Capitulo 44: MUY MALA PARA FINGIR

ابدأ من البداية
                                    

Dicho y hecho se fueron dejándome bajo la sombre del roble mientas terminaba mi paleta helada.

- Bastardos ricos - murmure para mi misma con gracia.

El pesado calor con la aún más pesada humedad me mataba. Es por eso que me senté en la sombra de un inmenso roble así podría descansar un tiempo extendido hasta que la sombra se fuese y el sol iluminara obligándome a correrme. Deje apoyada mi cabeza en el árbol, cerré los ojos y respire profundo.

No he visto a Ian desde anoche... ¿Habrá hablado con Celeste?

Con tan solo imaginarlo me enoja.

Recuerda los consejos de Jace... Relax Jessica, Relax.

Una mariposa naranja se poso sobre la punta de mi pie para hacerme compañía supongo. Me quede contemplándola, tan frágil y hermosa.

- Mi padre me decía todo el tiempo - escuche una voz hablar detrás mío - "cierra la boca por unos minutos y escucha lo que te rodea"

-¿Entonces qué?

- Entonces notaba pequeñeces que uno nunca nota. Por ejemplo, si prestas atención en este preciso momento, puedes escuchar el mar con sus olas chocando a lo lejos, el ruido de las hojas de los árboles moviéndose por el viento, las risas de unas chicas dentro de los baños y aquella langosta que no para de saltar por todas partes. Como dije, son pequeñeces que nos rodean y sin embargo no las notamos.

- Muy profundo señor Welch - di unas palmaditas al lado mío para que se sentase - su padre es un hombre sabio.

- Verdad que sí - dijo medio sonriendo y dándome un pequeño golpe en el hombro - ¿Qué es lo que te preocupa tanto hermanita?

- Nada, no sé a que viene esa pregunta...

- Soy tu hermano, a mí no me mientes. Hace días que te noto bastante rara o preocupada por algo. Anímate y cuéntame, sabes que no pienso recibir un no por respuesta. Y ni se te ocurra mentirme.

- Pasa que estoy nerviosa por el baile...

-¡Ta-daa! Mentiste - grito entusiasmado - tienes la mala costumbre de mover tus dedos cuando mientes. Ahora anda, dime la verdad.

¿Tan obvia soy? En mi mente era una experta fingiendo, o al menos eso pensaba.

Mordí mis labios, estaba nerviosa. Esta mañana me había llegado otra carta de "Max". Esta vez la arroje sin siquiera abrirla. Las bromas tienen un límite. Aunque ese no era el problema. Me angustia el tener que ocultarlo, nos guste o no siempre necesitamos a alguien en quien confiar y poder contarle nuestros problemas. Sobre todo a mí, que soy una terca en compartir cosas, me doy cuenta que sí, la verdad es que ya no soporto el guardármelo.

Intente relajar mi cuerpo como para hablar con desinterés.

Vale, lo contare.

- Ah que te ríes con lo que te voy a contar hermano - empecé - veras, hace unas cuantas semanas vengo recibiendo cartas con mensajes súper raros como "te extraño" y esas tonterías...

-¿Te extraño?

- Aguarda, todavía no llego a la parte más ridícula - reí nerviosa - lo más ridículo, patético o como quieras llamarle es que esas cartas suponen ser de Max, mi exnovio ¿recuerdas?

-¿¡Max!?

- Lo sé, no tiene sentido... verdad que es graciosísimo

-¿Gracioso? - pregunto y me pego en la cabeza - ¿Dónde vez lo divertido Jessica? de verdad eres terrible hermana. Respóndeme ¿hace cuánto las recibes?¿haz visto a Max por aquí?¿lo sabe alguien?

"Estupido y Sensual Campamento"حيث تعيش القصص. اكتشف الآن