Inquietante preludio

38.5K 3.6K 1.3K
                                    

Nota de la autora: 

Para conocer algunas jergas peruanas, recomiendo leer las notas al pie de página.

************

—Lo... lo dices... ¿lo dices en serio?

Aira no podía dar crédito a lo que sus oídos escuchaban. De pronto, sintió una profunda carga de adrenalina. Tenía ganas de correr y de saltar por toda la habitación. La luz del sol que entraba por la ventana le pareció más brillante que nunca. Todo en la vida ahora era más radiante, más hermoso y más vivo. Y todo gracias a la nueva visión que tenía al saber que hoy conocería, por fin, a aquel joven que invadía sus sueños y sus pensamientos, Rodrigo, quien, con solo un par de palabras la hacía chillar de emoción, a tal punto que no se pudo aguantar más cuando él le dijo ‹‹Sí, lo digo en serio››, para luego preguntarle si se encontraba bien cuando la escuchó gritar...

—Claro que me encuentro bien... —se apresuró en decir para luego volver a soltar otro chillido de felicidad.

—Entonces, ¿por qué estás gritando? —le preguntó Rodrigo muy preocupado.

—¿Eh?

—Pareciera que te hubieras golpeado o caído...

—No, nada que ver —habló Aira echándose en su cama y abriendo los brazos. Tenía unas ganas inmensas de abrazar a alguien, ya sea a Rodrigo o a su hermanito menor, para así descargar toda la felicidad que la embargaba. Como no pudo hacerlo, optó por soltar otro chillido de alegría, que solo provocó que su interlocutor se preocupara nuevamente.

—¿En serio todo está bien? —volvió a preguntar.

Aira no pudo evitar soltar una amplia sonrisa al imaginarse el rostro de Rodrigo al preguntarle aquello. El solo escucharlo tan preocupado hacía que dentro de sí las mariposas que sentía cada vez que hablaba con él se pronunciaran más. ¡Esta preocupación sincera por ella era una de las cosas que más le gustaban de él!

Se moría de ganas de observarlo a los ojos cuando le hiciera la pregunta que siempre solía decirle en el chat. Sólo podía habérselo imaginado hasta hoy. Había soñado despierta y dormida decenas de veces con su rostro. Y ahora, estaba a pocas horas de poder de verlo... Estaba a pocas horas de concretar esas ansías locas que tenía de conocerlo... Estaba a pocas horas de ver si el joven de rostro amable que habitaba en sus sueños coincidía con el Rodrigo real, de carne y hueso, quien volvía a insistirle en el teléfono si de verdad todo estaba bien con ella...

—Que estoy bien... —atinó a decir con paciencia. Lo normal hubiera sido que se cansara un poco de la insistencia de Rodrigo y soltara cualquier broma. Pero con lo feliz que estaba, hasta se daba el lujo de mostrar una virtud que no la solía acompañar, tal y como lo demostraría a continuación.

—¿En serio?

—En serio. —Respiró profundamente—. Si quieres, te mando una foto mía para que creas que estoy bien. Aunque...

—¿Sí?

Con una gran idea rondándole el rostro y una sonrisa más amplia que nunca, Aira no vaciló en hablar:

—Estaba pensando en que mejor por qué no me la mandas tú primero.

—¿Eh?

—Claro, sino... ¿cómo voy a saber quién eres cuando llegue a Plaza San Miguel? Hay mucha gente ahí y podríamos perdernos, ¿no crees?

—Bueno... —Hubo una breve pausa que a Aira le pareció una eternidad. Estaba temerosa de que Rodrigo se negara a su petición. Pensó que lo mejor entonces sería cambiar el tema apelando a cualquier broma, pero cuando iba a hablar, Rodrigo la sorprendió—. ¡Tienes razón! Déjame buscar una de mi Facebook personal y te la mando ahora...

Ansías y Poesías [Saga Ansías 1] ✓ - [GRATIS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora