7-Marcar a un alfa

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7-Marcar a un alfa.

—Arrodillate —ordenó, su voz muy fluida y suave aunque con ella llevase un poder absurdo, el alfa cayó de rodillas sin titubear como si estuviera en un trance —. Eso, bien hecho. Buen chico —felicitó el Omega cruel provocando que el alfa gruña desde su pecho, su fuerte y tonificado pecho, con dos pectorales los cuales Satoru no podía cubrir con una sola mano, muy fibrosos y duros.

«Suguru no los tiene así», este es un alfa maduro, no un adolescente.

Las manos de Satoru viajaron por todo el pecho aún vestido del hombre, posee una figura larga y con hombros anchos, es realmente un físico envidiable. Aún más ese pecho, lo quiso morder, al parecer el trato le agrada al alfa quien se fue recostando en el suelo dejándose montar por su propia víctima.

—¿Cómo heces eso? —preguntó entre jadeos el hombre, su miembro estaba parado y resaltaba en sus pantalones holgados.

—Soy un Omega dominante, nosotros somos geniales —respondió con una sonrisa, ya había metido una mano dentro de pantalón del hombre buscando lo que quería en este momento.

El hombre quería sacarselo de encima y estrangularlo pero como alfa recesivo cayó directamente ante sus feromonas, jamás había visto un Omega dominante en su vida, quizás Satoru Gojo es el primer Omega dominante en siglos, son muy superiores, solo con sus feromonas domesticó por completo al alfa interior del hombre y eso es aterrador.

El alfa dentro del hombre reaccionó de inmediato al estímulo del Omega y cayó por completo en sus manos, el hombre quería levantarse pero no podía hacerlo, su instinto se lo impedía.

Dentro de la cabeza del Omega surgió una idea desquiciada y peligrosa, ¿qué hace a un Omega dominante tan aterrador? Él nunca se sintió diferente a los demás, no hasta este momento, justo ahora se dio cuenta de lo que lo hace realmente diferente y superior a otros omegas.

Llevó sus manos al cuello del alfa y apretó con fuerza, hasta su cuello tiene músculos que lo protegen y no pudo hacerle daño pero con sus feromonas logró sacarle un suspiro doloroso al alfa, acarició con malicia el cuello del hombre.

—Yo... —dijo pensando otra vez en ello, esa idea maligna en su interior —. Yo podría marcarte, y tu serías mío pero yo nunca seré tuyo —soltó desconcertado.

El alfa quien hace un momento cerraba los ojos complacido con las sensaciones que el Omega brindaba a sus sentidos abrió los ojos de repente con temor y los clavó en el joven.

Es verdad, eso los hace tan aterradores, un Omega dominante posee el poder para marcar a los alfas pero no ser marcado por ellos.

Hay una historia muy oscura detrás de ello, hace más de quinientos años en un reinado totalmente autoritario se considero que los roles debían ser sagrados por lo cual todos los omegas con rasgos dominantes debían volverse monjes y entrar en reclusión, no había lugar para ellos en una sociedad alfa-omega perfecta. El resultado fue la oposición y la rebeldía de los omegas, usaron sus habilidades al máximo llegando hasta realizar ataques a figuras públicas en resistencia, ¿qué ocurrió con ellos? La lucha duró demasiado, no lograron encerrarlos para que su línea sucesora se cortara —pues solo un Omega dominante puede dar a luz a otro—, sino que recurrieron al estigma social, de a poco se volvió un delito social emparejarse con un Omega dominante.

Demasiado gente murió, fue un desastre. De a poco los omegas dejaron de nacer y si lo hacían entonces eran encerrados por sus propios padres pues era una gran deshonra. Solo en la actualidad la tasa de omegas—recesivos— aumentó significativamente pero los dominantes no volvieron.

Satoru jamás había entendido esto hasta ahora, él nació dominarte sin provenir de una línea de omegas con estás características, solo nació de repente siendo una criatura diferente.

«Ser yo es un privilegio», se dijo con gran confianza, todo su orgullo salió a flote, lo estuve conteniendo años aunque lo sabía, ¡debía hacerle más caso a su instinto! ¡No ocultarse! Por primera vez estuvo convencido que su madre estaba equivocada, como Omega o como alfa él es superior, el mando del clan será suyo de todas formas.

—¿Marcarías a un alfa recesivo? —la pregunta del hombre hizo que Satoru saliera de sus pensamientos perversos.

—Es lo que debo hacer, ¿no? —«Un dominante en su celo necesita marcar cosas al azar como si fuesen juguetes y no personas».

Vio la mirada perdida del alfa, más que enojado estaba desconcertado, su rostro en blanco le resultó muy divertido a Satoru y a su Omega interno tierno, quería morderlo cuando antes, perforara sus glándulas e inyectará su feromona marcando por primera vez su territorio en un alfa, sintió como si estuviera por hacer algo milenario, lo puede sentir correr por su sangre.

¿Todos sus predecesores fueron tan malignos o es él es que nació con pensamientos sádicos? Desea ver a este alfa recesivo llorar y estar por completo a su merced.

El alfa lanzó un suave gemido y cerró los ojos cayendo hacia atrás, se golpeó la cabeza duramente contra el suelo.

—Haz lo que quieras.

La voz del alfa salió muy seca y algo nerviosa, aunque muy resignada también, tuvo la mano del Omega dándole fuertes caricias por todo su cuerpo.

—Yo siempre hago lo que se me da la gana —respondió Satoru mientras movía su mano dentro del pantalón del alfa buscando un buen agarre de su miembro —. Hago lo que quiero con quien quiero cuando quiero, mi capricho no tiene límites, y tú no serás la excepción. Un recesivo aunque sea alfa sigue siendo un recesivo, un pobre igual... y tú eres ambos.

El alfa apretó con fuerza las manos en puños temblorosos, pero Satoru no supo cuál fue la fibra sensible que tocó: «¿Pobre o recesivo?», eso no importa.

Solo se concentró en romper la camisa ajustada que cubría esos perfectos pechos bien trabajados y duros, «dios, tan duros», los mordió con rudeza y lamió inmediatamente. Esto no es como se lo imaginó muchas veces, siempre soñó con un alfa joven y con rostro de muñeco que se metía a su habitación en medio de la noche y rebuscaba entre sus sábanas hasta encontrarlo y someterlo como en esos videos que solía buscar en internet. Extrañamente no le disgustó, el cuerpo lleno de cicatrices del hombre encendió su curiosidad y dibujó con su dedo sobre ellas, el alfa ante los toques superficiales tuvo un escalofrío.

—Es grande como todo en ti —bajó la parte delantera del pantalón revelando al amigo duro y feliz del alfa, lo examinó semi parado y muy grueso.

Una vez vio el aparato reproductor de Suguru mientras en las duchas y quedó sorprendido por la diferencia de tamaño pero comparado con este es simplemente absurdo, «demasiado grueso, tosco y lleno de venas... no es estético», pero aún así quiere darle una probada.

No supo si fue su imaginación pero sintió una ligera vibración en el pecho del alfa, fue una pequeña risa contenida, a todos los alfas les encanta que alaben su miembro después de todo.




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Pequeño teatro:

Satoru: ¡Tengamos otro cachorro! No digas que no, no pongas esa expresión. Para ti es fácil porque el que ya tenemos se parece a ti, yo también quiero que un niño lleve mi cara.

Toji: No, yo ni quería tener hijos pero él ya está aquí, mejor cuida al que tenemos porque el otro día vi como mordía un cable eléctrico.

Satoru: ¿Qué? ¿Yo? ¿Y por qué no lo cuidas tú si es más tu hijo que mío? ¡Tiene tu cara!

Toji: ¡Yo no te pedí que lo hicieras con mi cara!

Megumi de dos años quien estaba sentado en medio y con un cable en la boca: ¿...?









Definitivamente estos dos serían padres bien curiositos por lo decir negligentes, pero tranquilos porque Megumi aún así se criaria con mucho amor en su extraña familia.
Aunque ya se sepa de memoria el camino de regreso a casa desde el súper mercado por las tantas veces que lo dejaron olvidado allí.

Omega Dominante (TojixGojo-Bl-omegaverse)Where stories live. Discover now