Capítulo 32: "No provoques en enojo de un gigante"

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Soren bajó la mirada cubriéndose las mejillas con ambas manos. - N-no creo que le interese mucho.- Contestó intentando bajarse el calor del rostro.
- Claro Soren, como tu digas.- Contestó Adalia en un tono sarcástico y divertido.

Soren soltó un leve suspiro y decidió salir, no creía que fuese tan interesante como para atraer la atención de todas las sirvientas y la de Marck.

Pero se percató de que estaba realmente equivocado cuando abrió la puerta, y un coro de gritos pequeños inundó la estancia; con todas las sirvientas emocionadas por apreciar el nuevo corte de cabello de Soren. Realmente Soren no las comprendía en absoluto... No era una divinidad ni nada por el estilo. Eran mujeres complicadas.

- No es tan magnífico.- Exclamó el chico rascando su nuca.

- Se ve demasiado bien en ti.- Exclamó una voz que hizo que Soren se volviese para ver que Marck se aproximaba hacia él. Caminando sobre esas botas finas de equitación que solía vestir con frecuencia. 
A Soren se le trabaron las palabras en la garganta, realmente no sabía que decir al respecto.

Marck extendió su brazo, acariciando con la palma de esta el fino rostro de Soren, palpando con las yemas los mechones de su cabello, pasando así la mano por la nuca de Soren sintiendo sus suaves cabellos cortos. - Se ve muy bien, te ves más masculino ahora.- Exclamó con una pequeña sonrisa aunque su faceta se notaba seria.
Soren solamente sentía el firme y cálido tacto de Marck, perdiéndose enteramente entre los colores combinados de los orbes de Marck.
- G-gracias...- Susurró sin mucho énfasis, como si la palabra simplemente hubiese escapado de su boca.

- En mi opinión hace que resalten más sus ojos, lo cual es enteramente provocativo para mi.-

Todos volvieron la mirada hacia un pequeño sofá tapizado de figuras barrocas, y sentado sobre este, posando su mejilla sobre su muñeca estaba Angelo, con las piernas cruzadas y la larga cola de caballo de su cabello cayendo por su hombro derecho hasta su pecho.
Soren al percatarse de su presencia frunció el entrecejo y levantó el labio superior en señal de irritabilidad, y Marck solamente sintió una pequeña astilla de molestia en algún lugar de su ser.

- ¿A qué te refieres con eso Angelo? Suena muy ofensivo.- Inquirió Soren con esos ojos verdes como largas dagas que morían por atravesar el esbelto cuerpo del pelinegro.
Angelo solamente esbozó una sonrisa casi enorme al escuchar la pregunta, nadie se atrevía a soltar una sola palabra... El aura de Angelo era tan agresiva que inclusive las sirvientas le guardaban otro tipo de respeto.

Tomando en cuenta a Soren como una excepción, todos excepto Marck y Adalia, le tenían ese tipo de respeto. ambos por obvias razones no guardaban en absoluto ese respeto, ya que Angelo era el amigo de infancia de Marck y Adalia no le guardaba ese tipo de respeto cobarde a nadie.

- No creo que usted sea tan torpe como para no percatarse de que le quiero desnudar con la mirada.-

Todos los presentes se sobresaltaron con eso, incluyendo Marck, quien irracionalmente molesto tomó el hombro de Soren y escondió al joven detrás de él de manera protectora.
- Angelo, te pido que guardes más respeto hacia Soren.- Exclamó seriamente molesto, a lo cual Angelo solamente entornó la mirada. Le parecía una pérdida de tiempo comenzar a discutir con su mejor amigo.

Soren, quien se encontraba realmente molesto se alejó un poco de Marck evidenciando su reclamo de autonomía. Este se inclinó un poco hacia adelante, sin perder la mirada de Angelo, la cual desviaba hacia otro lugar.

- No hable más Angelo, sus halagos hacen que mi ego crezca.- Comentó el chico en un tono terriblemente hipócrita y venenoso, que salió de su boca como el silbido de una serpiente en pose de ataque.
Angelo echó una ligera mofa de ello, dejando ir resoplido por la nariz, y esa sonrisa que aceptaba el reto.

"El arte de la mentira"Where stories live. Discover now