Leia.
El ruido del despertado interrumpió el sueño absurdo que había tenido: Louis se había presentado en mi casa para cuidarme del resfriado. ¿Quién se cree eso? Qué sueños más estúpidos.
- 5 minutitos más... - Gimoteé.
Me moví de la cama para retrasar la alarma y tuve que apoyarme en su cuerpo para alcanzarlo. Me acomodé de nuevo y, espera un momento...
¿Qué hacía Louis en mi cama?
El despertador volvió a sonar, pero yo me había quedado inmóvil recordando todo, absolutamente todo, lo que pasó el día anterior.
- ¿Quieres apagar esa cosa ya? - Se quejó Louis con voz ronca y adormilada.
Yo le obedecí y apagué el despertador. Me levanté de la cama porque, aunque tenía cero ganas, tenía que ir a la universidad.
- ¿Dónde vas? - Preguntó el castaño entreabriendo un ojo.
- A clase.
- ¿Estás loca? ¿Has visto lo horrible que estás?
- Vaya, gracias, guapo - Louis era aún más insensible recién despertado. Bueno es saberlo.
- A parte de lo de normal, quiero decir - Intentó picarme, y lo consiguió; no eran horas para que me tocara la moral.
- Vete a la mierda, Louis.
- No puedes ir así a clase, Leia - Empezó a levantarte para frenarme, pero tenía que ir, era el primer día después de las vacaciones.
- Quizá tú no, pero yo soy responsable; Louis, y tengo que ir a clase - Este me ignoró y me puso una mano en la nuca y otra en la frente.
- Hoy no - Aseguró -. Métete en la cama ya, estás ardiendo.
Rodé los ojos ante lo pesado que podía ser.
- Louis...
- Louis nada, no pienso dejarte salir así de casa.
- Pero es que tú no eres nadie para decirme lo que tengo que hacer.
- ¡Porque tú no me dejas serlo! -Gritó molesto -. Estoy intentando cuidarte y preocuparme por ti, pero tú no me dejas. Pase que ahora mismo no quieras contestarme a lo que te dije ayer, ya hablaremos de eso en otro momento, pero déjame cuidarte, Leia, joder. Me importas.
- ¿Desde cuándo? - Pregunté irónica. Nunca había parecido que lo hiciera, ¿por qué iba a creerle ahora?
- Desde antes de lo que crees, pero ese es otro tema - Lo evitó-. Por favor, no seas cabezota y vuelve a la cama. Me sorprende que aún no te hayas caído.
Lo cierto era que me encontraba cada vez peor, pero no quería darle la razón. Suspiré cansada, Louis era aún más cabezota que Jade, así que debía ser yo quien cediera si quería dejar de discutir. Me metí en la cama y Louis sonrió; le miré mal y aún más cuando él se tumbó a mi lado.
- Estás ardiendo - Afirmó a pesar de que estaba tiritando -. ¿Tienes frío?
- Mucho.
- Ven aquí, anda - Abrió sus brazos invitándome a enterrarme entre ellos. Yo me moría de ganas por acostarme en su pecho, pero no estaba para nada segura.
- Te pegaré algo y te pondrás malo por mi culpa.
- Me importa una mierda - Dijo y me abrazó obligándome a poner la cabeza y parte de mi cuerpo encima suya -. ¿Así mejor?
Asentí incapaz de hablar. Había admitido que le importaba y que se preocupaba por mí y eso, sumándolo a lo que me dicho la tarde anterior, dejaba algo en claro: Sólo tenía que decirle que dejara a Eleanor para que saliera conmigo y empezaría nuestra historia.
