Capítulo 34: La pista de la confianza.

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Abrir pesadamente los ojos, sintiendo un peso sobre si, Soren no estaba acostumbrado a despertar de esa manera. Lo primero que ocupó su campo visual fue la cara adormilada de Marck, que mantenía su brazo sobre Soren.

Este reaccionó rápidamente sobresaltándose un poco en la cama porque... Lo que había soñado le había dejado una pena terrible con Marck, y despertarse frente a él solo fue otro ingrediente para que su cara estallase en un rojo carmín.

- B-buenos días Marck... Despierta...- Dijo Soren mordiendose el labio inferior mientras removía un poco los rizados y algo esponjados cabellos que caían de manera rebelde sobre la cara de Marck.

Marck frunció un poco el ceño aún dormido, y con ello pasó la mano por su propia cara para volver a recargar todo el peso de su brazo sobre Soren.
Este opuso una resistencia algo débil para alejar a Marck de si mismo, puesto que ya no aguantaba la pena en absoluto separándolo con ambos brazos como si de un gatito que se niega a ser abrazado se tratase.

Pero Marck no despertaba, y era obvio. El trabajo realmente le tenía desvelado y cansado; se había tomado unos días de descanso y al parecer los tenía muy presentes. Aunado con los sucesos pasados apenas un día antes ¿Quién no prefería dormir antes que nada?

Soren se rindió, quedándose de costado con la cara de frente hacia Marck, pasó su mano por las mejillas de Marck; suspirando y observando las atractivas facciones del pelirrojo.
Estaba tan agradecido que podría llorar, tenía los sentimientos en una contradicción terrible; puesto que lo que le habían hecho no era fácil de superar; pero a la vez estaba tan feliz de haber sido salvado por Marck y en ese preciso instante se cumplió algo que siempre imagino... Poder despertar a lado de la persona que amaba.

Removió un poco más el cabello del eslavo, mientras la cara de Soren mantenía un tono rosáceo en el área de los pómulos y mejillas.
Se acercó lentamente hacia él, titubeando un poco en sus acciones.

Cuando sintió que estaba lo suficientemente cerca, rozando la nariz con la de Marck, se sintió algo melancólico de que Marck no estuviese despierto. - Mi abuelo me dijo que nunca debo de aprovecharme de las situaciones para hacer algo que yo quiero pero los demás no...- Susurró Soren, apegándose un poco más a Marck sosteniendo su rostro entre manos. - Pero... Ibas a hacer esto ayer...-

Acto seguido, Soren cerró los ojos, y apenado rozó los labios de Marck con los suyos propios, abrazándole con fuerza. - Gracias...- Dijo separándose de este.

Sintió un fuerte estremecimiento al llegar esa sensación de los fuertes brazos de Marck rodeándole la cintura con fuerza para apegarlo más a este. Soren quedó enteramente aprisionado entre los brazos y el cuerpo de Marck, sintiendo esa calidez tan acogedora.
- Tus ademanes infantiles y ser de los pocos que han visto tu pequeña torpeza me gusta mucho...- Mencionó Soren.

Marck era alguien que tenía una apariencia seria que se tomaba las cosas con importancia puesto que para estar en el parlamento real era más que necesaria la postura, pero detrás de todo eso era alguien que creía tanto en el amor, era despistado en cuanto a sentimientos y percepción y eso no hacía más que Soren le mirase con ternura, en parte había madurado bastante con lo que llevaba de vida en ese lugar.

No sabía que, pero la vida era realmente aburrida, sin saber a donde iba ni de donde venía, sin querer nada pero tenerlo casi todo.

Debería de odiarlo, debería odiar el momento en el que le rompió el corazón; pero... ¿Cómo podría odiar a una persona que inconscientemente le había mostrado que la vida podía ser más grande que estar encerrado en un libro?

Pero sus pensamientos se detuvieron al ver como los ojos de Marck se abrían más que pesadamente.
Marck se despabiló un poco, parpadeando varias veces e inclusive se enderezó y estiró los brazos despabilándose por completo, y encontrándose con la mirada de Soren.

"El arte de la mentira"Where stories live. Discover now