Kanae pensando en el chico, ya no era su mujer, era Inosuke. Maldita sea. Buscó sus llaves y salió de la casa nuevamente, ya era bastante tarde, pero quería verle de nuevo. Fue hacía su auto y manejo hacia la dirección que ya se sabía de memoria. Todo el trayecto fue pensando en él, ya estaba, había caído por completo. Apenas llegó cerca de la casa, se estacionó en la esquina, donde había dejado al chico más de una vez. Sacó su teléfono y llamó.
—¿Qué quieres?— contestó.
—Ven a la esquina de tu casa, estoy afuera— soltó con rapidez.
—No jodas, no iré— respondió chasqueando la lengua.
—Sólo ven— pidió y un silencio se produjo.
—Maldita sea, más te vale que sea importante, anciano— soltó antes de cortar la llamada.
Miró la pantalla de su teléfono hasta que esta se apagó y apoyó su frente contra el volante, todo era una porquería. Solo había sentido rechazo por ese beso. Esperó unos minutos en esa posición hasta que escuchó como la puerta del copiloto se abría y giró su mirada hacia esa dirección, Inosuke estaba entrando.
—Hace un frío del carajo, ¿qué te traes?— preguntó sentándose sobre el asiento del copiloto y cerrando la puerta.
—Quería verte— confesó.
—¿Para qué o qué?— cuestionó mirando al mayor.
—Porque estoy arruinado— dijo apoyando su cabeza contra el respaldar de la silla. —Y es tu culpa.
—Yo nada que ver, idiota— contestó sin dejar de observar al hombre.
—Quiero a Kanae, siempre lo he hecho— confesó sin mirar al menor.
—Bien por ti— dijo algo dolido.
—Me estás haciendo escoger, Inosuke y no sé qué hacer— reveló girándose hacia el chico que le observó con los ojos más grandes.
—¿Se lo dirás a ella?— preguntó ansioso.
—No lo sé— contestó.
—Bien— dijo y se giró para salir del auto.
—Oye, espera, ¿a dónde vas?— preguntó tomando el brazo del chico y detener su accionar.
—A casa— contestó. —Hay sentimientos de por medio en esta mierda y yo no voy a seguir con esto, suéltame.
Dudo unos segundos y liberó el brazo del chico y este se bajó del auto, vio como comenzó a alejarse y se sintió de la mierda. ¿Iba a dejar que fuera? Habían pasado un fin de semana genial. No sabía qué hacer, quería ir detrás de él y decirle que lo quería, pero no quería lastimar a Kanae. Carajo. Apretó sus puños con fuerza y los recuerdos llegaron a su mente, la primera vez que vio a Inosuke algo dentro de él se removió, cambió. Al paso del tiempo fue cada vez más intenso que apenas vio la posibilidad de adelantar su boda lo hizo, era la solución. Inosuke siempre estuvo ahí, desde la primera vez había calado dentro de él. Suspiró y salió del auto. A la mierda. Esta era su decisión.
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Amantes ※╰SaneIno╮
FanfictionSanemi amaba a Kanae, su esposa. Pero su matrimonio se estaba enfriando y necesitaba el calor de alguien, aunque ese alguien no fuera su amada. Inosuke sentía cierta atracción hacia su profesor y no iba a desaprovechar la oportunidad de descubrir s...
