Capitulo 10: ODIO LA MONTAÑA

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- Jess – se acerco Fede - ¿Estás bien?

- No…para…nada – me costaba respirar, estaba muy agitada, sentía calor – necesito…salir…soy…claustrofóbica – hable con dificultad.

- Mierda Jess – me tomo por los hombros – mírame, todo va a estar bien, respira conmigo, inhala – inhalamos juntos – exhala – exhalamos juntos.

- Muy bien Jess, de nuevo – repetimos la rutina unas cuantas veces.

- Calma, no te dejare sola tonta – me abrazo y no pude detenerle –estamos juntos Jess…

- Fe-Fede – tartamudee

- Shhh – me calló – mírame – levanto mi barbilla con sus dedo, pude admirar esos ojos verdes claros – no te va a pasar nada, te voy a cuidar, pase lo que pase, me tienes.

¿Cómo se supone que debo tomar eso? ¿Un simple comentario? ¿Una declaración? ¿Le gusto?

- Gra…cias – volví a agitarme. Me hizo la señal para que inhalemos y exhalemos juntos, me ayudo a calmar mi respiración.

- Necesito saber si hay algo ente tú y Parris – me quede helada al escucharlo, él se acerco más dejando el espacio entre nuestros labios casi inexistente - ¿Sientes algo por él Jess? ¿Él te gusta? Necesito saberlo, la duda me está matando.

-¿Qué cosas dices?

- Contesta Jess – me regaño.

- Yo…no lo creo – susurre. Sus ojos reflejaban la tranquilidad y el alivio, esos dientes blancos se mostraron dando lugar a una sonrisa de oreja a oreja. Solto un suspiro.

- Qué alivio – ahora su mirada paso del alivio a la picardía – pero debes saber que si hubieras dicho que si, no me habría dado por vencido, seguiría peleando Jess.

-¿Peleando por qué?

- Peleando por ti tonta – soltó una risa leve -  ¿no soy muy obvio?

-¿Obvio?

- Eres muy lenta para estos temas – paso su palma por mi mejilla acariciándola – pero me da igual si tengo que repetírtelo cien veces – se inclino hacia delante dejando nuestros labios rosándose – me gustas mucho Jess.

- Yo…yo…

¿Qué está pasando?

Mis pensamientos están confusos, sus labios tan cercanos a los mios me tienen como tonta. Federico, le gusto a Federico. El espacio entre nosotros es nulo, estamos encerrados y él tan cerca.

- Fede…yo…

- Yo me la llevo – la puerta se abrió de un golpe – si me permites la escoltare a su cabaña – una de sus manos me sostuvo por la cintura y la otra por mi espalda cargándome con fuerza – la próxima no seas tan imbécil y deja la piedra en su lugar, así nos evitamos los problemas amigo.

- No puedes llevártela – se quejo Federico.

- O si que puedo – lo callo – es clautrofóbica imbécil. Nos vamos.

-¿Qué haces extraterrestre pervertido? – intente soltarme de su agarre pero no lo logre.

- Necesitas descansar Jessica – mientras caminaba no despegaba la vista del camino, parecía algo molesto – te llevare a tu cabaña – su mandíbula estaba tensa al igual que sus brazos.

-¿Está todo bien? – quise saber.

- Luego hablamos, ahora descansa – bajo su mirada un instante y me guiño un ojo, ese es el Ian mujeriego – te ves muy linda bajo la luz de la luna.

"Estupido y Sensual Campamento"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora