Capítulo 9

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Esta historia está publicada en papel por el equipo Penguin Random House grupo editorial. Puedes encontrarlo en diferentes países (explicados en un capítulo especial) y también vía amazon. 

*

Me puse de pie mirándolo molesta ¿Realmente era tan impulsivo? Caminé detrás de él mientras le escribía un mensaje de texto a Annie "Me he ido más temprano, trabajo en pareja con Caín el malvado. Nos vemos mañana"

Caín subió a su auto y yo abrí la puerta del copiloto.

– ¿Dónde vamos? –Fruncí el ceño.

– A un lugar en donde hayan personas con problemas psicológicos o traumas.

– En ese caso deberíamos entrevistarte a ti –Dije poniéndome el cinturón.

– ¿Por qué? Si la traumada eres tú –Encendió el auto. Lo miré en silencio. –Ni siquiera tenemos las preguntas que debemos hacerle a la persona que entrevistemos –Dijo mirándome.

– ¿Sabes? –Alcé mis cejas. –No quiero hacer esto hoy ¿Puedes dejarme aquí?

– ¿Eres bipolar o qué?

– Detén el auto –Dije tratando de calmar mis emociones.

– Cailín, ni siquiera sabes dónde estamos.

– Detén el auto, Caín –Lo miré fijamente.

– No.

– ¡Detén el puto auto! –Abrí la puerta y él frenó con rapidez gastando las llantas. Me saqué el cinturón y me bajé del auto algo desesperada. Caín se quedó inmóvil mirándome, estaba sorprendido por mi actitud repentina, pero me importó una mierda.

Caminé en dirección a tomar un autobús, no quería pasar ni un segundo al lado de Caín.

Mientras caminaba, podía sentir que el auto de Caín seguía estacionado ahí, pero ni en un millón de años volvería a subirme. Las lágrimas comenzaron a caer por mis mejillas, necesitaba sentarme y pensar, no podía estar tan exaltada en la calle.

– ¿Estás bien? –Una voz conocida interrumpió mi camino. Levanté mi mirada chocando con la de Ian.

– Ian –Hablé secándome las lágrimas –Estoy bien ¿Qué haces aquí?

– Trabajo aquí –Indicó un local de comida rápida que ni siquiera había visto por lo apresurada que estaba. –Salí a botar algo y me encuentro contigo llorando.

– No es nada –Sonreí. –Estoy bien, debo irme.

– ¿Estás segura?

– Si, hablamos luego –Lo miré y él ni siquiera me sonrió. Parecía preocupado.

Seguí caminando sin mirar atrás. No quería encontrarme con nadie más, necesitaba estar completamente sola. Caminé por un largo rato hasta que encontré un parque en el cual podía sentarme en silencio sin que nadie me hablara porque simplemente no quería hablar con nadie.

No sé si lo que siento por Caín es odio o sólo rencor. Algo en mi interior me dice que él no es el culpable de todo lo que pasó y simplemente debo convencerme de eso, pues Caín sólo tenía siete años cuando Darell lo obligó a matar a mi padre. Estuve ahí, no puedo culpar a Caín por algo que yo misma vi. Si Caín quizá tan sólo se diera el tiempo de explicarme su punto de vista podría entender mejor las cosas, pero lo único que él hace es hundirme más en mi agujero. No puedo perdonar tan fácil algo como el asesinato de mis padres, me hicieron mucha falta. Quizá Caín, aunque sea frío y apático, tenga razón al decirme que debo superarlo pues pasó hace catorce años... pero para mí es algo imposible, para mí no es algo normal. Me cuesta estar cerca de una persona a la cual le tengo rechazo porque simplemente no soy una persona falsa.

CAÍN © #1 EN LIBRERÍASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora