Capítulo 6

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26 de enero

Tae Kim

Tae había arrancado una magnolia roja del jardín de su casa, dentro de esta tenían plantado millones de magnolias debido a que su madre era amantes a ella y Tae nunca las dejo morir, (¿Pero por que Tae llevaba una en sus manos a cumplir su servicio?).

Quería agradecerle al chico por curarle los dedos, sabía que no era el mejor regalo y estaba incumpliendo las reglas, pero no tenía más opciones, que mejor regaló que aquella flor, era hermosísima al igual que el chico, se dijo Tae para sí mismo.

Dentro se acerco al chico, esta ves mas nervioso que la última vez, solo esperaba que no le disgustara su detalle.

-Disculpe, le he traído esta flor como agradecimiento de curarme los dedos ayer-Dijo Tae entregándole la flor.

El chico acepta la flor sin dejar de observarlas, (¿La acepta por pena o le gusto?),-se pregunta Tae con el corazón en las manos.

-No tenías que hacerlo, esta en contra de las reglas y podrían castigarte por ello-Dijo el chico, poniendo la flor en un recipiente de agua.

Tae se moría de vergüenza, solo pensaba que había echo el ridículo al llevarle aquella flor, un chico como el no le gustaban esos detalles, (Pero que tonto soy, soy de los pocos chicos que le gustan las rosas) se dijo tae.

-Saca las medicinas de cristal y ponlas en aquella mesa, allí no se caerán-Dijo la voz del chico retumbando todo el ser Tae.

Tae no respondió e hizo lo que le ordenó, las ordeno de mayor a menor, luego de esto, preparo su cuaderno, allí le indicaba que las preguntas debían hacerle al paciente, y las medicinas que debe tomar.

-¿Como se siente hoy?-Pregunto Tae, lo más lejos del chico.

-Acérquese no lo puedo escuchar desde esa distancia, -Respondió este, Tae se acerco a una distancia prudente y que lo pueda escuchar.

-¿Como se siente?- Pregunto Tae nuevamente con una voz más alta y temblorosa.

-Acaso no entiende, -Dijo el chico, poniéndose de pie y yendo directo hacia Tae.

Cogió sus manos sin dejar de mirarlo, y lo guio hasta el lateral de su camilla, le acaricio los dedos de una forma suave y sutil, lo que provocó que Tae despajara las manos de las suyas, su corazón no sabía a donde escapar, su  piel se había erizado hasta el punto que el chico lo notó.

-Ahora sí puedo escucharlo,-Comento el chico a una muy poca distancia, mientras se recostaba en su camilla.

Tae respiro dos veces antes de continuar.

-¿Le sucede algo?-Pregunto el chico interrumpiéndolo.

-No se preocupe, todo está bien,-Respondió Tae.

-¿Como se siente?- Por tercera vez volvió a preguntar a Tae, mientras que sus latidos empeoraban.

-¿Por qué no lo adivina?,-Comentó el chico.

-Mejor tómese sus medicinas,-Replicó tae.

-No pierdas el tiempo, no las tomaré. -Amenazo este.

Tae no sabía que hacer, había ido a allí resolver sus incógnitas, no ha lidiar con aquellas cosas.

-Me pregunto que hace un chico siendo voluntario de un centro de Rehabilitación-Espeto el chico, mientras que Tae entraba todas las medicinas en su respectivo lugar.

-Debo irme, descansé,- dijo Tae terminando de ubicar las medicinas.

Al darse  la vuelta todo su cuerpo se tenso, tenía el rostro a escasos centímetros del chico, sus piernas no paraban de temblar, este poso su mano en la cintura de Tae y lo apego mas hacia él, haciendo que Tae forcejara para así escapar de su amarre pero, le era imposible mientras mas lo intentaba, el chico mas apretaba, tomo sus dedos y los acarició para luego decirle...

-No olvides desinfectar las heridas, -Le susurro al oído, para así soltarlo y entrar a su baño.

20 minutos después 

 Tae ya se encontraba en casa estaba frente a su ventana observando las estrellas, había derramado lágrimas incontables, era 26 de enero, su madre cumplió ocho años de fallecida, aún no había encontrado respuestas alguna a las incógnitas de su corazón, había decidido enfrentarse a Aquel dolor desde que era un niño de quince años, pero que difícil era que su corazón y alma se mantuvieran en paz.

Tae se recostó en su cama, sin dejar de mirar las estrellas, recordó cuando su madre le decía aquella mentira de cuanto amaba su trabajo, siempre estaba feliz al regresar de allí, aquel trabajo era estar hospitalizado en el centro de rehabilitación donde Tae era voluntario. . , era una de las ironías las cuales Tae no comprendería.

Al cerrar sus ojos estos se abrieron inmediatamente, el recuerdo de aquel chico agarrándolo de la cintura y hablándole al oído, había penetrado cada sentido de su ser, (¿Qué me sucede?)-,se dijo Tae para sí mismo, sintiéndose así no Era el objetivo de Tae, pero en lo más profundo de su ser, aquello le había causado sentirse diferente y eso le había gustado.







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⏰ Last updated: May 15 ⏰

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