JUNTOS POR SIEMPRE (Jarolina)

CAPITULO 8

Narra Caro

Bueno... me fui porque cuando Joa y Franco se fue a hablar con Joaquín me llegó un mensaje, que decía:

Hola! No me presentaré. Sólo quiero que no confíes mucho en tus "mejores amigos", no confíes en la declaración de Joaquín. Según mis contactos, él lo hizo para recuperar la amistad de Francisco quien le dije que no iba a ser más su amigo si no te pedía perdón.

Abre los ojos, chica. Eres una buena persona y no mereces ser engañada por patanes mentirosos como ellos.

Besos oxox

Sabía que era Fernanda, siempre a lo último pone: "oxox". Me enojè de nuevo porque pensé que Joaquín se disculpó conmigo para estar bien. Fui una tonta al creerlo. La verdad es que no quiero perder la amistad de Fran.

Narra Joaco

No entiendo a las mujeres, están locas y son muy bipolares. En un momento están tristes y al otro se enojan por nada, al otro lloran y a otro se rien. ¿Quién las entiende? Creo que ni ellas.

Narra Lara

Ayer en la tarde vi a un pequeño tonto que se cría el dueño del parque, o sea ¿Qué se cree? Me cae mal, es muy creído.

También lo salvé de que un perro lo mordieras, y al hacer eso me dio un beso como Joaco a Caro, bueno... no tan igual. No se tragó mi boca.

A pesar de que me car muy mal, es mi amigo y tengo mis privilegios, somos como los reyes del parque.

Algo me sacó de mis pensamientos y era el teléfono, Fran llamaba.

Llamada telefónica

— Hola. —dice Fran en la otra línea.

— ¿Todo bien? — le dije

— Si Lari, ¿me podes comunicar a Joaco?

— Si, dale. — entre al cuarto y se lo pase a mi hermano. — Es Fran.

— ¿Por qué carajos no tocas la parta, Lara? — me gritó.

— Porque también es mi cuarto, te llama Fran. — le grité, le lance el celular.

Narra Joaco

— Hola ¿Qué pasa? — contesté.

— ¿Ya estás listo para la fiesta? — gritó con emoción.

— ¡Ay no! ¡Me olvidé! Tengo que bañarme, cambiarme, peinarme, arréglame. — le dije.

— Pareces una chica. — se rio.

— Tengo que estar bien para Ca... — casi me delato solo.

— ¿Para Caro? — tiró tremenda carcajada. — Al fin lo aceptas.

— Yo no iba a decir Caro, tonto. Iba a decir ¿Carmen?

— Ni para mentir servís, amigo. Caro te tiene a sus hermosos pies. — gruñí. — ¿Ahora eres un perro? — se tiró una carcajada. — Bueno... igual en media hora pasamos por vos.

— ¿Quienes?

— Carolina y yo. — sonreí al escuchar su nombre.

— Caro, sí. Bueno. Nos vemos después.

— Dale

Fin de la llamada.

Narra Joaco

Me arreglé lo más rápido que pude. Me vestí como príncipe ya que Caro le contó a Fran que iba a ir como princesa. No puedo dejar de pensar en mi mejor amiga, ni en su sonrisa hermosa y esos ojos. Los ojos Dios mío.

La voy a llamar.

Llamada telefónica

—Hola Carito. — le contesté lo más alegre posible.

— ¿Qué necesitas? — que cortante.

— Nada. — le respondí mas como una pregunta. — Si no me quieres hablar porque estas ocupada mejor decímelo. Así no te llamo, ni te fastidio. Pero prefiero que me cuentes que te pasa, has tenido muchos cambios de humor de la nada. Sólo quiero que estemos bien ambos. Contame lo que te pasa, quiero saber la verdad.

— ¿De verdad lo queres saber?

— Por favor

Narra Caro

— Bien te voy a contar toda la verdad. — estaba pensando en decirle que me gusta. — Lo que pasa es que... — tocaron la puerta. — Para, te hablo al rato. — corté y fui a ver quién era.

Fin de la llamada.

— ¿Qué haces acá? ¿Cómo sabes cuál es mi casa?

— Como queres que no sepa donde vive la chica más hermosa.

— ¿Por qué haces esto?

— ¿Qué cosa?

— Esto, o sea nunca me habías hablado, no sabías ni mi nombre, ni donde vivo, tenes a todas la chicas a tus pies y justo conmigo te fijas ¿Por qué?

— Sólo me di cuenta que en verdad te quiero, Caro. — cerró la puerta dejándome afuera con él, me pega a ella y comienza a besarme como si no hubiera un mañana.

Escucho pasos bajar las escaleras pero no le doy importancia, el chico más guapo del colegio me está besando.

Escucho que alguien aplaude y me separo rápidamente.

Joaquín y Fran estaban enfrente de nosotros.

— Así que por el creidito este nos cambias, Carito. — dijo Joaco enfadado y rojo.

— A mí no me insultas, enano. — le dijo Ian a Joaco.

— ¿A quién le dices enano? Creído de mierda.

— Joaquín, para esto. Cálmate. — le grité al ver que estaba a punto de tirársele a Ian.

— Vos cállate, no me hables más. Traidora.

— Y luego a mí me decís que cambio de humor, estúpido. — mire a Ian. — Vámonos Ian, no me quiero perder la fiesta de disfraces.

— Vamos cariño. — me tomo de la mano y nos fuimos.

Narra Joaco

— Viste lo traidora que es, ya no podemos confiar en ella.

— No nos ha traicionado, Joaco. Ella sólo está con el chico que le gusta, déjala en paz.

— ¡Yo le gusto! No ese creído de mierda.

— ¿Estas celoso?

— Claramente no, ¿de qué lado estas?

— Del tuyo.

— No parece, ahora vamos.

Continuara...

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