CAPITULO 6

685 35 4
                                    

Narra Caro

Estaba en las gradas de la entrada del edificio cuando miro que llega Joaco con Lara, me levanté al instante pero Joaco me acorrala contra la pared.

Y como si fuera lo más normal del mundo me da un beso, enfrente de Lara.

— ¿Qué haces? ¿Por qué carajos lo hiciste? — lo intento empujar pero se acerca peligrosamente más a mí.

— ¿No es eso lo que querías? Que te de bola ¿No decías que me amas? — me dijo mientras ponía una mano al lado de mi cabeza y la otra debajo de mi blusa, en mi cintura.

— Dijiste que no habías leído mi diario. — achine mis ojos. — Además lo que leíste no es cierto, no me gustas. — mentí.

— Pero si me amas. — sonrió arrogante. Me reí.

— Claro que no, no te amo ni te quiero. Estás loco. — volví a mentir.

— Vos sí que estás loca y bipolar ¿no?

— Y vos sí que sos un idiota y tarado ¿no? — Ja.

— Un tarado que te quiere mucho. — intentó besarme pero me quite.

— No me importa si me quieres o no. Así que déjame en paz y anda con Valentinita la bonita. — me fui corriendo subiendo las escaleras, directo a mi casa a comer Nutella.

Narra Joaco

— Las chicas sí que están locas. — dije mirando a Lara.

— ¿Vos acaso estas ciego? Ella hace esto para que le pidas perdón, no para que llegues y la beses. Enfrente mío. — gritó lo último. — Sos un tonto.

— A veces pienso que no me quieres a mí. — me hago el triste.

— Yo si te quiero, hermano tonto. — me abraza. — Sólo que deja de ser un tremendo tonto con Carito.

— A veces pienso que sos más grande que yo. — rodé los ojos y ella se rio.

Cuando llegamos a casa mamá salió de la cocina corriendo.

— Ya me imaginaba a Lara llegando solita a la casa. — dijo suspirando agarrándose el pecho. — ¿Cómo les fue?

— Para nada, aunque pensaba hacerlo ya que Joa le dio un beso a Caro. Y en los labios. — le susurró a mi mamá. ¡Maldición!

— ¿Qué le dio qué? — abrió los ojos como platos.

— Que le dio un beso... — le tape la boca.

— Si, bueno, le di un beso en la mejilla, que termino casi, casi cerca de los labios, pero no. Ya sabes cómo es Lara, se emociona por todo. — sonreí. Y me fui corriendo con Lara a nuestro cuarto. Le comencé a hacer cosquillas. — Mira enana, vos no vas a decirle nada a mamá de lo que paso hoy con Carito.

— ¿Lo del beso? — le hice más cosquillas y ella dijo que no más. — Ya, déjame, pelotudo. — dijo mientras se reía como foca retrasada.

— ¿Entendiste?

— Si, papá. — se río.

— Va ahora salí de acá, pendeja. — la empuje fuera del cuarto.

— Ya se me hacía extraño tanto cariño. — hizo un mohín con la cara.

— Si, si, como sea, tonta. — la saque del cuarto.

Pensé en llamar a Fran, así que lo hice.

Llamada telefónica.

— Hola Fran, ¿todo bien?

— ¿Ya le pediste perdón a Carito? — que directo.

— No, aun no.

— Chau.

Fin de la llamada.

Tengo que recuperar a mi amigo, así que fui a la casa de Caro. Toque la puerta y abrió su mamá.

— Hola hermoso, ¿Cómo estás? — dijo la mamá de Caro.

— Muy bien gracias, ¿esta Caro? — fui directo al grano.

— No, pequeño, acá no está. Me dijo que iba a la terraza, anda. Capaz que si vos vas ella está mejor. — si tan sólo supiera que soy el responsable de que este mal.

— Gracias Mari.

Fui corriendo a la terraza y vi allí a Caro de espaldas.

— ¡Ah! Así que sos vos por la que mira por mi ventana, ya sentía yo que alguien me miraba. — me senté a su lado.

— Tampoco penses que te acoso, no soy de esas. — dijo. Interesante.

¿Así que si lo haces? — intentó ponerse seria pero no pudo. — Aunque sea te saque una sonrisa tan linda y no lágrimas. — la abracé.

— ¿Pensas que tengo una sonrisa linda? — dijo esperanzada en que dijera algo súper lindo.

— Claro que no. — me miró y asintió con la cabeza. — Pienso que es la más hermosa de todo el maldito mundo. — la abracé y la pegue más a mí. — Carito, yo te quería pedir perdón... por lo que te dije. Yo se que cualquier chica se enojaría por lo que te dije, creo que por eso lo he dicho y me arrepiento tanto.

— No lo sé. — ¿en serio?

— Caro, mírame. — no lo hizo así que la hice mirarme tocando su pequeña barbilla. — Necesito que me perdones... eres mi mejor amiga.

— Lo haré solo con una condición. — genial.

— La que sea con tal de que me perdones.

— Te perdono si vos me perdonas a mí. — sus ojos son hermosos a la luz de la luna. No puedo dejar de verlos.

— No te tengo que perdonar nada a vos.

— ¿Me estas jodiendo? Te re putie.

— Bueno, pero para mí nunca paso. — sonreí.

— Para vos capaz que no, pero para mí sí. — eso ojos están matándome.

— Obvio que si enana hermosa. — la abrace mucho, mucho más a mí.

— ¿Vamos a casa? — pregunto Caro.

— Sí, pero vos a tu casa y yo a la mía. — ambos nos reímos de mi mal chiste.

— Eso es obvio. — negó con la cabezo.

— Pero yo quería dormir con vos. — se sonrojó.

— Mentirosa, sí que lo deseas. — la tome de las mejillas y le di un corto beso en los labios. Es un tomate, literal.

Fuimos caminando hasta la casa de Caro caminando abrazados, lo mejor de la noche.

— Gracias. — le digo.

— Gracias a vos. — dice y entra a su casa. Toco la puerta.

— ¿Qué pasa? — dice riendo.

— ¿Y mi beso de buenas noches? — le susurro jalándola para que salga. Creo que estoy siendo un poco raro con mi mejor amiga. Los mejores amigos no se dan besos.

— Bien. — se acerca a mí y me da un beso en la mejilla. — Feliz noche.

Continuara...

JUNTOS POR SIEMPRE (Jarolina)Where stories live. Discover now