¿El destino nos quiere juntos?

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Una vez salimos del aeropuerto, los coches de Axel y Maxi estaban en el parking, así que fuimos a buscarlos para volver a la ciudad.
Patri se subió con Maxi y los dos se despidieron de nosotros.
- ¿Crees que tienen algo?- le pregunté a Axel cuando empezamos a alejarnos de ellos.
- Yo creo que sí...- los dos reímos y subimos al coche entre miradas cómplices.

Una vez en la carretera él puso la radio y seguido de esto colocó su mano en mi pierna y sonrió hacia delante. Yo le miré y sonreí. Juro que es una de las mejores sensaciones del mundo.

Estábamos llegando a la ciudad, por las.afueras y la verdad es que íbamos demasiado rápido.
De repente quitó la mano de mi pierna y empezó a ponerse tenso y nervioso.
- Axel ¿qué pasa?- dije preocupada, el se limitó a no decir nada. La velocidad iba subiendo cada vez más y más.- Axel ¿qué pasa? ¿por qué no paras un poco?- el estaba cada vez mas nervioso.
- No van los frenos... ¿Llevas el cinturón? - dijo apretando fuerte uno de los pedales.
-¿¡Qué!?- grité.
- ¡Joder no puedo hacer que pare!

Narra Axel
Abrí los ojos y lo vi todo borroso. Lo intenté un par de veces más hasta que conseguí ver un poco. Me dio un vuelco el corazón.
Tenia un dolor muy intenso en todo mi cuerpo, pero sobre todo en la cabeza. Pero solo pude buscarla a ella.
Tenía su mano entrelazada con la mía, los ojos cerrados y muchos cortes con sangre por todo el cuerpo.
No la solté. Con mi otra mano empecé a acariciarle la cara y a llamarla, pero ella no respondía. Me puse histérico, pero tampoco podía moverme así que me limite a gritar.
- ¡Ayuda! ¡Ayuda por favor!- un hombre vino corriendo, y en cuanto se asomó a mi ventana y nos vio fue corriendo a la otra, donde estaba Noelia. Él tampoco consiguió reanimarla.
- Sí, por favor, una ambulancia, ha habido un accidente, dos jóvenes, él esta despierto pero ella no responde...- la voz de aquel hombre se alejaba cada vez más.
La frase "pero ella no responde" no paraba de sonar en mi cabeza y sin darme cuenta comencé a llorar. No quería perderla, no podía perderla. Apreté su mano, la levanté con la única fuerza que me quedaba y se la besé. De pronto empecé a tener sueño, no había rastro del hombre ni de nadie y se me estaba haciendo eterno. El sueño se apoderaba cada vez más y más de mí. Me giré hacia ella y su imagen estaba cada vez más y más borrosa. Todo mi cuerpo estaba empezando a relajarse. Veía sangrar mis heridas pero no notaba nada en ellas. El dolor estaba desapareciendo y aparecía la oscuridad.

Narra Noelia
Un ruido muy escandaloso me hizo reaccionar. El mundo me daba vueltas y había una luz roja intermetente... ¿o era naranja? De repente me di cuenta de que me movían, y sentí dolor en todo mi cuerpo. ¿Qué había pasado?
Giré la cabeza hacia un lado y pude ver médicos con un chico en una camilla, lo estaban metiendo en una ambulancia. Empecé a recordar todo lo que había pasado y automáticamente intenté levantarme para correr hacia él. Era Axel.
De un momento a otro sentí rabia, tristeza y mucho miedo, no quería perderle.
- ¡Axel! ¡Axel, contestame por favor! - empecé a gritar como una loca hasta que varias manos me volvieron a tumbar.
- Señorita, por favor no se mueva o se hará dañó. - dijo una voz de hombre, era uno de los médicos que me retenía. Ahí me di cuenta de que yo también estaba en una camilla.
- ¿¡Está bien!?- los médicos no respondían - ¡Por favor! ¡Llevadme con él! ¡Quiero ir con él! - me puse a gritar. Ellos no respondían así que me di por vencida, sabía que no me iban a dar ninguna información y eso seguro que era porque eran malas noticias. Sin darme cuenta había empezado a llorar.
Mil pensamientos comenzaron a pasar por mi cabeza ¿estaba bien? No podía perderle, otra vez no, y esta vez sería para siempre. Empecé a llorar mucho mas de lo que ya lo estaba haciendo. ¿Por qué nos pasaba esto? ¿El destino no nos quería juntos?
Le quería tanto que me dolía más perderlo que todas estas heridas. Y esto era tan cierto que empecé a sentir como si el dolor de todo mi cuerpo se transportaba a mi pecho. Me dolía el corazón, solamente el corazón, no podía dejar de pensar en él.
Hasta que cerré los ojos.
Y ahí pude verle.

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