El pasado no se borra

6 1 0
                                    

Llegamos al Rome palace, bajamos de la moto que conducía Arianna, llame a Domenico para que se deshiciera de ella ya que la habíamos robado técnicamente.

Arianna se saco sus zapatos, iba caminando hasta la entrada principal, se volteo a verme y estaba sonriendo como si fuera una niña que acababan de darle un dulce.

-¿vienes?- si, mil veces si, iría al infierno ida y vuelta solo para verla a ella y estar entre sus piernas.

La mira, sonreí, asentí pero cuando mis pasos iban detrás de ella mi telefono sonó.

-Diga- dije sin mirar quien era.

-Escucho tu voz, veo que sigues con vida- Matteo Denaro. 

-Franchesca se sentía algo indispuesta luego de hacer tratos con Zun, decidimos que era hora de volver- Me sinceré.

-Fabrizio, investiga bien esa mujer, preguntale porque realmente desapareció de la fiesta, no me resulta nada normal que una joven sepa prender una moto en menos de 2 segundos sin llaves- En su voz se le notaba alterado, podía entenderlo, estaban pasando muchas cosas últimamente, sin contar que algunas de ellas comenzaron cuando la conocí.

Hace una semana la conozco, no soy tan tonto como para dejarme engañar, si ella perteneciera algún clan ya lo sabría...

"¿Realmente sabes que no es una espía?"
Esa pregunta entro en mi sistema, llenándome de dudas, carcomiendo mi cabeza.

"solo piénsalo Fabrizio, sabe disparar, habla muy bien el italiano, PRENDIÓ UNA MOTO EN MENOS DE DOS SEGUNDOS.!!!"

Mi conciencia habla a gritos, haciéndome disociar de que mi padre seguía en el telefono y que una hermosa castaña sonriente estaba viéndome desde su balcón esperando que subiera por ella.

-Padre, ella no nos traerá problemas, no conoce nada de este rubro- proseguí.

-Eres un Denaro, no te dejes dominar por una mujer, abre bien los ojos- luego de decirme eso colgó dejándome con mas dudas que respuestas.

¿solo fue por un cigarrillo? ¿Es una espía? ¿Me ha engañado?

Por mas incógnitas que tuviera la que podía responderlas estaba esperándome en el cuarto.

Proseguí a subir hacia la habitación, mi corazon late fuerte, siento un pitido en los oídos, me sudan las manos, estoy tenso muy tenso, debo esclarecer mi cabeza, no dejarme llevar por las ideas que me ha dicho Matteo.

El ascensor emite un pitido, haciéndome saber que ya llegue a mi destino, mientras caminaba el pasillo sentía que el ruido de mis zapatos resonaba aun mas fuerte.

Llegue a su puerta, no toque, directamente abrí e ingrese, estaba todo oscuro, no encontraba a nadie a primera vista.

Un pequeño sonido hizo ponerme en alerta, giro de repente y por instinto coloco mi brazo en el cuello de la persona, haciendo que con un fuerte golpe choquemos contra la pared.

-Si quieres que usemos algo de violencia para experimentar con el masoquismo, deberíamos charlarlo antes- Acaricio mi pecho y llevo sus manos a mi nuca siguiendo con sus caricias.

Mi respiración estaba agitada, no podía controlar mis instintos, tome sus labios de una manera posesiva, con ansias, agarre su rostro mientras la besaba, ella me siguió el juego.

Levanto una de sus piernas hasta mi cadera, la tome y la levante, haciendo que enredara sus piernas en mi cintura, no me di tiempo a ver lo que traía puesto hasta que quise besar uno de sus pezones, me encontré con una diminuta tela de encaje la cual arranque de un solo tirón.

Cuando estamos en la oscuridadΌπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα