Capítulo 26: Primera discusión

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Ashton aparcó en el estacionamiento ganándose demasiadas miradas, incluida la de Lyna Mckallagan. Su auto era reconocido por todo el instituto, él a pesar de no estar más en la secundaria sigue siendo popular aquí, una leyenda de este instituto por ser uno de los mejores capitanes de football americano.

Increíblemente mi mejor amigo es el hermano de la perra. Los cortes de mi mejilla, y las marcas en mi garganta; me habían costado demasiado ocultarlos ya que el maquillaje no había terminado de cubrirlos completamente.

-Gracias- besé su mejilla.

-No hay de que Sky- dicho esto baje del auto, con la atención de todos puesta en mí por un momento me sentí una mierda realmente.

Mis vans casi no se sentían en el pasillo, mientras mantenía mi cabeza gacha para evitar que alguno de los chicos pudiese reconocerme. Unas zapatillas aparecieron frente a mí, no parecían moverse, su mirada fría estaba clavada en mí.

Levante mi cabeza topándome con los ojos celestes de Kendall, clavados en los míos, su mandíbula estaba tensa y su rostro marcaba furia, decepción, alegría. Mis ganas de llorar vinieron a mí dándome de golpe, ya no quería escapar, que mentira podía decir.

-Perra- murmuró con odio-: Sky gracias por dejarme como un idiota frente a mis amigos. Yo completamente preocupado por donde mierda estaba mi hermana y resulta que ella se había escapado con Mckallagan.

-No fue lo que paso- me dolían cada una de sus palabras.

-P.E.R.R.A- deletreó. Mi puño choco directamente contra su nariz, haciendo que se agarrase de ella.

-Vete a la mierda- me gire y comencé a caminar por donde había venido.

-Eres una maldita zorra- dijo en voz baja pero aún no me encontraba lo suficientemente lejos como para no escucharle.

-Quieres saber lo que realmente paso- me voltee de golpe volviéndome hacía él-: Estuve en detención en la policía, por disturbios en la calle, pero como tengo un hermano como tú que nunca se le puede llamar me quede allí- señale mi mejilla y mi garganta-: Esto es lo que pasa por estar allí sola. Ashton fue el único que se preocupó lo suficiente para averiguar dónde mierda estaba y sacarme de allí- le reclamé mientras él solo me miraba atónito.

Me voltee nuevamente y comencé a caminar rumbo a la salida. -Sky por favor detente- estipuló detrás de mí, le mostré mi dedo corazón. Llegué a la salida con algunas lágrimas rodando por mis mejillas.

Nunca entendí como las personas pueden ser tan crueles, se aferran a cosas que les dicen o ven pero no saben el verdadero motivo; tampoco buscan la razón por lo cual pasan las cosas.

Su brazo me jaló fuertemente haciendo que le mirase, por primera vez veía a una persona distinta, a una persona que no es mi hermano. Le miraba con odio, su nariz sangraba pero no me interesaba en lo más mínimo.

Muchas cosas me dicen que él es un completo animal, cuando quiere es una persona muy agresiva. Completamente compulsiva, fría. Su brazo me lastimaba, mire el agarre por unos cuantos segundos. Cerré mis ojos, jodido imbécil.

Golpee su mandíbula, pero no reaccionó. Volví a golpearle nuevamente, soltó mi brazo con brusquedad y sostuvo su barbilla en su mano. Cada golpe nos dolía a ambos, no solo a él.

-Eres igual que él- dijo con el ceño completamente fruncido, me miraba con un toque de incredulidad mezclado con decepción-: Golpeas en los mismos lugares, se siente igual, tú eres igual a él. A un monstruo

Mi mundo se vino abajo. -No te preocupes porque tú también sacaste mucho de él. Eres un imbécil, te comportas como él. Nada te importa, en fin, lo lamento Kendall eres igual al bastardo de George Braxton. Y tú también eres un maldito bastardo.

-Nunca creí en los hermanos que se odian pero tú me demostraste que si existe eso- posó su mano en mi hombro y dio unas cuantas palmaditas mientras continuaba hablando-: Te odio Sky Braxton.

-Yo a ti no. Realmente yo debería estar enojada no sé qué rol ocupas en esta discusión- chasque la lengua contra mis dientes fastidiada-: Pero gracias por mandarme a la mierda, ojala que la puta de Mckallagan te rompa el corazón en pedacitos.

Camine hasta fuera del instituto, donde pedí un taxi para que me llevara al departamento de Ashton. Creo que este chico se debe ir haciendo la idea de que viviré con él un largo tiempo. No quiero volver a casa, porque si ella está en ella soy capaz de matarla.

***

-Bienvenido a casa, Ashton- dije con gracia desde dentro del departamento, mientras observaba su rostro sorprendido.

-¿Debería llamar a la policía?- dijo divertido al verme en su casa nuevamente-: Aunque ni la mismísima policía te podría sacar de aquí.

-Tienes razón, me acompañarías a mi casa por algo de ropa y dinero- puse mi mejor cara de puchero. Mientras batía mis pestañas rápidamente.

-Contigo nadie puede resistirse.

Tomó las llaves de su auto y las agitó en el aire, por lo que me pare y me acerque a la salida. Literalmente me empujo fuera de la casa, a lo que le respondí con un golpe en la parte superior de su brazo.

No tardó mucho en llegar aunque tampoco me afectaba mucho cuanto tiempo tardásemos, la verdad era que no quería volver. Aferre la chaqueta a mi cuerpo, la tarde ya había comenzado a ponerse fría, como cualquier otro día de otoño.

Ashton aparcó frente al porche, donde ambos bajamos algo dudosos. Sabía que él llevaba un arma en la parte trasera de su pantalón, lo sé porque él mismo me lo dijo por un tema de seguridad. Y estaba bien, me afectaría por unos segundos ver a mi madre muerta pero con lo perra que fue conmigo no le tendría remordimiento alguno.

Entre a la sala, y un olor a galletas recién horneadas se impregno en mi nariz. Pude ver a los cinco chicos mirarme, analizarme de arriba abajo. Tras de mí entró Ashton quien no tardo en llevarse las malas miradas de todos los chicos aquí presentes.

Sin decir una palabra como pretendía me dirigí a mi habitación, un lugar con recuerdos, pocos pero memorables. La gran maleta se encontraba en sobre la cama abierta pero vacía, me costaba deshacerme de mi vida; sonará masoquista pero realmente no quiero abandonarlo, no si ella estará cerca de mi hermano.

Comencé a colocar la ropa dentro de la maleta, entre esta y los zapatos escondí todo el dinero que tenía ahorrado; bastante a decir verdad. No sé cuánto en específico pero bastante.

-Sky yo-yo lo lamento.

-No lo lamentes ya todo está hecho- me volteé a mirarle y sonreí levemente-: Te amo Kendall, pero no cambiara en nada lo que me dijiste- su rostro estaba hinchado en los lugares donde le había golpeado-: Lamento lo de tu rostro.

-Por favor pequeña sabes que te amo- me atrapo entre sus brazos-: No lo hagas más difícil por favor no te vayas con él, es un mujeriego.

-Lo sé pero me voy con él porque es mi mejor amigo, no pasara nada más puedo asegurártelo- asintió poco convencido liberándome de sus garras-: Quizás un leve toqueteo- le guiñe un ojo a lo que él me fulmino con la mirada-: No te preocupes Ken, que yo soy la Barbie y tú eres mi Ken.

-Así lo espero, estaré bien mientras que no llegues con un niño en tu vientre- reí, por favor, en serio. Yo embarazada. Que chiste más absurdo-: Es por mamá que te vas.

Asentí. -Lamento no poder contarte tal vez algún día puedas perdonármelo, es por tu seguridad. Y la mía mantenerte alejado.

-Alejado de qué Sky- negué y tome mi maleta. Para luego besar su mejilla.

Descubriendo a Sean Powell [DSP#1] (Sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora