LIBRO 1. ||+18
La sombra de Damen Allen perseguirá a todo aquel que estuvo involucrado en la muerte de su esposa y el secuestro de su hijo. Él, un ex sicario sacado de un manicomio cuando solo tenía ocho años y criado por un asesino, jefe de una de...
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44.
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LILIT.
No quería. No era mi intención dispararle, solo quería asustarlo para que me deje libre.
Ahora tengo su sangre en mis manos, grito con desesperación, pido que acelere y nos lleven a un hospital pero nadie obedece, siguen conduciendo como si nada hubiera pasado y no entiendo como pueden tener la sangre tan fría.
Damen no suelta mis manos, pese a que esta medio inconsciente no quiere soltarme y supongo que es porque teme que escape de sus hombres gracias a mi astucia. Sus ojos me miran débiles, verificando al mismo tiempo que estoy cerca de él. No quiere que nadie me dirija la palabra y mucho menos me toque, lo ha dejado bastante claro en todo momento y ya sé porque ninguno de ellos ha querido dirigirme la palabra.
Cuando llegamos, él sale del coche con dificultad y apoyado en dos de sus hombres que lo trasladan hasta una enorme casa en mitad de un bosque con vistas a un lago precioso, tanto que parece irreal. Lo dejan sobre una enorme cama que rechaza al instante y se deja caer al suelo ¿Incluso en esta circunstancia va a seguir castigándose?
Saco toallas, un botiquín y todo lo necesario para curarle. Parece que los doctores tardarán en llegar y no hay mucho tiempo hasta que pierda el conocimiento.
— Desinfecta mi cuchillo y saca la bala, Lilit. —me susurra. — Tú me has disparado y tú tienes que salvarme.
— Debería dejarte morir de una vez por todas. —digo mientras vierto alcohol sobre el cuchillo y sigo sobre la herida. — Tú no eres mejor que Luca, solo eres un espejismo que intenta engañarme.
— Te lo advertí ¿O no? —agarra mi rostro, que llena de sangre también. — Te dije que no soy mejor que él, que no soy el héroe que irá a una torre para rescatarte. Yo soy el dragón que arrasará con absolutamente todo, eso también te incluía a ti y tú preferiste quedarte.
— ¿Y dónde se supone qué iré? Prefiero estar con el asesino que mataría por mí, antes que con Luca.
— Claro que mataré por ti. Los mataré a todos si me lo pides. Seré tu verdugo si lo deseas, pero también puedes salir herida por mi culpa. —bajo la cabeza y rio.
— ¿Qué más puedes hacerme, Damen? ¿Matarme? Ya estoy muerta. Que estés viendo mi cuerpo no quiere decir que siga viva, tan solo respiro y trato de seguir. —le susurro y noto como sus pupilas se dilatan. — Muerde algo. Esto te dolerá.
Sujeta mi mano, pincha el cuchillo dentro de su herida y sonríe.
Me gustaría preguntarle que clase de torturas ha sufrido a manos de Luca para que ahora nada le cause dolor, pero supongo que no me contará. Pese a que ha tratado de cubrirse las cicatices con tatuajes aún son visibles en todo su cuerpo; abdomen, brazos, piernas, cuello y rostro.
