¿Llego tarde? I

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Era la hora de comer.
Estaba a punto de llegar.
Yo era nerviosismo puro.
Me había besado.
Yo le había besado.
Nos habíamos besado.

La mañana se me había hecho eterna después de que se fuera. Quería que viniera, quería sentirle cera y no separarme nunca. Como que después de que se fuera empecé a tener una sensación que yo la llamaría... ¿dependencia? Sí. Es extraño, porque solo fueron un par de besos y ya sentía que dependía de él.
Estaba impaciente por que llegara, anduve de un lado a otro del apartamento sin parar. Me miré unas diez veces en el espejo, y me asomé a la ventana otras diez. Estaba lloviendo fuera. Si no fuera porque no paraba de pensar en él y lo que había pasado, me iría a mi sillón a ver la lluvia en mi ventana. Pero mi cabeza estaba demasiado ocupada e inmersa en otros pensamientos como para pensar en eso.
De repente sonó el timbre y fui corriendo a la puerta. Esperé unos segundos con la mano en la manivela con el estomago haciéndome cosquillas y al final abrí.
- Hola, antes de que me cierres... yo...
No. Él no podía ser. Tenía un ojo morado, la boca hinchada y heridas por toda la cara. Intenté cerrar la puerta pero me lo impedió. Al final consiguió entrar, me daba miedo.
- ¿Qué quieres Hugo?- dije alejándome de él.
- Solo venía a pedirte perdón... Yo... No se que me pasó, sabes que nunca te habría tocado.- dijo cabizbajo intentando acercarse a mí.
- Pues lo hiciste.- dije manteniendo las distancias.- Vete, va a venir alguien y no quiero más peleas.
- Viene tu nuevo novio.- afirmó alzando la cabeza, como si le doliera. Su mirada cambió completamente y se llenó de rabia.
- No es mi novio y aun así no te importa.- seguí sin mirarle a la cara. El se acercó a mí, puso una mano en mi hombro y con la otra me giró la cabeza.- Sueltame Hugo.
- No - esto iba a ser difícil.- Todavía siento cosas por ti.
- Sueltame Hugo.- él se acercaba cada vez más.- Hugo por favor, lo nuestro desapareció aquel día. -me agarraba cada vez más fuerte. Yo intentaba soltarme pero no tenía éxito.- ¡Qué me sueltes!- cada vez alzaba más la voz, cada vez me tenia más cerca, cada vez tenía menos movilidad.- ¡Hugo!
- Te ha dicho que la sueltes.- Un Axel mojado apareció de la nada, no había cerrado la puerta. Se abalanzó sobre él y le dio un puñetazo.
- ¡Axel no!- le agarré y lo separe de el otro. No me hizo caso y volvió a Hugo y siguió dándole puñetazos. Empezaron a caer lágrimas de mis ojos, estaba temblando.- ¡Axel ya basta!- yo le estiraba desde la espalda. - ¡Axel!
Axel paró y yo fui a levantar a Hugo. Se lo merecía, pero no iba a dejar que le siguiera pegando de esa manera, siendo que el día anterior casi lo mata. Además solo venía a pedir disculpas y bueno... siempre quiere algo más.
¿Qué digo? Eso era acoso.
Hice que Hugo se fuera y le pedí que no volviera, que no me llamara, que no me enviara ningún mensaje. No sé que me contestó.
Volví a entrar y no encontré a Axel en el comedor. Lo llamé varias veces pero no contestaba. Miré en todas las habitaciones y lo encontré en mi cuarto, con las manos apolladas en la repisa de la ventana. Me acerqué a él y me puse a su lado. Tenía los puños y la mandíbula apretados y los músculos muy tensos. Estaba muy enfadado, ni siquiera me miraba.
- ¿Quieres que... te limpie las... manos?
- No.
- Vale bueno... vamos a comer... emm... estaba haciendo una pizza... la que te gusta...- el respiro hondo, se puso recto y me miro. Hubo unos segundos de silencio, entonces asintió, todavía cabreado.
Llegamos al comedor y allí nos sentamos en la mesa. Yo ya había puesto la mesa así que solo faltaba la pizza.
-¿Sabes? Mejor me voy.- dijo seco, distante, y se levantó de golpe.
- ¿Qué? ¿Por qué?- dije levantándome yo.- ¡Te has puesto hecho una fiera solo con verle, se que no estaba bien lo que ha hecho pero tampoco era para ponerse así! ¡Y si no te pido que pares, llorando y arrastrándome casi lo matas!- empecé a llorar otra vez -!Y ahora estas borde y enfadado conmigo! - grité
- ¡Joder Noelia, llego, teniendo mil ganas de verte y me encuentro con el tío ese que no te dejaba en paz! - me gritó, nunca le había visto así conmigo. Se dirigió hacia la puerta y la abrió.- ¡ Y me pides que le deje, protegiéndole, siendo que él es el que te ha hecho daño a ti!- gritaba cada vez más, y yo empecé a llorar más.

Narra Axel.
- No entiendo porqué ponerse así, de verdad- bajó el tono de voz, pero no dejaba de llorar. De verdad que verla así me rompía en mil pedazos. Lo peor es que era mi culpa.- ¡No entiendo nada!
- ¡¿No?!- grité, y ella negó con la cabeza. Cómo no podía entender, que después de estar con mi tío el resto de la mañana trabajando, con ganas de que fuera la hora de comer y mojarme con la lluvia para ir a verla. Y llegar, y encontrarme con la puerta abierta, y entrar, y ver a ese tío tan cerca, comiéndosela con los ojos. El mismo tío al que ayer le di una paliza por ella, por que le había hecho daño, le había agredido y ella va y le deja entrar. Le iba a aclararar las dudas ahora mismo.- !¿No entiendes que te quiero?! ¡¿Que estoy enamorado de ti?!

Narra Noelia.
Me quedé paralizada. Dejé de llorar, no podía articular ni un músculo. No me salían las palabras. Solo pude dirigir la mirada a sus ojos. Parecían sinceros y estaban cristalinos.
Estaba enamorado de mí.
Me invadió una sensación de euforia, de felicidad, pero seguía sin poder moverme.
- Vale, pillo la indirecta.- desvió la mirada y se giró.- no te molestaré más.- cerró la puerta y se fue.
Fue entonces cuando pude volver a moverme. Las lágrimas se apoderaron de mí otra vez. Lentamente fui hacia la puerta por la que el se acababa de ir y Apoyé mi espalda en ella. Me deje caer hasta quedar sentada en el suelo.
Se había ido. Se había ido después de decirme que me quería, que estaba enamorado de mí. ¿Lo habría perdido? Yo también le quiero, también estaba enamorada de el, con él todo era diferente, todo era mejor. Ahora todo era gris.
Las mariposas desaparecieron. Mi corazón latía a un ritmo lento, como si de un momento a otro pararía. Lo único que salía de mi eran lágrimas. No podía dejar de llorar.
¿Se habría acabado? ¿Debería haber hecho algo? ¿Debería ir tras el y decirle que yo también le quiero, que también estoy enamorada?
De todas formas ya se había ido, ya era tarde.

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