JUNTOS POR SIEMPRE (Jarolina)

CAPITULO 7

Ustedes pensaran que soy medio bipolar, que soy idiota y tienen razón. Me estoy dando cuenta que Carolina me está gustando más de lo que debería.

Creo que tengo que contarle a Fran.

Llamada telefónica.

— Hola Fran

— ¿Qué queres? ¿Ya te perdono?

— Ya me perdonooooooo — le grite.

— ¿En serio? Pensé que tu orgullo no iba a dejarte.

— Yo tampoco pensé que podía, pero pasó. Pero... ¿en qué quedamos?

— Y... no sé ¿amigos?

— Amigos. — me reí. — Hablamos después.

— Bueno, adiós amigo.

Fin de la llamada.

Al otro día llegamos al colegio con Lara y con Caro, sonó el timbre y entramos con Carito.

Terminaron las clases de la mañana y tocaba receso, perfecto. Me encontré con Caro y me fui directamente hacia ella.

— Hola Caro hermosa, divina. — la abracé y le di un beso cerca de la boca.

— Hola. — sonrió al verme.

— ¿Queres que haga algo por vos? ¿limarte las uñas? ¿Traer tu comida? ¿Hacer tu tarea? — sí, lo sé. Soné muy desesperado. Ella sólo se rió de mí.

— ¿Qué rayos te pasa? Además ¿Cómo vas a hacer tu tarea si ni haces la tuya? — se rió más. Hermosa.

— No tengo idea pero la intensión cuenta. — me reí. — Y no... no me pasa nada, sólo hago esto para que mires que estoy arrepentido.

— Pero no hace falta...— sonrió tierna. Mientras sobaba mi mejilla — Yo ya te perdoné. Sólo que no estaría mal si compraras mi almuerzo.

— Como usted ordene, mi reina. — me fui a comprar su almuerzo y el mío mientras la veía caminar buscando una mesa.

Narra Caro

Me fui a sentar y en lo que estaba esperando a Joaco quien estaba muy raro hoy (no me quejo) llega un chico llamado Ian, creo que desde el año pasado comenzó a gustarme por la manera en la que habla tan... tan tierno y seductoramente. Lento y grabe. Tiene ojos color miel y una sonrisa enorme que hace que cualquiera moje sus pantaletas/calzones. ¿Qué cómo lo es? Así lo explico Valentina una vez.

— Hola, Carolina ¿no? — asentí nerviosa.

— Si ¿vos sos? — si chicas, me hice la tonta.

— Ian. — sonrió. — Un gusto. — tomo mi mano y la besó.

— Igual. — agarre su mano y le di un beso. Obviamente le estaba haciendo burla, pero quería probar su mano. Soy rara.

— Eh si. — se puso incomodo, que hermoso. — Te quería hacer una propuesta. — con una seña le dije que continuara. — Hay una fiesta de disfraces y me preguntaba si querías ir conmigo. — asentí con la cabeza. — Genial, voy a ir disfrazado de príncipe, espero que tu seas mi princesa. — me guiñó un ojo. — invita a tus amigas y amigos, adiós Caro. — se despidió de mi con un beso corto en la comisura de mis labios.

Mierda, estoy ardiendo.

Justo llega Joaquín con mi almuerzo.

— ¿Quién es él? ¿Qué te hizo? ¿Qué te dijo? ¿Por qué estas roja como un tomate?

— Para con la interrogación. — me reí nerviosa. — Es Ian, no me hizo nada, me invitó a una fiesta y me dijo que los invitara. ¿Queres venir conmigo? — omití la parte del casi beso.

— ¿Y por eso estas toda roja? — me preguntó molesto.

— Hola tortolitos. — llego Fran a salvarme.

— ¿Quieren venir si o no? — le dije enojada ahora yo, por ignorarme.

— Ustedes sólo peleando viven, mejor me voy. — dijo Fran y lo agarré de la mano, al momento Joaquín vio nuestras manos unidas.

— No Fran, no peleamos. Sólo estábamos hablando de que un chico nos invitó a una fiesta y le estaba diciendo que si quería ir conmigo. ¿Vos queres venir conmigo?

Narra Joaco

Le hice señas a Fran para que dijera que sí y como buen amigo que es dijo que sí.

— Yo si voy ¿Y vos Joa, no vas? — tonto.

— No, él no me cae bien.

— ¿Nos disculpas? — le dijo a Caro y me lleva a la otra esquina.

— ¿Cómo que vos no vas a ir? Si vos no vas, ella va a besarse con ese tal Ian que me da mal rollo. Debes ir a cuidarla.

— Si voy a ir, tranquilo. Me convenciste con lo de él besándola.

Regresamos con Caro.

— Ya me decidí, Carito. — la tomé de las manos.

— Y...

— Si voy a ir, pero solo por vos. — le guiño el ojo.

— Como quieras. — dicho esto se fue.

— ¿Y ahora que hice? —le pregunto a Fran.

— No lo sé, yo no entiendo a las mujeres.

Continuara....