capitulo diecinueve (but daddy i love him)

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Me aferre tanto a la idea de que cuando Robín conociera a alguien más sería uno de los momentos más dolorosos de mi vida, imagine esa escena en mi mente una infinidad de veces y me convencí a mí misma de que cuando eso sucediera sería el final entre nosotros, todo habría acabado.

Pero antes de la tormenta, había un poco de sol.

Desde la última vez que había visto a Robín había pasado casi un año, justo un año de ese día que había descubierto que se había visto con Taly también.

No hablábamos mucho, de hecho, hablábamos cada vez más poco, sentía que conforme pasaba el tiempo, más se alejaba de mí.

Algún día solo seríamos un recuerdo inexistente, uno de esos en los que no estas completamente segura si realmente sucedieron. 

Había acabado la pandemia, yo había regresado a la universidad y por la última noticia que había tenido sobre Robín, él estaba comenzado a estudiar la universidad. Me pregunté que se encontraría haciendo él, quizás debía estar en su habitación escuchando esas canciones raras que le encantan, esa música alternativa o quizás de metal pesado o incluso música de tipo rap en inglés o quizás the smiths, a él le encanta the smiths, es su equivalente a Taylor Swift para mí.

Me observé en el espejo, estaba a punto de tener una cita con un chico y yo no paraba de pensar en Robín ¿Acaso esto sería siempre así en mi vida?

Sonreí convenciéndome de que todo estaba perfectamente bien, que yo estaba extasiada de felicidad por tener una cita después de mucho tiempo y que no me importaba en absoluto que estaba haciendo Robín en este momento.

Puedes hacerlo, Clara.

Salí de la casa y vi el auto negro estacionado, me acerqué, el inmediatamente salió del auto para abrirme la puerta, sonreí un poco nerviosa.

—Hola, perdón por tardar un poco en salir— mencionen en cuanto Charly subió al auto.

—No te preocupes, no soy impaciente.

Menos mal, porque yo me considero la persona más impaciente que ha pisado el planeta.

—Ojalá yo tuviera esa virtud.

—No me digas eso— sonrio— ¿Qué tan impaciente eres esperando por una orden de pizza?

—¿En una escala del uno al diez?— asintió.

Fingí pensarlo por unos segundos.

—Probablemente un once.

—Lamento decirte que antes tenemos que hacer una parada en la pizzería. — sonrió a manera de disculpa.

—Tú me esperaste mientras terminaba de arreglarme, lo justo es soportar unos cuantos minutos en la pizzería.

Una de las cosas que me gustaban de Charly era su iniciativa por hacer las cosas el mismo, por planearlas y llevarlas a cabo, lo observé pidiendo la pizza, yo era ese tipo de personas que podría cometer un error pidiendo una orden de pizza, él parecía tan cómodo haciéndolo, pago con su tarjeta y nos sentamos en una de las mesas que estaban fuera de la pizzería.

—¿Por qué supusiste que me gustaba la pizza hawaiana?— fingí una expresión seria, su rostro se tornó pálido.

—Bueno, yo, pensé que la pizza, esa...— balbuceo nervioso, inmediatamente comencé a reír.

—Es una broma, me encanta la pizza hawaiana.

—Por un momento pensé que ya había jodido todo— soltó un suspiro relajando su expresión asustada a una divertida.

para Robín, con minúsculas, Clara.Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt