ZMLM 51.

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"¡Sabes un pedo!".





Cuando Fu Kun cargó a Fu Yijie desde el suelo, Fu Yijie no forcejeó y en su lugar se apoyó en él un poco débilmente.

Su madre corrió a su habitación por una manta pequeña nueva para envolver a Diu-diu con mucho cuidado, luego anudó una mariposa con una cuerda roja.

—Yijie, no te sientas mal—, su madre se acercó a abrazar a Fu Yijie, frotándole la espalda con fuerza—, Diu-diu ya estaba grande, y tuvo una vida tan buena en nuestra casa, ¿verdad?

—Hm. —Fu Yijie asintió.

—Cuando vuelva tu pa, vamos a discutirlo, lo sacaremos mañana para encontrar un buen lugar para enterrarlo, ¿de acuerdo?

—Hm.

Su madre le guiñó un ojo a Fu Kun, que se acercó para darle a Fu Yijie un abrazo en el hombro: —Volvamos a nuestra habitación para sentarnos un rato.

Fu Yijie entró en la habitación, quedándose dentro aturdido un rato antes de tirarse en el tatami, enterrando la cara en la almohada.

Fu Kun cerró la puerta de la habitación, aunque le daban miedo los perros y no solía jugar mucho con Diu-diu, éste llevaba ya muchos años en esta casa, corriendo detrás de todos todo el día, por eso, ahora que de repente se había ido, él también se sentía muy triste.

Estaba dudando si darle a Fu Yijie algo de tiempo a solas o acariciarlo y consolarlo de la misma manera que lo hacía cuando era más joven, pero mientras estaba enterrado en la almohada, Fu Yijie dejó escapar un grito.

Fu Kun se sobresaltó y lo miró fijamente.

El segundo grito de Fu Yijie salió de la almohada, incluso pateó con fuerza unas cuantas veces y su puño golpeó ferozmente el tatami.

Aunque estos gritos estaban amortiguados por la almohada, Fu Kun aún podía notar que su garganta se había vuelto ronca por los gritos.

—Yi-jier—, Fu Kun se subió apresuradamente al tatami, frotando con fuerza la espalda de Fu Yijie—, Yi-jier...

Pero después de llamarle dos veces, no supo qué más decir, Fu Yijie pateó ferozmente dos veces más como si quisiera desahogarse, pero al no encontrar dónde hacerlo, todo su cuerpo se limitó ejercer fuerza.

—Bebé, no te sientas triste—, Fu Kun le apretó los hombros, esperando que su cuerpo se relajara—, ha sido una bendición tener a Diu-diu en nuestra familia durante tantos años...

—¡No dejaste que se ejercitara correctamente! —Fu Yijie se incorporó de repente, casi golpeando con la cabeza la barbilla de Fu Kun, agarró el brazo de Fu Kun, fulminándolo con la mirada—, ¡cuando lo sacabas fuera, ustedes ni siquiera corrían!

Fu Kun le miró la cara llena de lágrimas y los ojos enrojecidos, con el corazón palpitando de dolor, le abrazó, acariciándole la cabeza una y otra vez: —Sí, sí, sí, no lo cuidé bien...

—¡Todo es culpa tuya! —Fu Yijie apretó los dientes, con un sonido nasal espeso en su voz.

—Es culpa mía, es culpa mía—, Fu Kun asintió con la cabeza desesperadamente—, soy demasiado perezoso y no hice que corriera más, lo siento.

—Es culpa tuya... —Fu Yijie se apoyó en su hombro, estallando en sollozos.

—Sí, todo es culpa mía. —Fu Kun dijo suavemente.

QUERÍA UNA HERMANA Y ME TRAJERON UN NOVIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora