Capítulo 7

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Odio cuando piensas que todo lo que te pasó en una situación fue real. Cuando te despiertas y te das cuenta de que solo fue un estúpido sueño.

Rachel se quedó conmigo esa misma tarde, nos quedamos revisando el periódico para buscar un nuevo empleo. Para mí exactamente. Repartidor de pizzas (2 libras el día), barrendero en una barbería (0,50 centavos la hora), secretaria en editorial poco popular (5 libras la hora).

-Esta me parece más convincente, Ray-. Dijo alegre Rach.

-Mmm... voy a pensarlo. Y si para mañana no tengo nada claro envíame igual. Ya estoy cansada de estar sin hacer nada-. Hice una mueca de disgusto.

*Nota de la escritora: escuchar Run de Snow Patrol*

Peter me miraba y yo a él. La guerra de miradas de desataba en el patio de la escuela. La cuestión era no reírse ni pestañar. Peter movió un poco los ojos, yo sonreí levemente. De pronto una ráfaga de viento vino de golpe y una pequeña hoja me golpeó el ojo. En lo único que pensaba era en lo estúpida que me veía al gritar "¡Quítamela!'' y correr como loca de un lado hacia otro. Gracias a Dios, Peter actuó con calma y la quitó.

— ¿Te arde el ojo ahora?— Me preguntó junto a mi boca.

Los vellos de mis brazos se erizaron. Mi boca se secó al instante.

—Este... no.

Peter estalló en risas.

—Hubieras visto tu cara. Siempre funciona, con todas.

— ¿Eh? Me acabas de llamar común—fruncí el ceño.

—No, solo que...

—No me causa gracia—pronuncié aún más el ceño.

—Bueno, a mí sí. Veo que no tienes muy buen sentido del humor—dijo mientras empujaba levemente mi hombro con su mano.

-No es que no tenga humor. Solo que veo las cosas de otra perspectiva. Además ya soy lo suficiente madura como para estar bromeando así...

—Sierra, eres adolescente, no eres madura aún. Además, si fueras madura, que no lo eres, no te cortarías las venas. Eres irresponsable por ese lado. Por otro lado creo que si eres valiente; me refiero a que toda tu vida estuviste superando obstáculos, y déjame decirte que fueron obstáculos muy pesados y duros que superar. Pero ahora te falta lo más difícil.

— ¿De qué hablas?—Susurré.

—Hablo de tu enfermedad, las cortaduras y tu familia—señaló relajado.

—Lo de las cortaduras ya lo estoy evitando, la última vez que lo hice fue hace dos semanas, el día de mi cumpleaños. Y no sé a qué te refieres con "enfermedad"—jadeante dije. Jamás pensé que él sabía absolutamente todo sobre mí. No supe si asustarme o no.

—Sierra, estoy a cargo de ti, no puedes fingir y cubrir que no te sucede nada. Además, ¿ya te olvidaste de los seis chicos con los que has estado? Parece que le restas más importancia a eso que a nada. Por algo estuvieron contigo—regañándome.

—Porque todos estaban conmigo por una cosa, Peter. Una palabra, dos silabas, cuatro letras: SEXO. Pero eso no quiere decir que lo haya hecho. No soy una zorra. Pienso que la primera vez se tiene una sola vez en la vida, y no tienes que perderla con el primer tipo que se te cruce.

Sostén Mi Mano |TERMINADA.|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora