Capitulo 26

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Nayeli...

Anoche no supe nada sobre Daniel. Había pensado en escribirle o llamar. Aún en la noche, me recosté en el sofá de la sala, y cuando llegaron mis padres decidieron que todos fuéramos a cenar algo a un restaurante muy bonito y familiar.

Subí a mi cuarto, me probé un vestido bastante bonito, color vino, casual y no tan elegante. Después, escuché sonar mi teléfono, y corrí por el a la mesita de centro donde lo había dejado, por un momento pensé que sería Daniel, pero al ver el nombre registrado en la pantalla era el de mi primo Javier. Presioné el botón para atender.

-Hey Javi ¿Cómo estas?.

-Bien, prima, oye mis vacaciones en la ciudad son algo aburridas y pensaba en ir a visitarlos. ¿Puedo?

-¿Estas bromeando? Sabes que esta es tu casa y puedes venir cuando quieras.-Dije entusiasmada, me encantaba tener a Javier aquí.-Espera iremos a cenar a un restaurante, te esperamos para ir todos juntos.

-De acuerdo, ¿pero ya le avisaste a mis tíos?

-Amm, espera.-Despegué el celular un poco de mi oído y tape la parte inferior.-¡Mamaaaaaaá! ¿Puede venir Javier a quedarse con nosotros unos días?.-Anuncié gritando.

-Si, dile a ese muchacho que se venga como rayo.-Contestó mi padre quien se apresuró a dar respuesta. A él le encantaba que Javier se quedara.

Acerqué mi celular de nuevo al oído y le dije.-¿Escuchaste?

-Claro, como no voy a escuchar con semejante gritadero.-Contestó en medio de risas.-Deja ordeno mi maleta y voy para allá.-Dicho esto, colgó.

Pasaron 30 minutos de espera cuando por fin el timbre de la puerta sonó. Me apresuré a abrir y lo salude con un abrazo y un beso.

-Vamos, pasa. Muero de hambre.-Dije jalándolo del brazo para que se adentrara a la casa.

Bajaron mis padres de inmediato y saludaron a Javier con un abrazo. En seguida mi papá salió a encender el auto, y una vez todos adentro, nos dirigimos al restaurante.

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-¡Wow! Es un bonito lugar.-Dijo Javier.

Y sí claro que lo era. Era un lugar grande, con pequeñas mesas con un mantel, y con cuadros de cosas egipcias y debajo de ellos pequeños datos interesantes, tenía un toque hogareño, a mi siempre me gustaba elegir la mesa que se encontrara cerca de un ventanal, así que elegimos la misma mesa de siempre.

-Buenas noches.-Dijo un camarero joven.- Aquí les dejo la carta y en seguida vengo a tomar su orden.

-Si, gracias.-Dijo mi padre.

Tardamos unos minutos tratando de elegir lo que cada uno cenaría. Yo por mi parte elegiría unos hot cakes, la mayoría de la gente los desayuna pero yo los prefiero para la cena.

El mesero por fin se acerco a atendernos y cuando recibimos lo que cada uno pidió, cenamos todos a gusto y en una plática muy familiar.

Al terminar todos, mi papá pidió la cuenta y nos retiramos, Javier y yo íbamos platicando de lo más a gusto mientras mis padres estaban adentrados en sus propios temas.

-Oye cariño.-Javier solía decirme cualquier cariñito como ese.-Quisiera platicar contigo sobre algunos temas.

-¿Cómo que?.-Dije yo.

-La ultima vez que nos vimos, me platicaste sobre un amor tuyo, de la misma edad que yo, y yo quiero hablarte de Lucía.

-Pues claro, te quedarás todas tus vacaciones en mi casa, así que tendremos tiempo de sobra.

-¿Y si nos desvelamos hoy?.-Dijo con una sonrisa.

-No, olvídalo. Es inicio de semana y a comparación de ti, yo si tengo que ir a estudiar

-Bueno, esta bien, pero este viernes no te salvas hermosa.-Dijo recargando su cabeza en mi hombro.

-Si, tonto. Este viernes nos desvelamos hasta la hora que quieras.

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Mis ojos poco a poco se iban cerrando en el trayecto de regreso a casa, en un momento debí quedarme dormida y era tanto mi cansancio que no me di cuenta ni de cuando me llevaron hasta mi habitación. Desperté a las 2:00 am y estaba recostada en mi cama, que lastima, quería ver instalado a Javier y darle las buenas noches, era algo típico entre nosotros, pero esta vez no se pudo.

Me levanté a tomar un poco de agua y regresé de nuevo a mi cuarto. Dormí profundamente para esperar el siguiente día y platicar con Daniel.

Mi Dulce KarmaWhere stories live. Discover now