Capitulo 1:

384 13 2
                                    

El secreto para que las ojeras nunca se noten es consiguiendo una buena base y difuminando muy bien con la brocha correcta. "Cuando una chica tiene el pelo bien arreglado, está muy bien maquillada y es extremadamente delgada le es muy fácil conseguir lo que quiere y cuando quiere" ¿Fueron las palabras de una modelo que ni yo recuerdo el nombre? Alguien muy estúpido como para ser escuchado, pero aún así yo fui muy tonta como para creerle. Así que lo hice; me dediqué a ello para poder salir con los seis de mis catorce corazones rotos. Tenía dieciséis años, siete meses y faltaba un día para llegar a los diecisiete. El día antes de mi cumpleaños decidí declararme ante otra persona agregada a la lista de los que, podría decirse, robaron mi corazón, así que todo debía salir a la perfección.

Como aún era verano, hacía un poco de calor. Me puse un solero blanco con flores de colores, el bolado me llegaba hasta dos dedos antes de las rodillas. Me había teñido el pelo de violeta oscuro porque él me había dicho que aquel era su color favorito. "Hay que sumar puntos, Sierra" me repetía a mí misma todo el tiempo. Alex era el chico que me hacía reír con cualquier cosa (incluso la más pequeña e insignificante), aquel que provocaba mariposas en mi estómago. Ese que, cuando dirigía una mirada hacia mis ojos, yo quedaba hipnotizada, mi sangre subiera su temperatura y llegara hacia mis mejillas. Bueno...Estuve enamorada un par de veces y siempre describí mi amor de aquella manera, siempre fue igual y distinto a la vez. No sé cómo explicarlo.

Alex y yo acordamos vernos en el patio trasero de la escuela el día anterior, para hablar sobre lo que haríamos para mi cumpleaños. Él y yo nos conocimos gracias a Iris, mi mejor amiga, desde entonces nos volvimos inseparables. Siempre que estaba triste era el primero en venir hacia mí para hacerme sentir mejor. Yo, a medida de que fui conociéndolo mejor, me enamoré locamente de Alex. Se lo había contado hacía algunos meses, cuando el sentimiento apenas brotaba de mi pecho, pero él me rechazó lo más delicado y suave que pudo. "Mira, eres hermosa, tienes una personalidad única, nadie se te iguala, Sierra. Pero no creo tener los mismos sentimientos por ti que los que tú tienes por mí. Prefiero ahorrarte el tiempo ahora, antes que provocarte un dolor aún más grande en un futuro. Lo siento mucho."

Pero no me rendí, a pesar de que por dentro me sentía demasiado mal por varias razones. Yo solo fingí que ya no sucedía nada, pero cada día me sentía más y más enamorada de él. Alex todos los días decía cosas bonitas de mí, o me defendía de los chicos que me parecían molestos. Era tan cool que creía que no podía existir alguien como Alex. Cada chico que se me acercaba, sin importar lo más carilindo o simpático que fuese, siempre se me hacía insignificante. Aún así me aferraba a la idea de que algún día Alex me miraría con otros ojos.

Tomé mi mochila de la escuela y me despedí de mi abuela. Cuando llevaba dos manzanas caminando sentí una mano sobre mi hombro izquierdo. El aire olía a pasto recién cortado y humedad. Me tensé por completo un instante: era él. Ya se estaba riendo, como todos los días. Mis labios temblaban y mis ojos se llenaron de agua salada. No podía hablar. Suerte para mí qué Alex ya tenía algo que contar, pero decidió guardarlo para más tarde.

—Oh, vamos. Tienes que contármelo ahora, sino estaré el resto de la tarde pensando en lo que quieres contarme. Sabes perfectamente que no me gustan este tipo de cosas.

Lo miré mal, aunque no en serio, todo lo contrario. Y por dentro algo se revolvió, como si algo malo estuviese por pasar. "Seguro que no son buenas noticias" pensé.

—Solo aguanta hasta la salida, es que de verdad es importante.

"Ese presentimiento de nuevo, Sierra." Solía tener muchas alarmas en mi cerebro, tal como alguien perceptivo. Nací con eso, o al menos eso me decía mi abuela. Puede ser que lo haya heredado de algunos de mis padres no registrados en el mapa.

Sostén Mi Mano |TERMINADA.|Where stories live. Discover now