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SIMÓN

Simón ha estado bastantes horas supervisando que todo lo que Magnus dio fuera empaquetado para devolverlo, también se ha mantenido encerrado en la oficina haciendo papeles con el fin de restringir el acceso de Magnus a actividades, decisiones y entradas al hotel, también al acceso del dinero del clan. Ha manejado por su cuenta, junto a Lilit los presupuestos y modificando todo, también con quien se encargaba de ello antes en llamada. Raphael intentó entrar a hablar, pero Lilit se encargó de hacerle entender que estaban ocupados y que esperara el momento para ser entendido.

Y aunque Simón puede dejar todo y hablar de todo lo sucedido, solo no quiere enfrentar por ahora al Demonio.

Por eso mantenerse entretenido con el trabajo fue lo suficiente para poder tranquilizar su mente y reflexionar en el nuevo giro incierto de su vida. Ahora ya no tiene a Magnus como su guía, y no sabe si volverá a tener la misma confianza de siempre, algo se ha roto con lo sucedido con Fran, así que es hora de tomar las riendas de un liderazgo solo.

Cuando los cuadernos están ordenados y llenados, los presupuestos anotados y nuevas técnicas para mejorar el clan y obtener beneficios sin gastar suficiente, Simón sonríe. Pronto todos los aparatos entregados volverán y gracias a los miembros que se fueron por un tiempo, podrá hacer un acuerdo por una buena cantidad de alimento a cambio de una parte del hotel para un negocio. Así que aunque las puertas se cerraron por la pérdida de confianza con Magnus, nuevas se están abriendo, y solo debe saber cómo mantenerlo.

Así que deberá trabajar en estudiar sobre acuerdos con otros clanes, para mejorar los beneficios sin necesitar de los otros subterráneos o los Nephilim.

La puerta siendo golpeada deja que Simón termine de guardar el último libro, después de haber ordenado todo, y camine hacia la puerta para encontrarse con Raphael. Sin hablar lo deja pasar y cierra la puerta, viendo como el invitado se sienta. No sabe qué decir, tampoco piensa en sí es una buena ocasión para ofrecer de beber, así que solo se sienta en el sillón individual mirándolo.

— Lamento no haberte atendido antes, pero tuve que encargarme de unos asuntos— dice Simón invitándolo a hablar—, pero iba a ir a encontrarme contigo una vez que terminara.

— Entiendo— dice Raphael mirándole.

— A último momento muchas cosas debieron cambiar y debo hacerme cargo de lo mismo para cuidar al clan— dice Simón—, por lo cual tu presencia acá también es algo a lo que debo encargarme.

— ¿Me estás pidiendo que me vaya?

— Al principio iba a decírtelo, pero mientras trabajaba en los presupuestos y en mis responsabilidades, solo cambié de opinión— responde Simón—. No te pediré que te vayas, porque tienes parte de la sangre de nuestras sangre. Eres uno de los nuestros y nunca le he dado la espalda a nadie de los nuestros, y además no has hecho nada malo contra nosotros durante tu estadía aquí.

La mirada seria de Raphael cambia un poco a sorpresa o confusión, como si no se esperará a escuchar de no ser echado del hotel. Pero Simón no piensa explicarle sus razones por mantenerlo en el hotel, solo se ha dejado guiar por un pequeño sentimiento que ha tenido después de reflexionar la muerte de Fran. Raphael no le hizo nada cuando podía hacerlo, en cambio le concedió una muerte digna para evitar ser un peligro para otras personas, y eso un Demonio cruel y malvado no lo haría. Además Raphael en su estadía en el hotel se ha comportado bien, ha respetado las reglas y se ha mantenido en el lugar a pesar de poder irse y volver cuando quisiera, así que eso lo reconoce y por ello también lo ha mantenido a la hora de decidir.

— Entiendo.

— Bien...— dice Simón no sabiendo qué más decir— eso es todo, ¿No?

— ¿Qué sucedió con los restos del chico?

EL DEMONIO QUE NO PARECE DEMONIOWhere stories live. Discover now