Liam Payne se muda a un departamento de Nueva York para iniciar desde cero. No se imagina que su vecino, Zayn Malik y las coincidencias le harán la vida mucho más interesante.
-ˏˋ⋆ ̥𝘛𝘶𝘴 𝘤𝘰𝘮𝘦𝘯𝘵𝘢𝘳𝘪𝘰𝘴 ✎𝘺 𝘷𝘰𝘵𝘰𝘴 ★ 𝘮𝘦 𝘩𝘢𝘤𝘦𝘯 𝘴�...
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Nadie le había advertido a Liam sobre el simulacro de sismo programado para ese día. Aunque no eran habituales en Nueva York, el ayuntamiento consideró prudente recordar los protocolos de actuación, especialmente en edificios residenciales. Pasó por alto los panfletos en las calles, los pregoneros e incluso el mensaje oficial del grupo de vecinos; él era el único que no estaba al tanto.
A las diez de la mañana, justo después de tomar su desayuno en pijama de gatitos, las alarmas comenzaron a sonar. Liam dio un respingo inicial, agarró su celular con nerviosismo y se apresuró a bajar los cinco pisos que lo separaban de la seguridad. Observaba a la gente haciendo lo mismo, aparentemente despreocupada, lo que lo llevó a cuestionar la cordura de los lugareños.
« ¿Realmente a estos inútiles no les importa para nada un sismo? ¡Mierda, hoy decido no morir en este edificio! ¡No sin antes casarme con Zayn! » fue lo que pensó mientras daba la vuelta en las escaleras para regresar al tercer piso, cuando su tobillo dio de sí y cayó al suelo. El resto de sus vecinos no mostró preocupación por su seguridad; para ellos, era simplemente otro tonto que se había tropezado por ir apresurado en un simulacro. Pero para él, todo había llegado a su fin. Cerró los ojos con fuerza.
—¿Liam, estás bien? ¿Liam, me puedes escuchar? —una ronca voz le levantó. Abrió lentamente sus ojos para notar cómo Zayn, en su uniforme de bombero (sí, es bombero y me parece una profesión exageradamente sexy) le tomaba de la nuca y miraba directamente a los ojos. ¿Había muerto y despertado en el cielo? En aquel momento, no deseaba nada más que ser rescatado.
Por la confusión, no pudo expresar palabra. Pero su preocupación se disipó cuando el otro le tomó fácilmente entre brazos y comenzó a bajar los pisos con él. Saludaba a las personas en su camino y dedicaba miradas chistosas a otros, como si aquello fuera cosa de todos los días. Cuando llegaron al primer piso, comenzó a aplicar cuidados de emergencias, se había lastimado la frente.
—Yo, el sismo, todo el mundo, a nadie le importa, emergencia —balbuceaba Liam mientras era sostenido del brazo, no podía articular una sola palabra todavía. Seguía impresionado con que el resto del mundo estuviera tan tranquilo.
—¿No te enteraste del simulacro, Liam? Prácticamente lo pintaron en todas las paredes de la ciudad esta semana. No está pasando nada. Tienes suerte de que terminó mi turno en la estación y te pude encontrar en el tercer piso, si no, te hubieran aplastado el resto de los vecinos. No me debes nada, solo la vida —Zayn se carcajeó mientras le aplicaba presión en el raspón que se había hecho en la frente.
No respondió, avergonzado por la situación en la que se encontraba. Al menos ahora Zayn estaba certificado para ayudar a cualquier persona que se cayera en las escaleras durante un sismo. Por fortuna, no le había pasado nada grave, solo ser abrazado por el vecino más guapo.
