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Llegó a la clínica.

Suspiro. El día anterior había sido muy pesado, y el día anterior…y el día anterior.

Al llegar ya estaba ahí su primer paciente del día, toda una pesadilla. Masón Pines.

No había logrado que siquiera le dijera su nombre, no participaba en ninguna actividad ni mucho menos en el círculo de comunicación.

Lo escuchó cruzar algunas palabras con su tio-abuelo.

—Recuerda lo que hablamos, niño.

Le dio unas palmadas en el hombro y se despidieron. El chico volteo a verme y su sonrisa se borró.

Realmente ese niño la odiaba.

Cuando comenzó la consulta ninguno de los dos saludó apropiadamente, no estaban de humor y ya mucho tenían con aguantarse el uno con el otro.

—Hoy tengo planeada una actividad, puede llegar a ser divertida ¿No?—Se forzó a sonreír

Silencio. El chico nunca se molestaba en contestarle, se encogía de hombros o jugaba con sus dedos nerviosamente.

«A veces odio mi trabajo…»

—S-si…

Ella saco muchas cosas y las esparció sobre el escritorio.

—Tendrás tres intentos para tomar algo de aquí y fingir un comportamiento cualquiera mientras yo me volteo. Si descubró que te has llevado perderás, puedes tomar algo al primer intento, o al segundo, tu decides. Yo te haré preguntas y tú deberás responderlas con la verdad, o no, eso debí descubrirlo yo.

El la miro como si estuviera loca.

—¿Por qué?¿Cuál es el punto?

—Juega y descúbrelo

Se miraron por unos segundos, hasta que a ella se le ocurrió algo.

—Hagamos esto, si tú ganas, te lo diré.

—¿Y si pierdo?

Por fin sonrió.

—Lo pensaré

Dipper se encogió de hombros.

—Bien.

Dio Dio la primera vuelta,girando su silla hacia la pared detrás de ella. Era de un color grisáceo y poco decorador. Un solo cuadro se encontraba en su lado izquierdo.

En el cuadro se podía ver ella, abrazando a dos pequeñas niñas en un pequeño parque.

Sonrió. Eran sus pequeñas. Extrañaba esos días en los que salían todos los días al parque, pero ahora por la ubicación de su trabajo le era un tanto difícil pasar tiempo con ellas.

Exhaló. Se había sumergido tanto en sus pensamientos que había olvidado que estaba en servicio. Pero, al menos eso le daría tiempo al muchacho para hacer su primera jugada.

Giro la silla, todo parecía en su lugar, al igual que dipper quien no parecía ni siquiera haberse movido de su lugar, miraba al cielo, distraído.

Suspiro. ¿Que podría esperar?

-Intentaré otra vez ¿Okey?

Dipper se encogió de hombros y asintió, dirigiendo su mirada a ella.

Se dio la vuelta de nuevo. Escuchó un poco de movimiento, el rechinar de la silla cuando te recargas en ella.

Volteó rápidamente antes de tiempo, pero dipper parecía estar sumido en sus propios pensamientos

—¡Te moviste!

Nuestra venganza (Billdip)Where stories live. Discover now