Capítulo 39: Volviendo al infierno.

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Al final del capítulo hay noticias...

Capítulo 39: Volviendo al infierno. 

Abordé el avión algo distraída, nadie había venido a despedirnos. Kate se encontraba dormida a mi lado, no la culpaba había tenido unos días muy activos con el chico de la fiesta de la otra noche, Travis.

Un poco de dolor recorría mi cuerpo; volví a revisar mi teléfono nada, ni un mensaje, ni una llamada perdida. Carter no me había vuelto a hablar desde que nos acostamos, cosa que me hacía sentir usada en muchos sentidos.

Apoye la cabeza contra el respaldar viendo las nubes formarse bajo las alas del avión, el crepúsculo apenas comenzaba a formarse dándome una hermosa vista del océano Atlántico. Con una lágrima rodando por mi mejilla cerré mis ojos con pesadez. ¿Por qué a mí? No le bastaba al mundo romper mi corazón con Sean Powell, que ahora ya Carter me ignora.

¿Qué hice mal? No lo sé.

¿Él me olvido? Tampoco tengo esa respuesta.

¿Volverá a hablarme o fue solo sexo?

¿Él alguna vez me quiso?

Sollocé en silencio. El amor no hizo nada por mí y lo único que hace es destruirme de a poco. Mi madre en algún punto tuvo razón cuando me dijo hace muchos años que no tenía nada especial, que los hombres me usarían, que no era bonita, que nadie se quedaría conmigo durante mucho tiempo.

De algo estaba segura, no volvería a ningún lado; luego de la entrega de la semana próxima no quería volver a ver a mi padre, a mi madre no volvería a verla nunca más. Esa mujer y ese hombre, arruinaron parte de mi vida, no les debo nada a ninguno de los dos. Tal vez me establezca en California o simplemente me marche a donde el mundo me lleve. Algún lugar sería el indicado, tarde o temprano.

El aeropuerto estaba a reventar de gente y eso hacía que no pudiera encontrar a Tony por ningún lado. Kate me seguía silenciosa y algo adormilada. Antonio me hizo señas para que lo viera cosa que no tarde en hacer al ver su prominente tamaño. Sonrió hacía nosotras, al parecer se había emblanquecido los dientes dejándolos en un brillante color perla. Todo él había cambiado, traía el pelo castaño bien corto, se había afeitado dejando ver un atractivo rostro para un hombre de su edad –unos cincuenta años-; sus ojos verdes resaltaban en su rostro pero lo que más destacaba era que iba bien vestido, camisa blanca y un pantalón de chándal negro, no tenía un perfecto físico pero tampoco era gordo.

Le sonreí de vuelta, me gustaba este cambio, y por unos segundos dude si realmente era Antonio. Él como todo un caballero tomó nuestras maletas grandes, muy grandes; mi amiga tecleaba algo en su teléfono de vez en cuando prestando atención a por dónde caminaba para no chocar con nadie, realmente este lugar estaba a reventar de gente.

-Tony nos espera en el auto- asentí-, ya sabes no le agradan estos lugares públicos llenos de personas.

-Lo entiendo- digo mientras señalo todo a mi alrededor, él ríe cosa que nunca antes había escuchado.

Efectivamente Tony estaba en el jeep que nos llevaría primero a casa de Kate y luego a un hotel para mí. Mi jefe, creo que puedo llamarlo así porque eso es lo que es en realidad, se encontraba callado pensando. Sabía que él no diría nada respecto a la entrega de la semana próxima porque Kate se encuentra presente. Intente reposar un rato pero me era imposible, nada como no mirar atrás.

Me despedí de Kate efusivamente para luego sentir el jeep avanzar y deslizarse por el pavimento. El hotel era bonito, elegante y estaba todo pago la estadía; de todas formas Tony me informó que si quería podía seguir peleando para conseguir algo de dinero extra. Aunque no lo necesitaba, con el dinero recaudado en anteriores peleas y el monto que me dedique a quitar en secreto a mi padre podía estar tranquila y darme lujos por bastante tiempo.

Descubriendo a Sean Powell [DSP#1] (Sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora