12

8 0 0
                                        

Ya era miércoles y Parker había acordado en ir ella a traer a la pelirroja. Habían salido algo temprano del trabajo y el tiempo les quedaba bien, ya que el partido era a las tres de la tarde.

–¿Saldras?– preguntó la mayor de las gemelas.

–Si, vengo en un rato– contestó deseando que no preguntara más por su salida.

–¿Una cita?– preguntó de nuevo con curiosidad.

–Si– respondió sin pensarlo pero al mismo tiempo se retractó. –Digo no, es solo una salida de amigas.

–Ah, que bien, suerte en tu salida de amigas– habló la mayor haciendo énfasis en las dos últimas palabras, recibiendo como respuesta un golpe en su hombro.

Alice ya se encontraba esperando a la castaña. Había terminado de arreglarse hace unos minutos y había optado por un short de mezclilla azul, un camisa blanca, una camisa de botones azul marino abierta, tenis y, finalmente, decidió hacerse un moño algo desordenado con una pinza.

En verdad le emocionaba verla jugar, era la primera vez que acompañaba a alguien a algo así. Recordaba que su padre iba mucho a clubes deportivos, sin embargo ella nunca quiso acompañarlo o ir a verlo jugar.

Acababa de recibir un mensaje de Emily diciéndole que ya estaba afuera. Salió y la vio fuera de su auto, se acercó y la saludó, pero para su sorpresa esta le abrió la puerta para que entrará al auto y así mismo la cerró. Lindo gesto, pensó.

–¿Juegas seguido?– preguntó la menor luego de unos segundos de haberse subido.

–Depende del tiempo que tenga.

–¿En que posición juegas?– preguntó de nuevo, tenía curiosidad de varias cosas.

–Soy delantera, a veces centrocampista– contestó la más baja mirándola de reojo.

–¿Se encargan de marcar goles, verdad?

–Pensé que no sabías de fútbol.

–Investigue un poco– confesó. Había estado investigando lo más que podía, aunque a la mayoría no le entendió.

Por otro lado a la castaña esto le pareció tierno, prácticamente lo había investigado por ella.

–Igual es algo básico– respondió con gracia haciendo rodar los ojos a la pelirroja.

–¿Juegas con uniforme?– volvió a preguntar. A diferencia de las demás preguntas esta había intimidado un poco a la más baja.

–Si, es más fácil distinguir a las de tu equipo con uniforme.

–Hice bien en venir entonces– dijo la menor con una sonrisa quien recibió lo mismo como respuesta.

Ya habían llegado, y al pasar por los amplios pasillos al aire libre, se podía escuchar el bullicio de personas que estaban practicando algún deporte o simplemente estaban allí. Recorrieron unos cuantos pasillos más pasando por canchas de voleibol, fútbol, tenis, baloncesto y otras que Alice no reconocía, para finalmente llegar a una cancha de fútbol.

–¿Te quedas en las gradas? Vuelvo en unos minutos– informó la castaña con una sonrisa.

–Claro– contestó con una sonrisa y tomando camino hacia las gradas para sentarse.

El ambiente era ameno y el día estaba soleado de manera agradable. Habían unas cuantas personas en las gradas que al parecer al igual que ella eran espectadores.

Por otro lado Parker se encontraba nerviosa, no por el hecho de jugar, sino por quien la vería jugar, sabía que la pelirroja no sabía mucho de fútbol pero de igual manera quería que tuviera una buena imagen de ella jugando, justo este partido lo quería ganar.

La castaña ya se encontraba lista, ya había calentado por un rato e iba a salir un poco antes de lo normal para poder interactuar un poco con la chica que la iba ver jugar. Se dispuso a ir hasta las gradas y al estar cerca de la pelirroja esta notó su presencia que al verla sonrió inmediatamente.

–Te ves muy bien en uniforme– habló la menor observandola detalladamente, cosa que la puso bastante nerviosa.

–Lo sé– respondió con superioridad para no hacer notar sus nervios.

–¿Siempre eres así de orgullosa?– preguntó divertida.

–Dependiendo quien sea la persona– respondió Emily para luego sonreír, asimismo obteniendo una sonrisa de la pelirroja.

Luego de un rato el sol ya iba entrando para darle lugar a la noche, y las dos chicas ya iban saliendo del lugar. Se la habían pasado muy bien, sobretodo por la comodidad de la compañia de la otra; a pesar de que a Alice no le llamaba para nada la atención el deporte, lo había disfrutado mucho y Emily se sentía cómoda, había jugado bien y por suerte para ella, no había pasado vergüenza con la chica que la acompañaba.

–Deberíamos salir de nuevo– sugirió la menor abrochandose el cinturón.

–Ves como si te gusta salir conmigo– respondió con una sonrisa en su rostro.

–Debo dejar de subirte el ego, pero es verdad, no es tan malo salir en compañia tuya.

–¿Donde sugieres que salgamos? Digo la próxima vez– formuló la más baja con curiosidad.

–No lo sé, algo divertido o interesante– respondió mientras el auto ya estaba en movimiento.

–Algo interesante es un museo de arte, ¿o me dirás que no te gustan esas cosas?– preguntó Parker con sumo interés.

La verdad es que a Alice le gustaba el arte, pero no era tan amante de la pintura o fotografía, le gustaba más la música.

–Sí, me gustaría, pero no soy tan fan de los museos de arte, el ver fotografías y pinturas está bien, pero no por tanto tiempo– aclaró Alice con sinceridad.

–Bien, podemos ver un lugar donde ir, solo que no sea mañana, tendrá que ser el fin de semana o la siguiente– respondió tranquila, Alice pensó que juzgaría el hecho de que no le gustaran tanto los museos de arte, pero no fué así; ella lo entendió.

–¿Por qué mañana no?– preguntó la menor, le intrigaba saber.

–Tengo una cita– respondió con naturalidad.
La chica solo asintió, extrañamente no se sentía tan bien con esa respuesta.

Continuaron hablando hasta que finalmente llegaron a la casa de las hermanas, donde Emily dejaría a su acompañante; se despidieron simplemente con un corto abrazo y Alice salió del auto para adentrarse a la casa. Había sido un buen día, pero la pelirroja se sentía confundida.

Dostali jste se na konec publikovaných kapitol.

⏰ Poslední aktualizace: Nov 26 ⏰

Přidej si tento příběh do své knihovny, abys byl/a informován/a o nových kapitolách!

Invisible StringKde žijí příběhy. Začni objevovat