Amantes ※╰SaneIno╮

⇨Amantes pt.2⇦

—Llévale esto a los chicos— dijo Kotoha entregándole un tapper con frutas.

—Está bien— tomó el objeto para guardarlo en su mochila, la mayoría de las cosas que lleva dentro era comida.

—Te portas bien y que tengas un buen día— dijo la mujer tocando la cabeza de su hijo.

—Te veo luego.

Dicho eso, se alejó de su madre para salir de su casa. Camino un poco y paso por Tanjiro que vivía al lado de su casa, una bendición ya que así podían pasar un montón de tiempo juntos. Ambos se saludaron y comenzaron a caminar hacía la parada de autobuses que quedaba cerca, el rubio vivía más lejos por lo que los tres se juntaban en el paradero cada mañana, sin falta. Se conocían desde que tenía memoria, fueron juntos a todas partes por lo que siempre han estado juntos. Siempre habían sido los tres. Ya en preparatoria se les unió Genya, el chico se hizo amigo primeramente de Tanjiro, pero al paso de los días su amistad con Inosuke floreció y se volvieron inseparables.

—Tengo sueño— dijo el rubio cuando se bajaron del autobús. —Quiero quedarme en casa y dormir.

—Te apoyo, Monitsu— contestó bostezando con flojera.

—Es nuestro deber levantarnos temprano— añadió Tanjiro mirando a sus amigos. —Tenemos que estudiar.

—Bah, aburrido— dijo.

Los tres se adentraron a la institución en donde ya había varios estudiantes llegando, unos más animados que otros. Inosuke observó impaciente la entrada esperando a su otro mejor amigo, este siempre se venía con su hermano mayor en auto por lo que casi nunca se venían juntos. Se giró hacia Tanjiro cuando este le preguntó algo por lo que se distrajo un poco.

—Es Genya— señaló el rubio. —Yo igual quiero tener un hermano que me traiga al colegio, el idiota de Kaigaku no cuenta. Es un idiota.

—¡Genga!— llamó apenas vio a su amigo bajarse del auto y acercarse a ellos.

—Buenos días, chicos— saludó a sus amigos con una sonrisa. —¿Qué tal?

—¡Genial!— contestó dando una disimulada mirada sobre el hombro de su amigo y así ver al mayor.

—Envidio que siempre vengas en auto— dijo el rubio.

—Privilegios, amigo— dijo Genya chasqueando la lengua de manera burlona. —Como sea, vamos al salón.

—Oye, si, debo copiarte la tarea, no la hice— comentó volviendo su atención sobre su amigo. —¡Vamos!

—¡Oye, no me tires!— gruñó Genya siendo arrastrado por su amigo.

—Como cada mañana— suspiró Tanjiro comenzando a caminar junto al rubio. —Por cierto, mamá te envió unos panes dulces.

—¿Enserio?, ¡que linda es!— exclamó agradecido.

—Ten, espero te gusten— dijo haciendo entrega del producto.

—¡Claro que sí!— contestó observando inmediatamente.

—¡Monjiro, Monitsu, apúrense de una vez!— gritó hacía sus amigos que no avanzaban nada.

—¡Ya vamos!— respondió el rubio de igual manera. —Qué apurón es.

—Vamos antes que venga por nosotros.

—Mejor— añadió Zenitsu.

Sanemi como cada mañana, observó el espectáculo que armaba el pelinegro, ese chico era un problema apenas comenzaba el día, no comprendía porque su hermano se llevaba tan bien con este. Siempre andaba gritando, discutiendo, peleando y siempre metido en problemas por cosas insignificantes. Suspiró y decidió ignorarlo para terminar de sacar sus cosas del auto para luego acercarse a su esposa e ir juntos hasta el salón de profesores, tomados de la mano. Al llegar al lugar, saludaron a sus demás colegas y cada uno se fue a su escritorio personal.