–No, claro que no– habló de inmediato con una sonrisa amable.
–Bueno Lauren, encargate de subirla– formuló la pelirroja dando palmadas en su hombro.
Después de un rato Lauren había logrado subir a la rubia con algo de esfuerzo, aunque fue más fácil cuando la amenazó de dejarla dormir en el patio si no se subía al auto.
Ya en el camino esta no dejaba de hablar, hasta un momento en donde al parecer se había dormido en los asientos de atrás.
–¿Cuánto tomó?– preguntó la castaña volteando hacia atrás para ver a la chica que dormía plácidamente.
–No lo sé, nunca la había visto asi– respondió con la vista en la carretera.
–Ni yo.
–¿Son bastante cercanas ustedes?
–Un poco, de todas diría que con las que más me llevo es con Azul y Gigi– habló viendo hacia la ventana. –Y Sophie obvio, por ella las conozco.
–¿Yo no estoy en esa lista?
–Te falta todavía.
–Que exigente– dijo viendola de reojo.
Así hablaron un poco más hasta llegar a la casa de la chica que aún seguía dormida. Por fortuna, no les costó mucho sacarla del auto y llevarla hasta su cama, el problema vino cuando el perro de esta se salió de la casa y tuvieron que perseguirlo por todo el patio delantero. Luego tuvieron que seguirlo en el patio trasero para que el perro quedara adentro, donde lo encontraron, pero para desgracia de Emily en la orilla de la piscina había un poco de agua en la que resbaló y terminó cayendo.
–Emily, no creo que sea momento de nadar– dijo la pelirroja al ver que esta ya flotaba en el agua.
–JA! JA! Que chistosa. Me ahogo y a ti no te importa– dijo Emily todavía dentro algo molesta.
–Pero si yo te veo bien– habló con una sonrisa burlona. En realidad si había pensado en meterse al agua, tampoco dejaría que se ahogara, pero al ver que la cabeza de la castaña salía del agua no lo vió necesario, suficiente con que se mojara ella.
–Siguete burlando– Amenazó.
–Pero si no he dicho nada– contestó ahora riendo.
–Ven, ayudame a salir– formuló tendiendole una mano.
En el momento que la pelirroja se acercó para ayudarla a salir esta tiró de ella haciendo que cayera también dentro de la piscina.
–¡Idiota!– dijo ahora a la par de ella quitandose algunas gotas de agua que estaban en sus párpados.
–Me las tenía que cobrar– articuló con una sonrisa.
–¡Pero si yo no te hice nada!
–Te burlaste, admítelo.
–Ahora estaremos las dos empapadas, inteligente.
–No es tan malo– dijo como si no importara. –Mira, el perro ya entró.
–En este momento no sé si te odio más a ti o al perro– dijo mientras salía de la piscina por las escaleras.
La mas baja hizo lo mismo sin percatarse que al llevar una básica blanca esta se transparentaba y pegaba a su cuerpo por el agua, mostrando así su figura.
Alice por otro lado no pasó por alto esto, podía ver perfectamente la forma de sus pechos, su tonificado abdomen y la finura de su cintura. Ni siquiera disimulada que la estaba viendo.
–¿Puedes mejor mirarme a los ojos?– habló la castaña sacandola de su trance
–¡Ah! Si, claro– dijo sintiendo el calor en su rostro.
–¿Y ahora? Estoy muy mojada.
–Ya otras chicas me han dicho eso, se más creativa– formuló ahora con una sonrisa.
–¡Imbecil!– dijo mientras daba un golpe en su hombro.
–Iré por toallas y te llevaré a tu casa– recitó la pelirroja mientras entraba.
Se escurrieron un poco y finalmente tomaron camino a casa de Emily todavía con las toallas de su amiga. Luego se las devolverían.
Al llegar a casa Parker pensó un poco en todo lo que había pasado, a pesar de que en momentos la pelirroja se comportó como una idiota, no fue del todo malo. A la hora de venir se había comportado muy bien, desde poner delicadamente la toalla en sus hombros, encender la calefacción del carro para que estuviera más cómoda, preguntar si quería algún medicamento por si se resfriaba y llevarla personalmente hasta la puerta de se casa. No se podía quejar.
YOU ARE READING
Invisible String
RomanceA lo largo de los años se han rehusado de conocerse; cuando se conocen entienden que ese era el momento.
