Despierta.

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-Hola amor.- le dije susurrando mientras acariciaba su cabello hacia un lado con el dedo pulgar. - Hoy he llegado un poco más tarde, lo siento, venía de... -sonreí- de hacerme un tatuaje. Si se lo que pensarás, que estoy loca, una niña buena con un tatuaje no se ve todos los días eh jaja. Pero era una manera más de marcarte en mí. Son unas alas de angel, en la muñeca, porque tú dices que soy tu ángel, pero tú también eres el mío.- le sonreí.
Había acabado el verano y él seguía dormido. Iba todos los días a verle, de lunes a sábado y algún que otro domingo si podía escaparme de las comidas familiares. Todos los días me levantaba de la cama con la esperanza de verle abrir los ojos, de que despertara de una vez, era lo único que me daba fuerza cada día, la esperanza.
Tenía pesadillas casi todas las noches en las que él no llegaba despertar nunca y cuando despertaba de estas le buscaba en la cama, esperanzada con que todo hubiera sido un mal sueño. Pero él nunca estaba.
Me sentía sola, y todo era mucho mas frío y sin vida. Él me daba calor, el me daba vida, y ahora estaba muerta.
- Sabes... He empezado a odiar la lluvia... -dije con lágrimas en los ojos.- es una de las cosas que más me recuerda a ti. - intentaba contener las lágrimas pero no podía. - Cuando llueve, tengo la necesidad de ir al sillón de mi habitación como lo hacía contigo y me hace mal.- la primera lágrima cayó por mi rostro. - Pero no puedo no hacerlo, porque siento que te traiciono, es algo extraño... necesito que vuelvas. - acerqué una silla como siempre a la cama, agarré su mano y apoyé la cabeza en la cama. - Pero las noches de tormenta son lo peor... Sabes que no me gustan los rayos y los truenos y por eso venías a dormir conmigo desde tu casa. Y venías con el ceño fruncido porque tu padre siempre te decía que hacías más vida en mi casa que en la tuya. - se me escapó una sonrisa de felicidad por visualizar tu gesto en mi mente, pero ese sentimiento se esfumó enseguida. - Que me abrazaras más y más fuerte cada vez que un trueno sonaba... Ahora las tormentas son una tortura. Llevo casi tres meses viéndote así, y los médicos no tienen novedades... De vez en cuando te hacen alguna prueba pero no respondes a nada. Cariño, por favor, sé que me estás escuchando. El médico nos dijo hace tiempo que el único que decidía si volvía o se iba eras tú. - ahora si que comencé a llorar- Y... ninguno de nosotros te queremos obligar a nada, tú solo... tienes que hacer tu elección. Pero quiero que sepas, que aquí yo no podría recuperarme nunca si te vas, me faltaría un gran trozo del corazón... Ya nadie me dice lo guapa que estoy cuando me enrollo la toalla en la cabeza al salir de la ducha. Ya nadie se ríe de mi cuando parezco una niña pequeña. Ya nadie me hace sentir completa, nadie puede hacerme sentir feliz Axel. Nunca volveré a ser feliz de la manera que lo era contigo si no estás... No se que hacer, Patri intenta animarme sacandome de casa. Consiguió que fuera a una fiesta, me emborraché y el día siguiente fue lo peor. Desde entonces ni siquiera ella va a fiestas, me hace compañía junto con Maxi. Intentan animarme siempre y me traen comida, que ya no tengo tanto entusiasmo por comer. ¿Sabes? Están juntos. Nuestro accidente les unió mucho más y muchas veces vienen conmigo a verte.- suspiré- soy una montaña rusa. De repente pienso en que algún día despertarás, y estoy mejor, con esperanza, pero me paro a pensar en que no vuelvas a despertar y es el peor sentimiento de todos, y así sucesivamente.- me acordé de algo.- Por cierto, el accidente, no fue un accidente. -comencé a sentir mucha rabia.- los frenos, Eric los manipuló para que no respondieran. Ha habido una investigación y nuestros padres han conseguido después de juicios que entre en prisión por intento de homicidio, bueno, y si te vas... Le aumentaran el tiempo de estar en prisión porque ya sería... Homicidio. Pero prefiero mil veces que esa escoria humana salga antes de prisión que que tú... -intenté relajarme cambiando de tema- por cierto, mi pie ya está como antes, después del esguince tuve que hacer rehabilitación y ya está curado. Ojalá todo se curara así... ¡Ah! Y... ¿sabes qué? Tengo una nueva amiga, Lucía Natalia, tu hermana. Muchas veces se queda en mi casa y la cuido cuando tus padres tienen que salir. A veces venimos a verte, jugamos, pintamos, dibujamos, sobre todo dibujamos. En mi nevera tengo algunos de sus dibujos. Hay uno que me encanta, salimos ella, tú y yo. Te echa muchísimo de menos también, aunque no tiene ni idea de lo que pasa, solo quiere que despiertes de una vez, como todos. Dice que para su cumpleaños lo único que quiere es que estés despierto, eso y una muñeca. -volví a soreir al recordar a la pequeña Natalia.
Miré el reloj, y ya era tarde, la hora de visita estaría a punto de acabar así que me despedí de él dándole un beso en la frente.
- Te echo de menos.- le susurré- te quiero.
Cuando me giré para irme esa voz que tanto ansiaba escuchar sonó por fin y mi corazón dio un vuelco.
- Y yo a ti mi ángel.

El Chico De Los Tatuajes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora