053| Bendecir el consultorio

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Maratón 2/3

Lauren

Michael se abrochó el cinturón con rapidez. Por su lado, Lauren se bajó el vestido y puso su ropa interior en orden.

-No puedo creer que me convencieras de hacer eso.

-No tuve que convencerte mucho, parecías bastante dispuesto- Lauren levantó una ceja y sonrió coquetamente.

A Michael le encantaba experimentar y enloquecerse en la cama, demasiado. Pero estrictamente en el departamento, sin embargo Lauren lo había convencido de hacerlo en uno que otro lugar público. Y Michael no podía negarlo, era malditamente divertido.

-Ven aquí- Lauren llegó junto a él. Michael le acomodó el cabello desordenado y un tanto enredado- Pareces loca.

-Tú me vuelves loca- dijo Lauren deslizando sus manos hasta alcanzar el trasero de Michael, le dio un pequeño apretón y él soltó una carcajada.

-Quieta, ya fue suficiente- dijo él dando un paso atrás.

-¿No tienes ganas de un asalto más?- dijo ella e hizo un puchero, sabía que con esa cara siempre hacía que Michael cediera- Nunca parece que uno sea suficiente.

-Uno fue más que suficiente en mi nuevo consultorio, Lauren- la detuvo poniéndole una mano en el hombro.

-Vamos, Mike- a Lauren le gustaba decirle así para molestarlo- Uno más y nadie se dará cuenta.

Michael negó con la cabeza.

-O yo podría...- Lauren intentó arrodillarse en el suelo, Michale se lo impidió tomando su brazo con fuerza.

En un rápido movimiento, la mano de Michael se trasladó de su hombro a su cuello, la sostuvo de ahí aplicando solo un poco de fuerza hasta que la espalda de Lauren tocó una pared.

-Solo espera a que lleguemos a casa, te haré lo que yo quiera allí- le susurró Michael al oído poniendo un poco más de fuerza sobre cuello.

Lauren se estremeció de solo pensarlo. Habían estado muy ocupados los últimos días, habían hecho de todo menos hablar. Lauren nunca pensó que Michael pudiera resistir tanto pero cada día la sorprendía más.

Michael la soltó y dio un paso hacia atrás, le regaló una sonrisa pequeña.

-Estás roja.

-No me digas- Lauren se puso las manos en las mejillas y efectivamente las tenía calientes.

Y Michael se veía muy tranquilo como si minutos antes no hubiera estado divirtiéndose sobre el escritorio de Michael. Estaban en el nuevo consultorio de Michael, él por fin había terminado todas sus prácticas y horas necesarias en el hospital y ya podía comenzar a atender a sus propios pacientes en el hospital.

-Mira el lado bueno, tu consultorio ya no es nuevo, ya lo estrenamos. Lo bendecimos...

-Ay, Lauren- masculló él antes de volver al escritorio y comenzar a recoger las cosas que ambos tiraron al piso en su pequeño intercambio- En mi lugar de trabajo, no lo puedo creer.

-No me digas que nunca habías hecho nada como eso.

-Pues no, nunca- admitió él- Solo hago esto contigo... y aún no puedo creer que me convencieras.

-Hace unos minutos no parecías estarte quejando- dijo Lauren deambulando por el lugar y tocando todo lo que encontraba a su paso.

-Nunca me quejaría de estar contigo- dijo él aún debajo de su escritorio recogiendo lápices.

Té para tres 2: Té sin azúcarWhere stories live. Discover now