I put a spell on you

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Sabia que el llegaría a buscarme, pude ver su enojo en sus ojos cuando me vio bajar del coche, no esperaba que fuera tan rápido y mas en un momento en el que me estoy dando placer a mi misma.

Sentí su mano rozando mi piel, bajando a darme placer el con sus manos fuertes, tenia los ojos cerrados, podía sentir cada roce como muy intenso, él seguía tocándome y yo no paraba de gemir su nombre, sentía sus besos en mi espalda.

Aumento el ritmo de sus tocadas, sentía que estaba al borde de el estasis, de pronto dejo de lado sus caricias y gruñí por la acción, luego el con su mano agarro mi nuca y me hizo ponerme mas agachada dándole acceso total a mi culo, sentí su penetración en un instante, me queje de placer, comenzó con sus estocadas duras, llenas de ira, pero que rico que se siente, cuando estaba llegando al clímax comenzó a tocar mi botón hinchado nuevamente sin dejar de penetrarme, llegamos al orgasmo juntos, cuando me giraba y abría mis ojos para besarlo lo vi, agitado, mojado pero el color de su pelo se tornaba castaño claro y se divisaba unos dibujos en su cuello, era maquillaje lavándose con el agua.

Lo mire anonadada, busque una toalla que tenia cerca y con mi mano lo pase por su cuello confirmando que era maquillaje, tire la toalla al suelo, me puse la bata saliendo  enfadada de la ducha. Él me siguió atrás.

-Puedo explicarlo- mientras enrocaba una toalla en su cintura.

-¿Que vas a explicarme? que te tiñes el cabello de negro y te tapas tus tatuajes- me senté en el balcón y encendí un cigarrillo.

-No soy quien crees que soy- este comentario me dejo estupefacta, podía creerle si me decía que no le gustaba su estética, pero existía la tintura permanente y para borrar los tatuajes podía usar laser, hace dos días conozco a esta persona y ya no se quien es-

-¿Quien eres entonces?- Si bien estaba shockeada, intente disimular mi enojo lo mas que pude, aunque odio las mentiras.

-Fabrizio Denaro, un placer- lo vi sonreír y limpiarse el resto del maquillaje mas el resto de la tintura de su cabello.

-¿y lo dices con total tranquilidad?- De mi boca salían solas las palabras.

Denaro, ese apellido me resulta familiar.

-¿No conoces mi apellido?- negué con mi cabeza.

-Bueno, soy parte del legado Denaro, mi padre se llama Matteo, el jefe de la mafia de la cosa nostra- se sentó a mi lado sacando un cigarrillo de mi caja y lo encendió.

Yo aun seguía estupefacta al escucharlo hablar con total tranquilidad, en serio me había acostado con el hijo de un mafioso, mis ojos estaban abiertos como platos mirándolo, el se encontraba sereno, como que si esto ya fuera muy normal para el.

-ah olvidaba decirte y este es mi hotel- dijo dándole una calada al cigarrillo.

Los nervios y el miedo me consumieron, arroje mi cigarrillo e intente correr a la puerta, pero unos brazos fuertes me lo impidieron, estaba sosteniéndome de la cintura, empezamos a forcejear pero el es mas fuerte que yo, me arrojo al suelo y se me subió encima, encerrándome con sus piernas mientras sostenía mis manos arriba de mi cabeza.

-Déjame ir loco psicótico- le grite.

-Creí que la estábamos pasando bien- dijo cínico.

-Te voy a soltar pero primero quiero que me prometas que vas a escucharme antes de juzgarme- me miraba a los ojos.

-Esta bien- dije frustrada, sabia que no iba a dejarme ir si no hacia lo que me decía, soy tonta pero no tanto.

Después de esto el se acerco una silla al borde de la cama donde yo estaba sentada.

Cuando estamos en la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora