𝐈𝐍𝐄𝐗𝐎𝐑𝐀𝐁𝐋𝐄 𝄖𝐻𝑒𝑟𝑚𝑖𝑜𝑛𝑒 𝐺𝑟𝑎𝑛𝑔𝑒𝑟

𝟤𝟥 𝄖

La tensión en la casa de los Black era palpable después de que la noticia sobre el próximo juicio de Lucie Malfoy llegara a oídos de todos a través del Diario El Profeta. Los rostros de los presentes reflejaban preocupación y ansiedad mientras intentaban ocultar la noticia de Rue, sabiendo que esto solo agregaría más peso a sus hombros ya cargados.

Rue, sin embargo, no era ajena a la atmósfera cargada que se había instalado en la casa. Había notado los intercambios de miradas entre los adultos, los murmullos apenas audibles cuando ella entraba en una habitación, y sabía que algo importante se estaba gestando.

Decidió confrontar la situación directamente—¿Qué está pasando?—, preguntó  con una mirada penetrante, su voz firme a pesar de la incertidumbre que sentía.

Los adultos intercambiaron miradas nerviosas, titubeando en su respuesta. Sirius, después de un momento de vacilación, decidió hablar—. Rue, hay algo que necesitamos decirte...—, comenzó, pero fue interrumpido por un golpe en la puerta.

Todos se sobresaltaron, y Sirius se levantó apresuradamente para abrir la puerta. Era Kreacher, con una bandeja de té en la mano, pero su expresión era sombría y sus ojos brillaban con una mezcla de temor y expectación.

—Kreacher, ¿hay algo que quieras decirnos?—, preguntó Sirius, su voz cargada de preocupación.

Kreacher asintió con solemnidad. — El Profeta... Lucie Malfoy...—, murmuró, apenas audible.

Rue sintió un nudo en el estómago mientras las piezas del rompecabezas comenzaban a encajar en su mente. Sabía que la situación era grave, pero no estaba preparada para enfrentarla sola.

Los adultos intercambiaron miradas significativas, sabiendo que no podían ocultar la verdad por más tiempo. Rue merecía saber lo que estaba pasando, y juntos, encontrarían la manera de enfrentar los desafíos que se avecinaban.

La menor comenzó a sentir que el aire faltaba en sus pulmones, sintió el sudor comenzar a apoderarse de su cuerpo. Comenzó a negar. No podían dejar que su madre siguiera en Azkaban, no era eso, o si?

— Rue— llamó Narcissa al ver el estado de su sobrina, más sin embargo, la menor fue mas rápida y subió corriendo a su habitación, tropezando con el trío de oro y Draco, quienes iban bajando.

La pelirroja se adentró en su habitación, contemplando el paisaje nocturno a través de la ventana, intentando calmar sus pensanmientos, intentando callar aquellas voces. Recostó su cabeza en el umbral de la ventana absorta en sus propios pensamientos, cuando Sirius entró con paso firme, interrumpiendo su tranquilidad.

Aunque Rue no sentía una afinidad especial por él, sabía que no podía evitar la conversación que se avecinaba—. Niña, necesito hablar contigo—, anunció Sirius, su tono serio dejando claro que no era una charla casual.

La pelirroja levantó la mirada con una expresión neutral, ocultando su desagrado por la interrupción—. Adelante—, respondió con calma, esperando que la conversación fuera breve.

Sirius tomó asiento en una silla cercana, su mirada seria encontrándose con la de Rue. — El Diario El Profeta publicó un artículo sobre tu madre. Parece que va a tener otro juicio para sacarla de Azkaban—, informó, su tono neutral pero cargado de importancia.

Rue frunció el ceño, sintiendo una oleada de preocupación ante la noticia. A pesar de las circunstancias, su madre seguía siendo una figura importante en su vida, y la idea de que enfrentara otro juicio era perturbadora. —¿Qué podemos hacer al respecto?—, preguntó, su voz mostrando una nota de ansiedad que no pudo ocultar.

Sirius suspiró, consciente de la preocupación de Rue—. No estoy seguro de cómo podemos ayudar, pero pensé que deberías saber lo que está sucediendo—, respondió con sinceridad, deseando poder ofrecer más consuelo a la pelirroja en ese momento.

La menor asintió lentamente, agradecida por la información pero frustrada por la sensación de impotencia—. Gracias por decírmelo, Sirius—, dijo con gratitud, reconociendo su gesto de sinceridad.

— Hay algo más— mencionó el mayor logrando captar aun más la atención de la pelirroja—, es sobre tu abuelo. Está vivo— informó.

Rue escuchó atentamente las palabras de Sirius, sus ojos mostrando una mezcla de sorpresa y confusión ante la revelación sobre su abuelo. La noticia sacudió su mundo ya de por sí tumultuoso, dejándola preguntándose qué más podía salir mal.

—¿Mi abuelo está vivo?— murmuró la menor, apenas capaz de procesar la información. La idea de que su abuelo estuviera vivo y escondido era casi inconcebible para ella, pero no podía ignorar la esperanza que se encendía en su pecho ante la posibilidad de que fuera cierto.

Sirius asintió solemnemente, su expresión seria pero determinada—. Sí, Rue. Estoy seguro de que tu abuelo está vivo, y tengo pruebas que lo respaldan—, aseguró, su tono lleno de convicción.

La pelirroja se encontró luchando por asimilar la noticia, su mente llena de preguntas y posibilidades—. ¿Por qué se ocultaría? ¿Por qué no se ha puesto en contacto con nosotros antes? ¿Por qué me abandonó?—, preguntó, su voz temblorosa con emoción y ansiedad.

Sirius suspiró, consciente de las muchas incógnitas que rodeaban la situación—. Creo que tu abuelo se está ocultando para evitar ser llevado a Azkaban por el Ministerio. Es posible que haya sido acusado injustamente de algo y esté tratando de limpiar su nombre—, sugirió, su voz llena de comprensión.

Rue asintió lentamente, sintiendo una mezcla de alivio y preocupación ante la situación—. ¿Podemos hacer algo?— preguntó, buscando orientación en Sirius.

Sirius le ofreció una sonrisa tranquilizadora. — Voy a seguir investigando y recopilando pruebas para demostrar la inocencia de tu abuelo. Mientras tanto, debemos mantener esta información en secreto para protegerlo—, explicó, su tono firme pero compasivo—. El es un hombre bueno, lo se.

Rue asintió, agradecida por el apoyo de Sirius y decidida a hacer todo lo posible para ayudar a su abuelo. Aunque el camino por delante sería difícil y lleno de obstáculos, sabía que no estaría sola en su lucha por la verdad y la justicia.

— Tati Black